Edit Content
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Jesús David González Juárez
Picture of Jovan Serrano

Jovan Serrano

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Soy un joven empático que siempre tiene algo que decir sobre el mundo que le rodea y al que le gusta explorar cosas nuevas. Siento un inmenso amor por la animación, la música, la mitología y la historia, aunque también me gusta aprender sobre todo tipo de ciencias. Me considero alguien determinado y talentoso, a veces incluso arrogante, pero nunca con la intención de lastimar o subestimar a otros, pues creo firmemente que todos merecemos brillar.

De la incapacidad de elegir

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Pese a existir terapias psicológicas y psiquiátricas no hay una cura en sí

Picture of Jovan Serrano

Jovan Serrano

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La salud mental es un tema tan complejo como delicado. Llevo diez años viviendo con trastorno ansioso depresivo mixto y puedo decir que, como un péndulo, he tenido grandes altibajos, a veces tan hondos que me han hecho desear terminar con mi vida y otros tan altos que me han hecho pensar que “Ya nada podrá volver a hacerme sentir mal”.  Pero la vida siempre hace que me trague mis palabras.

A decir verdad con el tiempo entendí que más que ser una guerra entre el trastorno y la sanidad mental, es una contienda entre aquello que creo que debería ser, sentir o suceder y aquello que estoy siendo, sintiendo o (está) sucediendo, y este conflicto puede, o no, encender la mecha que detone los síntomas más dolorosos del trastorno, y cuando digo que puede o no hacerlo no me refiero a que tengamos opción de escoger si sentirnos bien o mal, más bien depende de qué tan intensa es la emoción derivada del suceso, o al menos esa es la percepción que tengo de mis sentimientos. Obviamente cada persona encarna una concepción diferente de un mismo problema, por ello con este texto no pretendo generalizar, victimizar o satanizar a nadie, solo quiero incentivar la comprensión sobre lo que significa padecer este tipo de trastorno mental.

Hoy día está en boca de todos el tema de la depresión y la ansiedad, a tal grado que ha comenzado a usarse de manera banal para referirse a sentimientos de tristeza, nostalgia o impaciencia, por esto mismo hay quienes dicen que: “Eso antes no pasaba” “Sólo échale ganas” “Es que debes pensar en positivo” “Sonríe la vida es bella, hay muchos que quisieran tener lo que tú tienes” “Sólo necesitas fuerza de voluntad” “¡Ay!, eso no es nada, ni que te hubieras roto un hueso” “Sólo tienes hueva” Estas frases no sólo minimizan, sino que culpan a aquellos que deciden expresar sus sentimientos y síntomas lo que agrava su estado de ánimo haciéndolos sentir aún más frustrados, avergonzados y molestos consigo mismos.

Y digo consigo mismos porque se nos ha enseñado a cargar con la culpa en vez de delegarla a quien le corresponde, y este problema no es el único de los que padecemos estas dolencias: es un cáncer de nuestra sociedad que siempre es más fácil culpar a la víctima que al victimario, en estos casos es más fácil recriminar no tener una “buena actitud” a intentar empatizar con sus pensamientos y padecimientos, pues estamos en involucrados en una cultura donde se premia la hiperproductividad, donde se nos educa que siempre podemos hacer más, que siempre podemos hacerlo mejor y si no puedes con algo es muy probable que pienses (y piensen) que no sirves para nada.

No es mentira que es un tema que ha tomado relevancia en los últimos años, pero eso no significa que sea una situación moderna, por el contrario, se sospecha que más de un personaje ilustre de nuestra historia sufrió estos trastornos, aunque no fueron identificados como tal por falta de entendimiento a la psique humana. Pero entonces ¿por qué se ha vuelto algo tan popular?

Pues por las altas expectativas, las ideologías y los fenómenos sociales en los que estamos inmersos día a día, situaciones que no solo repercuten en nuestra autoestima, sino incluso, en nuestra calidad de vida. Desde cosas tan minúsculas como saber que compartimos edad con algún famoso y este ya tiene una gran lista de logros, premios y reconocimientos en su haber mientras nosotros apenas estamos decidiendo qué queremos hacer de nuestra vida, hasta situaciones tan complejas como no poder conseguir un empleo bien remunerado, incluso con un posgrado en mano.

Situaciones que generan estrés y ansiedad en mayor o menor medida y que podrían desembocar en depresión pues en este mundo interconectado es difícil encontrar la paz mental ya que sabemos que hasta la mínima mala noticia en el mundo puede cambiar toda nuestra expectativa de vida. ¿No me creen? ¿Acaso ya se les olvidó la existencia de cierto virus originario del oriente asiático que nos mantuvo/mantiene en confinamiento desde el año dos mil veinte?

No sólo el aislamiento social tuvo un gran impacto en la salud mental de la población, también lo fue la incertidumbre, la pérdida de seres queridos, el miedo al contagio, la frustración, la impaciencia y muchas otras emociones por las que seguramente muchos cayeron en una profunda depresión que los llevó a querer o directamente acabar consigo mismos.

Hablando de suicidios cabe aclarar que este acto no es uno de valor, pero tampoco de cobardía, más bien es un último y desesperado grito de ayuda a la sociedad (en caso de fallar), es una consecuencia de nuestra falta de empatía pues somos responsables de no hacerles saber a los suicidas que está bien no sentirse bien, que está bien tomarse un día libre sin nada más que hacer que respirar, comer y dormir, que tu productividad no define tú valor personal, que toda emoción es válida y que no tienen la culpa de padecer estos altibajos, y allí está la clave, en la culpa.

