CCH Azcapotzalco
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El periódico ¡Goooya! es un proyecto que ha propiciado el espíritu creador de lxs estudiantes de la UNAM, desde su inicio, ha publicado obras que expresan la esencia de la identidad universitaria. Asimismo, la misión que ha impulsado este periódico ha promovido una arrasadora comunidad que crece día con día, recordándonos el sentido de unidad, pertenencia y orgullo puma que se siente con cada colaboración que hacemos.
Con esta trayectoria, celebramos 10 números y, con obvia necesidad, era óptimo un evento como el Goooya Fest, que además nos sorprendió a lxs colaboradores del periódico con la rifa de un reloj Swatch que, sorpresivamente, ¡me gané yo! Sin poder creérmelo, salté en mi sitio una y otra vez antes de recibir el premio que nos tuvo a todxs expectantes durante el evento. Se trata de un reloj “GIRL by ROY LICHTENSTEIN, THE WATCH” de la colección Art Journey, la cual, en colaboración con el museo MoMA, rinde homenaje al artista estadounidense Roy Lichtenstein; me gusta mucho porque me ha dado un toque de color y jugueteo que me ayudan a salir de la cotidianidad cuadrada y neutra y me invita a seguir creando. Sobre todo, me quedo con la emoción del momento, con los recuerdos, con la intención, con todo lo que hay detrás del ¡Goooya! en la vida de muchxs jóvenes puesto que ha impactado positivamente en nuestra motivación para ser lo que somos, y eso es la UNAM, somos nosotrxs, lxs jóvenes pumas, de sangre azul y piel dorada.
El Goooya Fest se llevó a cabo en Tlatelolco, diría yo, un sitio histórico y emblemático para la palabra “estudiante”; este sitio tiene memoria y el tan solo estar ahí refiere recordar con orgullo la lucha, intención de justicia que se vio mermada por acontecimientos violentos que no describen y mucho menos encasillan la fortaleza del estudiantado. Además de presentar el número X de ¡Goooya!, el escenario principal albergó un concierto que vio desfilar bandas universitarias, hubo talleres y actividades y la esperada rifa ya mencionada. La vibración musical que estaba ocurriendo al instante, ejemplica la intensidad que se siente al pronunciar ¡Goooya! con flameante orgullo universitario, compañerismo y entrega. Lo sentías, vivías y más que nada disfrutabas, el ambiente te hacía fluir al unísono de la música, de los intérpretes y la danza que inspiraba libertad. Esa tarde no hubo preocupaciones, solamente la convivencia de muchas personas que en conjunto hicieron posible este gran evento que celebró a la comunidad goyer, la que hace posible el periódico de lxs estudiantes de la UNAM.
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