En muchos de los casos la música es simplemente una compañía a otro nivel, un campo en el que los límites no son capaces de llegar a ser insuperables.

Es fascinante como la música y el corazón se conectan de forma que podemos reproducir la misma misma canción una y otra vez… haciendo que se pueda sentir como si fuera aquella que está en la lista de reproducción, pendiente a que la conozcamos. 

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste esa canción? 

Quizá fue ayer o en este mismo momento, pero apuesto a que hablando del tema que sea o el ritmo que mantuviera, no dejaba de acompañarse seguramente de un vago recuerdo o mejor aún de la presencia de una persona, inclusive hasta de una sensación. 

Existen canciones que traen recuerdos hermosos de momentos los cuales se definen con una letra que te hace querer mover el esqueleto con una persona especial , momentos compartidos con la gente que amas , la música no es especial por sí sola, lo que la hace especial son las personas con las que compartes el ritmo  el ritmo del corazón.

La música no solo se trata de letras y sonidos vagos sino que son sentimientos y  momentos especiales plasmados en letras que cobran sentido cuando las escuchas y las vives, es divertido pensar como la música es capaz de encajar de la mejor forma en que le sea posible; una situación clave es cuando alguien va caminando con sus audífonos y se llega a sincronizar de manera casi perfecta con el ritmo que se tiene en el corazón, como vivir la pequeña travesía que se aprecia en las películas, donde la música es la clave para que el protagonista arme un musical en plena calle y todos sepan por arte de magia una coreografía. La música es eso y más. 

Las noches sin duda a veces parecían ser más cortas con una melodía en el bolsillo, cerrar los ojos y ver la magia con la que se fusiona, quizá una voz angelical con una melodía, o tal vez hablamos de una pequeña guerra entre dos voces. ¿Qué tal una tranquila y suave tonalidad de colores?; muchas veces he tenido la vaga creencia de que la música puede verse, casi como decir que a los números se les puede asignar un color. A pesar de las diferencias que pueden existir en la sociedad la mayoría de las veces se puede llegar a concordar en diferentes aspectos, un claro ejemplo es cuando llegamos a escuchar que alguien tiene el mismo gusto que nosotros, haciendo que podamos ser capaces de sentirnos identificados, tal es el caso de ir a un concierto y ver cómo todos están en la misma sintonía y ritmo, saber que existen más personas a las que les interesa “mantener el corazón con el mismo latido”.