La noción de seres de otros planetas, o aliens, ha fascinado a la humanidad a lo largo de la historia, por lo que ha formado parte del folklore de diversas culturas y mitologías. El concepto moderno de aliens —vida más allá de la Tierra— tiene sus raíces en la literatura, el cine y otros medios exponentes de sci-fi y evolucionado a lo largo del tiempo de manera notable dejando una profunda huella en la cultura popular.

Una de las primeras menciones significativas de aliens en la literatura es la novela Los habitantes del año 2100 (Micromégas, 1752) de Voltaire. En la obra, los protagonistas, dos gigantes, uno de Saturno y otro de Sirio visitan la Tierra. La historia es una sátira y reflexión filosófica, pero marca uno de los primeros casos en los que se presenta la idea de vida inteligente en otros planetas.

En el ámbito más contemporáneo, la concepción moderna de aliens puede rastrearse hasta la literatura del siglo XIX. En la novela The War of the Worlds (La guerra de los mundos, 1898) de H.G. Wells, se introduce la idea de marcianos invadiendo la Tierra, mostrando una visión temprana de seres de otro planeta. La obra influyó significativamente en la percepción de los aliens como seres avanzados tecnológicamente, marcando el comienzo de la sci-fi extraterrestre. La explosión de la idea de aliens en la cultura popular se puede atribuir, en parte, al pánico generado por la emisión radiofónica de “La guerra de los mundos” en 1938. Este evento provocó una reacción masiva en los Estados Unidos y puso de manifiesto cómo la idea de encuentros con seres de otros planetas podría captar la imaginación del público, como lo demuestra la posterior ola de avistamientos de UFO’s (unidentified flying object, inglés para ovnis) a nivel global.

Respecto a medios visuales, una de las primeras representaciones icónicas de aliens en el cine es la película A Trip to the Moon (Viaje a la Luna, 1902) de Georges Méliès. Muestra encuentros con seres lunares, aunque no son aliens en el sentido moderno, contribuyó a la visualización de seres de otros mundos y es una obra pionera en el uso de efectos especiales para representar mundos alienígenas.

A medida que el cine avanzó, los aliens inteligentes tomaron diversas formas, desde humanoides benevolentes en The Day the Earth Stood Still (1951) hasta invasores malévolos en Independence Day (1996). Estas representaciones reflejan las esperanzas y ansiedades de sus respectivas épocas.

La Guerra Fría y el inicio de la carrera espacial influyeron en la narrativa alien. Close Encounters of the Third Kind (1977) de Steven Spielberg muestra un contacto pacífico, mientras que Alien (1979) de Ridley Scott explora el horror del encuentro con formas de vida hostiles no inteligentes. Estos filmes reflejan la ambigüedad y el temor asociados con lo desconocido y lo alienígena proporcionando una ventana a la psique de una sociedad que enfrenta una era de incertidumbre y temor.

Con la llegada de la era digital, la representación de aliens se diversificó aún más. Pasaron de ser meras amenazas o benefactores a ser explorados como complejas alegorías de la humanidad. Avatar (James Cameron, 2009) presenta a los Na’vi, una raza alienígena que simboliza la conexión entre la naturaleza y la espiritualidad. Mientras la humanidad es representada por medio de la invasión militar extractivista alineada a codiciosas corporaciones comerciales.

La relación entre la ciencia y la sci-fi en el tema de los aliens es compleja y fascinante. Ambas disciplinas se influyen mutuamente de varias maneras, y esta retroalimentación ha dado lugar a una rica interacción a lo largo del tiempo. A medida que la ciencia hace nuevos descubrimientos sobre exoplanetas, condiciones habitables, etc., la sci-fi puede ajustarse para reflejar estos conocimientos. Por ejemplo, la identificación de exoplanetas en la llamada “zona habitable” ha influido en cómo se representan mundos alienígenas en la sci-fi.

La sci-fi ha creado la noción de planetas “prime” o planetas centrales, escenarios únicos con historia propia y características distintivas que a menudo se utilizan para describir mundos significativos que juegan roles cruciales en términos de narrativa, recursos o importancia estratégica, cada uno en su respectivo universo narrativo. Estos planetas “prime” muestran la amplitud de la imaginación y destacan la diversidad de la sci-fi, al representar una gran variedad de planetas, desde mundos clásicos hasta creaciones más recientes, desde los épicos y mágicos hasta los futuristas y alienígenas. Cada uno con su propia singularidad y relevancia contribuye a la riqueza y complejidad de sus respectivas historias y universos capturando la imaginación de los fanáticos a lo largo de los años al ser transportados a lejanos paisajes alienígenas como: Trantor (Saga de la Fundación), Coruscant (Star Wars), Vulcan (Star Trek), Acheron LV-426 (Alien), Klendathu (Starship Troopers), Altair IV (Forbidden Planet), Ego (Guardians of the Galaxy Vol. 2), Arrakis (Dune), Pandora (Avatar), Krypton (Superman), Cybertron (Transformers), Mirrodin (Magic: The Gathering), High Charity (Halo), Yautja Prime (Predator) o Sera (Gears of War).

