La presencia de las mujeres en la toma de decisiones como catalizador de cambios profundos en la sociedad. A lo largo de la historia, la inserción y participación de las mujeres en cada proceso de decisión, cambio o revolución ha sido una inquietud de muchas generaciones que, más allá de la búsqueda de participación, también han buscado ser parte de la reivindicación de sus derechos en cada aspecto de la sociedad.

Gracias a la larga lucha, en la actualidad se han obtenido algunos resultados que han sido disruptivos para la reforma profunda de la sociedad y que han garantizado un mayor acceso a los derechos en condiciones de igualdad. No obstante, no se debe ser conformista, pues la realidad es que esos resultados todavía no son suficientes para pagar la deuda que la sociedad tiene con ellas.

Por esta razón, a lo largo de los siguientes párrafos realizaremos un análisis sobre la situación actual del acceso a los derechos de las mujeres, a través de un reconocimiento a algunos nombres de todas aquellas que han roto el techo de cristal, pero también de aquellas que han obligado a la sociedad a la reflexión sobre el estado de arte de la sociedad.

La búsqueda de la inclusión: El sendero rumbo a la igualdad de derechos

Garantizar que todas las mujeres tengan acceso a las mismas oportunidades sin importar del aspecto que hablemos, de su condición, edad, credo, lugar de nacimiento o residencia, debe ser un mantra del siglo XXI, pues se debe buscar ir más allá de lo logrado hasta la actualidad para que puedan reclamar un papel de importancia en el mundo, siempre.

No obstante, la lucha ha sido una experiencia ambivalente, pues además de dar paso a triunfos de largo plazo, también ha dado como resultado a muchas bajas en el camino, y a ellas es a quienes debemos de honrar recordar siempre, a aquellas mujeres de las cuales no conocemos sus identidades, pero que se quedaron en el camino y que permitieron que muchas llegaran a ver una nueva luz en el camino.

La lucha de las mujeres no solo se destaca en un aspecto, sino que la marea ha llegado a todos los ámbitos de la vida y debe seguir permeando cada aspecto, hasta lograr la anhelada equidad. Con el tiempo, las mujeres han demostrado ser las líderes dinámicas promotoras del cambio que el mundo necesita para encontrar nuevas maneras de resolver los problemas que aquejan a la sociedad en general.

El hecho que las mujeres cada día fortalezcan su participación en la vida pública del país y del mundo es fundamental para dar nuevos giros a la gobernanza democrática de los estados, las empresas y cada elemento de la sociedad. No obstante, no se debe ser de ninguna manera conformistas, pues todavía hay un largo camino por recorrer para conseguir la igualdad de representación en puestos de poder y liderazgo, tanto en los consejos de administración y en los puestos directivos o gerenciales de las empresas, como en los gabinetes presidenciales.

Desde la búsqueda por el sufragio femenino –el votar y ser votadas–, hasta la lucha por el acceso al aborto seguro y garantizado, son algunas de las representaciones más visibles de estas búsquedas. Pero no podríamos hablar de los movimientos feministas contemporáneos si no habláramos del movimiento sufragista internacional.

El alcanzar el sufragio universal, más allá de una revolución, ha sido la apertura para plantear la relevancia del feminismo en nuestros tiempos (recordando que todavía existen estados que tienen leyes que no garantizan este derecho). De esta forma, hechos como la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls de 1848 en los Estados Unidos y la creación de la Alianza Internacional de Mujeres en Berlín en 1904 son solo algunos de los tantos hechos que debemos destacar.

Gracias sus diferentes tácticas, en algunos casos incluso combativa, podemos destacar a mujeres desde diferentes perspectivas como Emily Davison, Emmeline Pankhurst, Carmen Karr, Carrie Catt o Millicent Fawcett, además de Clara Campoamor en España, Argentina con Eva Duarte y Alicia Moreau, así como a Elvia Carrillo Puerto en nuestro país, México.

Empero, las leyes y prácticas discriminatorias contra las mujeres persisten hasta el día de hoy –algunos ejemplos de ello son los micromachismos, el mansplaining–, al igual que las restricciones en materias como el de educación, los ingresos y las oportunidades de ascenso en sus centros de trabajo, lo cual frena el avance de las mujeres.

No obstante, han existido una serie de esfuerzos para eliminar de forma gradual estas dificultades de acceso. Algunos a mencionar son la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer de 1952, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer de 1979, así como la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en el año 1995 en Beijing.

Mujeres en acción: rompiendo los techos de cristal

A pesar de estos intentos de frenar los avances, muchas mujeres han dan dado un paso enfrente y han roto el techo de cristal para mostrar que es posible ocupar todos los lugares, sin importar los retos que existen frente, no solo ubicados en un solo aspecto como el político o el social, sino también en aspectos empresariales, gubernamentales, ambientales, entre otros.

Sin importar que hablemos de científicas, escritoras, periodistas, políticas, empresarias, madres o hijas, todas las mujeres han contribuido desde su perspectiva y su trinchera, en mejorar el acceso a los derechos y sueños de todas ellas.

Personas como Simone de Beauvoir, filósofa; María Salomea Skłodowska-Curie, física y química; Virginia Woolf, novelista británica; Amelia Earhart, aviadora estadounidense –quien visitó en una ocasión al Aeródromo de Balbuena–; Rosa Parks, defensora de derechos civiles; Ada Lovelace, programadora informática; Margaret Hamilton, científica; Soong Mei-ling, negociadora de la segunda Guerra Mundial, deben ser seguir siendo ejemplos de este avance, junto a mujeres de nuestra época como Malala Yousafzai y Rigoberta Menchú.

Pero también no podemos dejar de lado a grandes nombres de México como a Frida Kahlo, Leonora Carrington, Remedios Varo y María Izquierdo, artistas; Griselda Álvarez, la primera gobernadora, Matilde Montoya, la primera médica; Dolores Jiménez y Muro, revolucionaria; Hermila Galindo, periodista; Rosa Luz Alegría, primera secretaria de estado en México; María Cristina Salmorán, primera ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otras figuras cuya imagen que han fortalecido la búsqueda de los derechos de las mujeres en nuestro país.

También no se puede dejar de hacer honor a nombres de personajes de nuestra época como la María Ariza, primera directora general de una bolsa de valores en México, la BIVA; Alondra de la Parra, directora de orquesta; Katya Echazarreta, astronauta; Claudia Sheinbaum, primer Jefa de Gobierno electa en Ciudad de México; María Asunción Aramburuzabala, empresaria. Además, no podemos dejar fuera a las mujeres, hijas y madres luchadoras buscadoras de la justicia.

A pesar de que México ya cuente con su primera ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de estar a punto de tener a la primera consejera presidenta de la Institución Electoral de nuestro país, eso no significa que no se deben seguir dando más pasos para garantizar el acceso a derechos económicos, políticos y sociales como la seguridad, educación, salud, pues debe ser un hecho inherente a la transformación que ha vivido el país en los últimos años.

Dar el paso: ir de la propuesta, la manifestación al hecho

Ante los cambios que cada vez más ocurren en el mundo, se hace más que importante comprender los avances que se han logrado en la búsqueda de los derechos para las mujeres, para saber hacia donde se debe de caminar para fortalecerlos y evitar que existan retrocesos en el corto y mediano plazo.

Empero, también debe de mantenerse la búsqueda para impulsar el acceso y la participación de las mujeres, en igualdad de condiciones y oportunidades, a todos los ámbitos del ejercicio del poder y la toma de decisiones, que permitan impulsarlas en las estructuras de poder y decisión en el ámbito de la investigación, en lo empresarial, cultural, social y gubernamental.