En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Valeria Nieto Herrera / Facultad de Ciencias
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Ricardo Alonso Arévalo Garcilazo

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia

Estudiante de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Entusiasta de las ciencias sociales, las humanidades y la política. Mi mente inquisitiva me lleva a estar siempre al pendiente de noticias, analizando y comparando narrativas de asuntos nacionales e internacionales. Procuro ser crítico y no criticón, buscando la comprensión del mundo desde diversas perspectivas para lograr un enfoque holístico y perspicaz

Fábricas de sueños

Número 7 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2022

¿Tenemos alternativas a los discursos hegemónicos capitalistas?

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Ricardo Alonso Arévalo Garcilazo

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia

“Experimentar la destrucción de un mundo es verlo por primera vez. Herederos de un orden que no construimos somos hoy testigos de un declive que no habíamos previsto.”

Timothy Snyder

 

Es común escuchar opiniones de nuestros padres y/o abuelos sobre asuntos de carácter social y el éxito en la vida, ideas que suelen ser respaldadas por experiencias propias. El problema es que temas relacionados con el funcionamiento del sistema y el orden mundial no deben dar cabida a expresiones meramente subjetivas; además, debemos eliminar el típico pensamiento de que más edad siempre equivale a más sabiduría. Nos es indispensable como sociedad abogar por una comunicación que parta del análisis racional y que apele a la construcción y difusión de un auténtico pensamiento colectivo. Ante todo, el mayor error de un ignorante es creer que el resto del mundo es como su colonia.

El infortunio en la aventura de conseguir trabajo, casa, vehículo, seguros, alimentos, entre otros bienes y servicios, es mayor en este siglo que en el pasado. Durante el siglo anterior se carecía de tecnologías que hacen altamente sustituible al humano; la población era menos densa, por lo que la demanda de recursos era menor y la oferta de oportunidades era más abundante. Ahora tenemos sociedades más tecnificadas con vivencias más aceleradas, además de que cumplimos con la condena de toda generación que sucede a la anterior: cargar con sus malas decisiones. Siempre han habido obstáculos para prosperar, pero se puede evidenciar que actualmente los hay más.

Desde muchos aspectos se pueden dar numerosos ejemplos de falta de igualdad y equidad en la búsqueda de la vida digna, y de la descarada manipulación del sistema que determina quién sí y quién no sube al podio del tan añorado reconocimiento. Durante una enorme parte de nuestra historia hemos ido forjando los males que hoy tanto daño nos hacen, y como la habituación es tan fuerte en nosotros, tenemos multitudes diciendo que “así es la vida”, cuando en realidad no es que así sea la naturaleza de las cosas; más bien, así es como hemos estructurado la vida.

Con recursos hegemónicos, las grandes élites gubernamentales y empresariales han fabricado un statu quo donde prevalece el sentido de culpa en toda persona que no alcanza lo que se propone, a la vez de que se incita a perseguir metas triviales y superfluas que le han dado el éxito a las sociedades de consumo. Estamos ante un control que pasa desapercibido en la cotidianidad y que se fortalece con la reproducción social a través de la educación y el entretenimiento. Esto es imprescindible para quienes lideran a las grandes masas, pues se necesita pobreza para generar riqueza. Tan truculento es el plan, que incluye una metodología para mantener a gran parte de la población mundial siendo pobre, logrando que no se sienta utilizada gracias a la difusión de ideas como “puedes ser lo que quieras ser”, “nada es imposible”, entre otras. Ya saben, fábricas de sueños.

La meritocracia es una falacia. Si bien es cierto que el esfuerzo y la virtud hacen diferencia en una competencia, en gran medida la dirección de una vida está determinada por dónde se nace y mediada por a quién se conoce. El azar juega el rol principal en la asignación de la clase social a la que pertenecemos. Por lo tanto, existen demasiadas personas que están como están no porque lo merezcan, sin importar si las condiciones son adversas o no. Debemos reivindicar la vida y cambiar a qué se le da valor.

El panorama no parece prometedor. En los mercados se especula con bienes que deberían ser derecho de todos –vivienda, energías, alimentos–, la indiferencia se acrecienta en las nuevas generaciones; incluso en las tecnologías que se proponían como los pilares de una nueva forma de hacer las cosas, estamos replicando el manual de cómo prosperar con la miseria de los demás como recurso. Caray. En algunos metaversos, grandes inversores le pagan a gente pobre para que realicen tareas serviles. Ahora resulta que la alternativa al capitalismo es un capitalismo digital.

Los más jóvenes estamos siendo cómplices de esta decadencia que no iniciamos. Por un lado, tenemos a los marginados que no cuentan con acceso a la información debido a carencias económicas, sociales y educacionales. Por otro, están quienes tienen la oportunidad de buscar lo que acontece e instruirse en diferentes categorías, pero no lo hacen por desinterés, ignorancia u otras razones. Por último, están aquellos que, gozando del saber y el mayor entendimiento de los hechos, no hacen esfuerzo por instar a otros a actuar. Todos debemos ser partícipes en la elaboración y la difusión del conocimiento para así incitar a un cambio; pues para querer cambiar, hay que conocer algo mejor.

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2 Responses

  1. Sabia forma de pensar, y de plasmar tus inquietudes, felicidades por hacerlo, por transmitirlo, por que no se quede sólo ahí, esperemos que lo lean muchísimas personas y que de alguna manera pongamos un granito de arena.

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