Nuestra comunidad universitaria es muy amplia, conozcámonos más.
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CRÉDITO: Eduardo Espínola / Facebook: Comedor Comunitario UNAM
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Janet Georgina Monroy Díaz y Sebastián Huerta Arenas

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Estudiante de Relaciones Internacionales en la FCPyS (UNAM). Apasionada de la cultura, el feminismo, la lectura y escritura, así como de las nuevas formas de interpretación epistemológica. Fiel creyente de que el sol sale para tí si aprendes a construir desde el amor, la lealtad, el respeto, la libertad y la empatía.

¿Dónde comemos lxs universitarixs de la UNAM?

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

La cafetería más famosa de Ciudad Universitaria

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Janet Georgina Monroy Díaz y Sebastián Huerta Arenas

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Ciudad Universitaria es inmensa. Todos los días estudiantes, trabajadores y profesores se desplazan entre sus instalaciones para realizar actividades académicas, acercarse al arte y la cultura o, simplemente, para comer un tentempié que ayude a soportar las horas de quehaceres. La Facultad de Ciencias tiene fama, más allá de su reconocimiento como semillero de la investigación y difusión científica en México, por su emblemática y socorrida cafetería.

Desde nuestra trinchera como estudiantes, nos dimos a la tarea de indagar lo que está pasando con los alimentos que se ofertan dentro de las instalaciones de la máxima casa de estudios. ¿Cuál es la razón por la que todos los días cientos de alumnxs de distintas carreras, planteles y facultades dentro de Ciudad Universitaria comen en esta facultad?, ¿es verdad que los alimentos de la Facultad de Ciencias no afectan el presupuesto semanal, quincenal o mensual de sus consumidores?, ¿cuál es el nivel de los alimentos que se ofrecen a la comunidad?

Las cafeterías de las distintas facultades de la UNAM, surgieron hace décadas con el objetivo de brindar un servicio de comedor con alimentos asequibles y de calidad, dentro del campus de Ciudad Universitaria. Con el tiempo, cada cafetería se convirtió en un espacio de alimentación, convivencia y recreación que ha albergado a decenas de generaciones. Si las mesas y sillas de estas instalaciones pudieran hablar, tendrían muchas historias que contar de todxs (tanto en materia académica, como en el ámbito personal).  Porque, ¿quién no ha pasado un buen rato de sobremesa en el comedor de su escuela, colegio, preparatoria o facultad?

De entre la miscelánea de cafeterías para nuestra distinguida comunidad, hallamos a la Facultad de Ciencias la más popular de entre todos los comedores que ofrecen desayunos, comidas, cenas, bebidas y hasta postres. Amada por muchos, abarrotada con filas por muchísimos más, y siempre repleta de espíritu universitario que a todas horas recibe de esta facultad un buen bocado. 

Los alimentos en esta facultad son populares por la calidad de sus guisos, las grandes porciones y precios más accesibles en comparación con los de otras facultades de Ciudad Universitaria, razones por las cuales encontramos una amplia cantidad de estudiantes que estén inscritos o no en la Facultad de Ciencias, por el tiempo que pasan consumiendo sus platillos, ya han generado un sentimiento de pertenencia con el espacio que les brinda comida digna que balancea calidad, cantidad y precio.

Nos inmiscuimos en la famosa cafetería de Ciencias el día 27 de agosto de 2024, para conocer la realidad de algunos de los comensales de los diversos establecimientos que la zona de comida de esta facultad ofrece.

Tuvimos la oportunidad de charlar con Ariadna Sandoval, trabajadora administrativa de la Facultad de Psicología en CU, quien constantemente la visita. Ella menciona que le “agrada este lugar ya que la comida es nutritiva, el menú variado, las porciones son grandes y los precios son más accesibles que en psicología”. Ariadna agrega que en Psicología “el servicio de comida se reduce a frituras y garnachas poco saludables”. 

