Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Crédito: Saraí Sánchez Beltrán / FES Cuautitlán
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Saraí Sánchez Beltrán

Escuela de Estudios Superiores (FES) Cuatitlán

Saraí es una persona que ama la buena música, un buen viaje, una deliciosa comida y contemplar atardeceres. Me apasiona dibujar, leer, cantar, escribir, investigar, patinar en hielo, la playa; pero sobre todo crear historias y más si soy yo la que pone el toque en los dibujos. Soy licenciada en psicología por la FES Iztacala, maestra en la MADEMS por la UNAM, consteladora familiar y actualmente estudiante en Diseño y Comunicación Visual en FES Cuautitlán, simplemente soy un ser poco convencional al que le gusta ayudar a los demás de una manera creativa, llevándolos siempre al encuentro con ellos mismos; amo ser madre de dos pequeñas, soy libre y de espíritu aventurero.

La rebelión de los órganos

Número 12 / ENERO - MARZO 2024

¿Te has puesto a pensar qué diría tu cuerpo ante los embates de la comida chatarra?

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Saraí Sánchez Beltrán

Escuela de Estudios Superiores (FES) Cuatitlán

Hace algún tiempo, una niña llamada Melody vivía como a veces muchos solemos vivir, disfrutando de comer dulces, palomitas, chicharrones y galletas por montones.

Con el paso de los días algo extraño ocurría, pues algo revoloteaba en la pancita de la niña, no entendía qué era lo que en su interior sucedía. “¿Estará pidiendo mi estómago de comer?”, se preguntaba, pero de repente un gran retortijón llegaba. “¡Algo no anda bien!” Así, decidió Melody correr en búsqueda de mamá.

Mientras tanto, adentro de su cuerpo los órganos tenían una reunión, todos se quejaban pues no tenían una solución.

–Yo pido que hagamos huelga –decía el bazo–, esta niña no para de comer. ¡Es comida chatarra! No lo puedo entender, decido no moverme a ver si así entiende, que cuando come demasiado mi paso es lento y muy cansado.

–Yo te apoyo –dijo el hígado–, no ayudándole a dormir, y si con las desveladas y pesadillas no cambia, de enojo engulliré y en piedras convertiré.

–¡Oh no!, –dijo la vesícula biliar temblando–, por favor no se enfurezca que mi trabajo es muy cansado, si de piedritas me llena al hospital pararé y fuera del cuerpo de Melody terminaré.

–En algo debemos pensar –dijeron los riñones–, tal vez si le damos miedo, Melody decida escucharnos, no puede seguir tomando refrescos y jugos artificiales, a nosotros nos daña y pronto sus dientes se caerán, pues con las caries que tendrá hasta a nosotros llegarán.

–Es todo tan injusto –decían los pulmones–, con lo picante que ella come a mi tripita descompone. 

El intestino grueso lloraba: 

–Ya no digan más –contestando a los pulmones–, estoy cansado y muy enfermo, entre las amibas vivo, con lo caprichosa que es, seguro hoy también yo me resfrío.

Todos estaban colapsados y paralizados por el miedo, la ira, la ansiedad y la tristeza, cuando escucharon la voz de la mamá de Melody, en ese momento el corazón empezó a arrullar a todos con su palpitar.

–Tranquila, mi amor, te diré qué haremos, no debes preocuparte sino ocuparte, ahora te muestro.

Su mamá fue por una tablita (la de los 5 elementos chinos) y le explicó lo siguiente:

–A tu bazo y páncreas les gusta que comas cosas frescas que le ayuden a nutrirse pues tu estómago regula la ansiedad, si les das comida chatarra con mucho dulce, todos tus órganos estarán demasiado preocupados, no debes presionarlos tanto. A tu hígado debes fortalecer, con coraje por las cosas resolver, así que en práctica y acciones resuelves tus preocupaciones. Acá arriba están tus riñones, en ellos se encuentra el miedo, mucha agua debes tomar y la sal debes bajar, así seguro no se enferman y muchos años vivirás, debes fortalecer la voluntad pues a ellos alegría les causará. Tus pulmones son preciados, la tristeza fluye en ellos, pero no olvides cerrar ciclos, pues del pasado hoy me enfermo, tu intestino grueso has de cuidar, no guardar nada y soltar, de esa manera en el presente sin duda estarás.

–Pero, mami –pregunta Melody–, ¿qué pasa con el tintinear de mi corazón? Palpita mucho y nunca habla, ¿él en qué me ha de ayudar?

–Tu corazón es la chimenea de alegría que a todos cobija y reconforta, con amor dentro de mí, dos corazones sentí latir, uno tuyo y uno mío, pues la alegría eres en mi camino. A tus órganos formé y es importante que los cuides, ellos regulan tus emociones, debes tenerlas en equilibrio para no enfermarlos, cuidar lo que comes, pero también lo que sientes.

En su interior ahora yacen, todos alegres y tranquilos, pues Melody ha entendido que de chatarra no vivimos. 

 

Nota: Este es un cuento pensado en llegar a la chimenea de los corazones de los niños que todos tenemos viviendo aún en nuestro interior. 

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