La culpa es una emoción mucho más devastadora de lo que se cree siendo por lo general el mayor responsable de desarrollar problemas de ansiedad y baja autoestima que desembocan en depresión u otros malestares y creo que no he visto mejor ejemplo de esto que el presentado por la serie Miraculous: Tales of Ladybug & Chat Noir; En su capítulo número ochenta y nueve titulado como “Guiltrip” y traducido al español como “Culpabismo”, podemos observar cómo nuestros héroes se enfrentan a un sentimounstruo creado a partir de la culpa que sentía una joven quien cree que le ha fallado a su mejor amiga. Este ente se manifiesta como una ventosa redonda y rosada que se activa cuando tiene gente cerca absorbiéndolos a una dimensión de bolsillo donde cualquier percepción o idea de culpa es intensificada, este efecto es tan poderoso que incluso uno de nuestros protagonistas se ve tentado a terminar con su propia vida, no obstante, logran salir victoriosos gracias al poder del Miraculous del júbilo con el que logran sacar temporalmente de su depresión a la primera víctima de Culpabismo. Y si bien aparentemente el mensaje del episodio es que debes pensar siempre en positivo (lo que no tiene nada de malo siempre y cuando sea un pensamiento lógico), en mi interpretación también nos enseña que la positividad por sí sola no es una cura, pues en otros episodios vemos como este mismo personaje sigue teniendo problemas emocionales, además ejemplifica que muchas veces podemos llegar a sentirnos culpables por cosas que podrían parecer “ridículas” para los demás, pero si son hirientes para ti estás en tu derecho de manifestar ese sentimiento e intentar afrontarlo.

A veces no será para nada fácil lidiar con él, pero siempre hay que darle la importancia y el valor que se merece e intentar compartir tu sentir a tus amigos, profesores, padres o a la persona a quien más confianza le tengas, e incluso de ser necesario, acudir por ayuda profesional. Si eres de México y te sientes solo y/o con bastante malestar emocional no dudes en llamar por teléfono al Locatel (*0311 o 55 5658 1111), ellos te pueden atender cualquier día del año en cualquier horario o puedes también acudir a los servicios del SIMISAE, ya sea por teléfono (800 911 32 32) o enviando un correo a la siguiente dirección: centrodiagnostico@simisae.com.mx

Ambas son instituciones profesionales que ayudan en la lucha por la sanidad mental y que están a la disposición del público general, créeme, no te arrepentirás.

Desde la infancia se nos inculcan normas sociales que, aunque no estén de manera explícita nos enseñan que somos totalmente responsables de cada fracaso en nuestra vida y que las victorias deben ser minimizadas para no parecer “mamones” ante los demás, en un contexto así es casi inevitable no desarrollar complejos y paradigmas, que nos llevan a exigirnos más y más y más para saciar las expectativas que se nos han impuesto mientras al mismo tiempo restamos importancia a lo que ya hemos obtenido, nos hacen creer que basta con determinación y esfuerzo para lograr tus sueños. Pero en este caso no es así, porque pese a existir terapias psicológicas y psiquiátricas no hay una cura en sí y es todo demasiado relativo, pues cada paciente, cada persona es un universo propio, por ello es importante empatizar con aquellos que día a día viven con estas dolencias.

La depresión y la ansiedad pueden llegar a ser incapacitantes, fluctuantes e incluso inexplicables, puedes sentir una mañana que la vida es bella, que no hay razón para sufrir y dos días después no poder levantarte de la cama porque tu existencia carece de sentido y en los que las tareas más básicas parecen titánicas, días en los que siquiera oír un: “No estás deprimido, estás distraído” solo te provocan ganas de patear al suelo y gritar a quien lo dijo:

“¡Estoy deprimido, entiende que no puedo cambiarlo con solo pensarlo!”

Cuando alguien se encuentra así lo mejor que podemos hacer es acompañar, es probable que no haya una razón para su sentir, por lo que cuestionar está de más, muchas veces no habrá un enemigo por combatir, sólo un malestar emocional y si ese es el caso sólo hay que hacerles saber que si las explicaciones sobran, el tiempo también.

Más sobre Aluxes, aliens y nahuales

Dos formas opuestas de ver la muerte

Dos formas opuestas de ver la muerte

Por
¿En qué se diferencian Día de Muertos y Halloween?

Leer
Deseos del caos

Deseos del caos

Por Lotte Citlallicue García Bautista
Un amor onírico proveniente de una mística transformación

Leer
Tras la mirada de los nahuales: un viaje desde la Psicología Social

Tras la mirada de los nahuales: un viaje desde la Psicología Social

Por Óscar Alberto Pérez de la Rosa
¿Qué tienen que ver los nahuales con la psique?

Leer
El mito y la leyenda, reflejo de cosmovisión

El mito y la leyenda, reflejo de cosmovisión

Por Eduardo Gabriel Pérez
Las tradiciones indígenas conforman la identidad colectiva de todxs lxs mexicanxs

Leer
La humanidad: Un infinito de historias infinitas

La humanidad: Un infinito de historias infinitas

Por Natalia López Hernández
Las historias que construimos son una extensión de nuestra humanidad

Leer
Para cada suceso paranormal, tenga a la mano a un gato

Para cada suceso paranormal, tenga a la mano a un gato

Por Marlen G. Arzate
Mitos y leyendas que se crean en sociedad

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

De la incapacidad de elegir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 − 3 =