Por otra parte, Abril Campos, estudiante de Medicina, mencionó que la cafetería de su facultad estuvo cerrada durante un tiempo y que posteriormente, y bajo una nueva administración, abrió sus puertas otra vez, con precios mucho más elevados. Sin duda ella prefiere la cafetería de Ciencias sobre la de su propio plantel, por los precios y por el reconocimiento que la comunidad estudiantil le dio a lo largo de los años.

Raúl y Rogelio, estudiantes de Ingeniería, manifestaron que prefieren la comida de Ciencias, ya que en su facultad los alimentos no son ni tan económicos, ni tan variados como en la facultad predilecta de alimentación; por el contrario, predominan las tienditas que ofrecen comida procesada. En nuestra charla también mencionaron que acuden diario a comer, pese a las complicaciones de traslado, sus limitados tiempos entre clases y la temporada de lluvias. Ambos estudiantes advierten que en su facultad “lo que más hay es comida chatarra, sopa instantánea y cosas así. Francamente no hay un comedor digno”.

Todos los días Ariel Márquez, estudiante de la Facultad de Ciencias, es testigo del flujo masivo de personas de diversos planteles de CU, que acuden a comer ahí. En entrevista dijo, “hay gente que no pertenece a la comunidad de la UNAM y que frecuentan la cafetería de la facultad sobre todo por los precios”. A modo de anécdota, Ariel nos contó que conoció a un adulto mayor residente de Copilco, que acudía a menudo a las instalaciones para comer, explica que este vecino de CU, hallaba a la cafetería de Ciencias como una fonda o cocina económica cercana a su domicilio.

El estudiante de Ciencias concluye que “si bien por semestre han subido los precios dos o cinco pesos, sigue siendo muy económico; en un futuro no es viable que suban más los precios porque saben que la gente no lo permitiría”. Un testimonio más proviene de Juan Alberto, de la carrera de Actuaría en la Facultad de Ciencias, quien recalcó que ha hecho amigos de otras facultades después de compartir la cafetería con ellos, “aquí conocí a mis amigos de Contaduría, vienen seguido”.

Durante nuestro sondeo logramos encontrar un común denominador: los precios de la comida de la Facultad de Ciencias son más accesibles que en otras facultades dentro de CU. Pero, ¿cuánto cuesta la comida en esta cafetería? Pues bien, al realizar un recorrido por las instalaciones de la cafetería de Ciencias, así como en los distintos locales de alrededor, constatamos que los precios son variados según lo que se decida consumir. Si se desean platos completos de comida, que incluyan uno o dos guisados, arroz, frijoles, agua de sabor a escoger, ensalada y postre, van desde los 40 hasta los 60 pesos. Para apetitos reducidos también existen opciones de alimentos “más ligeros” y que no rebasan los $30 pesos. En las cartas se encuentran crepas, tacos, burritos, quesadillas, hot dogs, papas, tlacoyos, entre otros.

Tomando en consideración lo mencionado con anterioridad, nos encontramos que María Eugenia Bustos, arrendataria del local No. 12 de la Facultad de Ciencias, vende comida corrida desde hace varias décadas, por la cantidad de $40 pesos. Por lo mismo, María Eugenia se declara pionera en vender comida a bajo costo dentro de Ciudad Universitaria. Llegó a Ciencias mucho antes de que existiera una cafetería formal, lo que la ha posicionado como una de las vendedoras más prósperas.

Nos resultó curioso su testimonio, por lo cual le preguntamos si pagaba una renta, a lo que respondió que sí y que ésta era anual. Luego cuestionamos si recibe algún subsidio o estímulo económico por parte de la Facultad de Ciencias  ¿o desde la administración de la universidad, ella respondió que no, y que por lo mismo, ha tenido que sacrificar su ganancia cuando existen aumentos en las materias primas como las verduras y las carnes que emplea para sus alimentos, o en los casos en los que la demanda es baja, como en los periodos intersemestrales.

Esta locataria comentó que considera injusto que los estudiantes de otras facultades tengan que recorrer grandes distancias para ir a comer a Ciencias, siendo que existe la posibilidad de que en sus planteles se pueda ofrecer comida con la misma calidad y precios. “Todos los chicos buscan comida económica porque luego no vienen con mucho dinero para comer. Incluso han llegado chicos que no traen efectivo y les fío, porque si no, se quedarían sin comer”. 

