¿Alguna vez has pensado en que eres un blanco fácil para el racismo? Generalmente, la mayoría de la gente latinoamericana responde que no.  Pero, ¿y si te digo que tu cultura ha sufrido racismo desde hace más de un siglo?

¿Qué se define cómo racismo? Si bien, el racismo tiene diversas definiciones, la idea general recurrente al hablar de racismo es la esclavitud o la discriminación de la gente afroamericana. Sin embargo, el diccionario de Oxford define racismo como: “la incapacidad o la negativa a reconocer los derechos, las necesidades, la dignidad o el valor de las personas de determinadas razas u orígenes geográficos”.  Por lo tanto, podemos entender que los prejuicios y los estereotipos hacia una cultura pueden ser clasificados como racismo y que son la causa del racismo hacia los mexicanos.

Al recabar testimonios de mexicanos viviendo en Estados Unidos, hicieron enfásis sobre la estigmatización y discriminación que sufren. He decidido remarcar las siguientes citas:

Kelly García, estudiante, dice que “cuando era freshman, me tocó con un güey que era bien racista, y pues como yo no sabía inglés me trato muy mal, que antes de ir a USA deberíamos aprender inglés, que en su país se habla inglés”

“Cuando era pequeño me molestaban porque mi comida ‘apestaba’ y aun me da miedo comer lo que me hace mi má”; cuenta Alejandro Martínez, respecto a su infancia como niño migrante.

Abigail Venalonzo, trabaja en el sector restaurantero y cuenta que es “la que gana menos de todo el restaurante según porqué no hablo inglés y yo soy la que más atiende”.

La gente hispana constantemente sufre diversas actitudes racistas. Ya sea en contra de su idioma, originaria e indigena, complexión y lugar de nacimiento. Pese a no ser tan latente como la que sufren las personas afroamericanas, la discriminación y el racismo contra los mexicanos es más acentuada en el aspecto laboral al no ser considerados aptos para un trabajo, o en el aspecto social al ser las mujeres constantemente sexualizadas debido a estereotipos difundidos en la televisión estadounidense.

En el ámbito laboral se tiene la idea de que el mexicano no es apto porque no tiene educación. Idea que proviene del estereotipo de un México pobre; “ese país que es un desierto, con cactus y mucha pobreza”. Aunado a esto los mexicanos son vistos constantemente como mano de obra que está dispuesta a tomar cualquier empleo, precario y sin ninguna seguridad social.

“Nuestros migrantes enfrentan actitudes racistas y de discriminación tanto de estadounidenses como de mexicanos. Su condición de indocumentados los coloca en una situación de vulnerabilidad. Entre este grupo es común ver la violación sistemática de sus derechos humanos, explotación económica, inseguridad social, menosprecio, racismo y riesgo de muerte” dice Abigail Calleja Fernández, internacionalista y diplomática mexicana, en su artículo “La discriminación a los mexicanos en Estados Unidos”.

Sin embargo, esta discriminación no es algo nuevo. Tiene sus orígenes en el siglo XIX cuando, debido al tratado Guadalupe-Hidalgo se pierde más de la mitad del territorio mexicano. Resultó una gran parte de población mexicana en suelo estadounidense.

Cuando comenzó a haber una mayor afluencia de migrantes surgieron diversos términos racistas tales como wet-back o “espalda mojada”, beaner o “frijolero” también se les llamaba cucarachas, ya que a su parecer los mexicanos “están en todas partes”. Algunos otros que no son términos, pero si palabras con las que incluso el expresidente Donald Trump se ha expresado son; violadores, narcos, criminales entre las más comunes.

En el ámbito social quienes son víctimas son las mujeres principalmente, esto debido a una constante sexualización producto de un estereotipo racial. Un ejemplo de esta sexualización es “Gloria” de la famosa sitcom “familia moderna” estereotipo que retrata todas las características de este estereotipo; ardiente, peleonera, promiscua y sexy.

Este estereotipo ha llegado a afectar en calidad laboral y social ya que la sociedad tiene un fuerte estereotipo de la mujer latina llegando a medir sus cualidades laborales o intelectuales en la manera en la que se viste o actúa.

Sin embargo, podemos notar como este racismo no aplica a todos los aspectos. La comida mexicana y elementos del folclore mexicano, como los mariachis, han sido muy aceptados e incluso incorporados a su cultura. Podemos decir que, aunque no seamos una cultura que recibe tanto racismo seguimos siendo víctimas de diversas conductas que a pesar de no ser tan evidentes, o normalizadas, siguen dando pie a un racismo invisible y latente.