La sci-fi, con su capacidad única para explorar el futuro, lo desconocido y lo especulativo, se ha convertido en un poderoso vehículo para democratizar el conocimiento científico y la comprensión de la vida alienígena. A través de libros, películas y otros medios, la sci-fi ha llevado el fascinante concepto de vida más allá de nuestro planeta a audiencias globales, derribando barreras de acceso y fomentando la reflexión sobre la posibilidad de la existencia de inteligencia alienígena. Esta intersección entre la imaginación y la ciencia no solo ha inspirado a audiencias de todo el mundo, sino que también ha tenido un impacto significativo en cómo la sociedad percibe, comprende y participa en la búsqueda de vida extraterrestre (ejemplo “Proyecto SETI”). 

La sci-fi a menudo explora dilemas éticos, filosóficos y sociales asociados con el contacto con vida alienígena, lo que puede llevar a discusiones más profundas sobre nuestro papel en el universo. La sci-fi, al representar escenarios futuros de primer contacto, democráticamente invita a la audiencia a considerar las implicaciones éticas y morales de tales encuentros. Esto contribuye a la toma de decisiones informada y al debate público sobre cuestiones científicas clave.

Hoy en día, la pregunta para la gran mayoría de científicos relacionados a la exploración espacial no es si existe vida más allá de la Tierra, sino cuándo la encontraremos. Incluso un científico al mando de una misión a Júpiter sugiere que sería sorprendente si no hubiera vida en una de sus lunas heladas, basa su optimismo en La Ecuación de Drake, un intento de estimar el número de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia, con las que podríamos tener la posibilidad de comunicarnos, y a las que incluso, catalogamos su desarrollo usando la Escala de Kardashov, proponiendo la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. El físico italiano Enrico Fermi durante una conversación sobre la posibilidad de vida extraterrestre, formuló la pregunta: “¿Dónde están todos?” creando La Paradoja de Fermi, que expresa la idea de que, dado el número inmenso de estrellas en la Vía Láctea y la cantidad aún mayor de planetas que podrían albergar vida, deberíamos esperar observar signos de vida extraterrestre. Sin embargo, hasta ahora no hemos encontrado ninguna evidencia concluyente de su existencia.

Existen varias explicaciones propuestas para esta paradoja:

• Falta de tecnología detectable.
• Falta de interés en la comunicación.
• Limitaciones en la vida inteligente.
• Auto aniquilación: conocida como “La hipótesis del gran filtro”, la posibilidad más difundida en la cultura popular es que las civilizaciones avanzadas tienen la tendencia a auto aniquilarse antes de que puedan comunicarse a través de grandes distancias. Si una civilización supera la amenaza de la aniquilación atómica (referida comúnmente como la capacidad de destrucción nuclear), podría enfrentarse a otros umbrales tecnológicos que podrían poner en peligro su existencia.

Estos conceptos representan más un marco conceptual que fórmulas precisas, ya que muchas de las variables son inciertas y difíciles de estimar. Las ecuaciones se han utilizado como punto de partida para discusiones sobre la existencia de vida extraterrestre y la posibilidad de contacto, estimulando la reflexión sobre la naturaleza de la vida inteligente en el universo, pero siguen siendo herramientas especulativas y su utilidad está sujeta a las incertidumbres en las estimaciones de las variables involucradas, si aceptamos sus postulados notamos una contradicción aparente entre la alta probabilidad de existencia de vida extraterrestre en el universo y la falta de evidencia observacional de dicha vida.

Lamentablemente el aprovechamiento político del fenómeno UFO en momentos de crisis o desafíos políticos ha sido una estrategia utilizada en diversas circunstancias y contextos para desviar la atención pública hacia lo desconocido, desplazando temporalmente otros asuntos (1989, incidente ovni de Vorónezh, URSS; fines de los 90’s, Chupacabras en México; 2023 declaración ante el congreso estadounidense de ex-militares), permitiendo a los políticos abordar cuestiones críticas bajo menos escrutinio. Es esencial abordar este tema con un enfoque crítico y científico para separar la realidad de la especulación. 

La falta de transparencia en torno a informes de avistamientos UFO por parte de gobiernos ha llevado a la desconfianza pública. A medida que la discusión sobre los UFO continúa, la claridad y la transparencia son fundamentales para evitar que este fenómeno sea utilizado como una herramienta de manipulación política. La percepción de ocultamiento de información importante puede afectar la confianza en las instituciones gubernamentales.