Si bien existen programas para subsanar la situación alimentaria en la comunidad de la UNAM, éstos claramente son insuficientes y no brindan certeza sanitaria y de control de calidad. Tampoco hay certeza de recibir un buen trato por parte del personal de las cafeterías a la hora de recolectar los alimentos. Aunque existe la beca de apoyo nutricional y ésta se ofrece en muchas facultades, no está disponible para todxs 1xs estudiantes, ni siquiera para la mayoría. Por si fuera poco, esta beca excluye a profesores y trabajadores. Aunado a esto, lxs beneficiarios no pueden compartir la comida del programa con nadie, obtienen raciones miserables y además, no tienen permitido ingerir lo que comen fuera de la cafetería.

Finalmente, indagamos en la página web oficial de la Facultad de Ciencias, en donde se denota la poca transparencia que se tiene con respecto a las condiciones en las que se ofertan los alimentos dentro de la UNAM, específicamente en el campus de Ciudad Universitaria. No pudimos encontrar información sobre las zonas de comida más que la siguiente:

En diferentes sitios de la Facultad de Ciencias podrás encontrar una amplia diversidad de alimentos. En el estacionamiento de estudiantes, en la zona conocida como “Media luna”, o “La velaria”, existen módulos que albergan diez locales comerciales; dos más enfrente, en el mismo estacionamiento. Otros establecimientos los encuentras a un lado de la cafetería, situados en la zona oriente de la facultad. Todos ellos te ofrecen una gran variedad de comida como tacos de guisados, crepas, quesadillas, tortas, flautas, ensaladas, jugos, etc., con precios accesibles a tu economía. Es importante mencionar que todos son supervisados por las instancias correspondientes.

Un punto crucial para comprender la dinámica de la Facultad de Ciencias y el por qué de los precios que los locatarios y demás espacios para la compra de alimentos es, sin duda, la administración de la misma. Cada facultad dentro de Ciudad Universitaria, que cuenta con servicio de cafetería, recibe la instrucción. organización y dirección de estos espacios a partir de su respectivo Departamento de Servicios Administrativos, así que la próxima vez que nos cuestionemos: ¿por qué las cafeterías son tan malas y costosas?, sería oportuno acercarnos a las autoridades de cada plantel y exhortarlos a que rindan cuentas.

Es fundamental resolver las denuncias en redes sociales de lxs estudiantes inscritas en los diversos planteles de la UNAM. Es momento de atender las exigencias de la comunidad estudiantil respecto a nuestro derecho a la alimentación, tan importante como el estado de las aulas, del material académico de apoyo, del estado de las unidades sanitarias y de la formación académica. Es inaceptable encontrar cabellos, fibras para lavar platos, papel aluminio, insectos, hongos y hasta gusanos en la comida.

Merecemos comida digna, que cumpla con las condiciones necesarias de sanidad y accesibilidad para todo aquel que pase por las instalaciones de CU. Es tiempo de exigir que se nos brinden alimentos de calidad a precios justos, que correspondan a instituciones públicas como la UNAM. Como estudiantes, reprobamos el discurso que indica que la educación es universal y gratuita cuando no se han conquistado aspectos tan vitales como el acceso a alimentos, el cual es imprescindible para el desarrollo de nuestra vida académica y profesional. La comida es un derecho, no un privilegio.

Y tú, ¿has ido a comer a la Facultad de Ciencias?, ¿te parece justo el precio que pagas por la comida en tu facultad?, ¿qué opinas sobre la necesidad de lxs estudiantes de trasladarse a otro plantel para desayunar, almorzar o comer?, ¿consideras que es necesario un mayor control en los precios y alimentos que maneja cada zona de comida dentro de la UNAM?, ¿tienes propuestas para lograr un cambio en el acceso a los comedores en la universidad?, ¿conoces casos similares en otras escuelas? Si tienes la respuesta a alguna de estas preguntas, no olvides participar en el Número 15 de ¡Goooya!

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