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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Jair Eduardo Antúnez Morales / Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Picture of Nahomi Areli Hernández Orozco* Ilse González Morales**

Nahomi Areli Hernández Orozco* Ilse González Morales**

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3* Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9**

Mi nombre es Joselin soy estudiante de periodismo, me gusta aprender, hablar y escribir cuando estoy en contacto con el mundo, a solas me gusta bailar, meditar y leer y en ambas situaciones me gusta escuchar música.
Soy una persona trans disidente, estudiante de ciencias de la tierra. Amante del viento y de escribir sentires, a veces dedico escritos a quienes quiero.
Mi nombre es Rodrigo Muñoz, nacido en CDMX y radico actualmente en Puebla. Soy músico y estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales en la FCPyS. Creyente de David Bowie y fanático de One Piece.
Socióloga y neocorrectora de estilo. Me gusta escribir, ir al gym y descubrir nuevas propuestas musicales.
Soy Ixchel Espinosa y me gusta leer mucho al igual que escribir
Soy Val Martínez, estudio Artes y Diseño en la FAD plantel Taxco, Guerrero, mi escuela no es tan conocida, quiero participar en esto para darle más voz a mi facultad. Soy bailarina desde hace 14 años, actúo y canto, practico la acuarela desde hace 4 años, me encanta leer, la música, los gatos y ver el cielo a cada rato.

Verdadero amor

Número 9 / ABRIL - JUNIO 2023

Una historia de amor materno y sororo

Picture of Nahomi Areli Hernández Orozco* Ilse González Morales**

Nahomi Areli Hernández Orozco* Ilse González Morales**

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 3* Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9**

Desde siempre he tenido muy en claro lo que es el amor. Cómo no voy a saberlo si mis padres se aman, todo el mundo lo sabe. Su historia la conoce toda la colonia, es un verdadero cuento de hadas. Martín Escovedo, conocido en su juventud por romper corazones a diestra y siniestra. En todo el barrio, no había chica que se le pudiera resistir o que pudiera tenerlo como suyo por mucho tiempo. Parecía imposible que mi padre se comprometiera. Nadie podía imaginarlo atado a una sola mujer. Es entonces que entra en escena mi madre, Rosario, cuyo apellido de soltera ya nadie recuerda pues a nadie le importa. Lo único que importa es que tan pronto como conoció al donjuán de Martín, se enamoraron perdidamente y su apellido pasó a ser de Escovedo.

Por fin había llegado la mujer que podía satisfacer al coqueto de Martín. La boda fue preciosa, y de ahí, no hubo fuerza que pudiera detener su amor. Al año de casados ya tenían a su primer hijo, mi hermano Martín, conocido también como Martincito para distinguirlos a ambos. Después de un tiempo, nació un hijo más, Rogelio, como el abuelo, y otro más, José, como mi tío, y finalmente nací yo. Rosita, la única hija del matrimonio.

Todos conocen a los Escovedo, siempre felices y acomedidos. Somos el modelo de familia perfecta al que todo mundo aspira. Mis padres llevan más de 20 años casados, tienen una casa preciosa, tres hijos jóvenes y fuertes y una hija hermosa. En nuestra casa, todo es como debe de ser. Mi mamá y yo nos encargamos del aseo y de la comida, y debo decir que somos muy buenas haciéndolo. Todos los días, después de la escuela, le ayudo a cocinar, lavar y planchar la ropa. La hora de la cena es la parte del día que más me gusta. Mientras servimos la comida, puedo platicar con mi papá y con mis hermanos.

Ellos hablan mucho de sus novias. Mi mamá insiste en que quiere conocerlas, pero ellos insisten en que no es nada serio. Yo también tengo un novio, aunque los hombres de la casa no lo saben. Se llama Miguel y lo conocí en la preparatoria. Es muy guapo y me gusta mucho. Cuando me pidió ser su novia, obviamente le dije que sí. Llegando a la casa, se lo conté a mi mamá. Ella me dijo que sería mejor no contarle nada a mi papá o a mis hermanos. Cuando le pregunté, me dijo que podríamos darles la sorpresa más tarde. Yo creo que realmente es porque mi papá probablemente se enojaría si supiera. Pero está bien, me gusta poder vivir mi amor secreto.

Todo el tiempo que puedo, lo paso con Miguel. Tal vez parezca que es muy pronto para decirlo, pero lo amo. Sé que lo amo muchísimo. Me hace muy feliz cuando me trae flores a la escuela, cuando salimos a pasear a la plaza, cuando me presume con sus amigos. El único problema es que me da miedo perderlo, a veces siento que no soy lo suficientemente buena para él. Sé que no soy la novia perfecta, le he fallado varias veces.

El otro día estaba hablando con mi amigo Carlo cuando Miguel llegó, diciendo que quería hablar conmigo. Nos fuimos a un salón que encontramos vació y él me empezó a gritar. Fue mi culpa, debí haberle avisado que iba a pasarla con Carlo. Esto siempre pasa en casa, mamá debe avisarle a papá cada vez que sale al mandado, debí haberlo recordado. Miguel me dijo que me perdonaba, y estuve muy agradecida con él. No tenía porqué hacerlo pero aún así lo hizo. Perdonó mi mal comportamiento y siguió a mi lado.

Desde entonces, me he esforzado mucho en ser una buena novia. Intento recordar siempre a mi mamá, la mejor esposa que existe en el mundo entero. Ella es obediente, amable y sincera. Cuando comete un error, se atiene a las consecuencias. Ya sea que eso signifique recibir insultos o golpes, ella lo hace con dignidad. Siempre con la cabeza en alto. Y está bien, porque mi papá la ama, y ella lo ama. Mis padres se aman, todo el mundo lo sabe.

Aunque yo intentaba ser la mejor novia y trataba de complacer en todo a Miguel, un día cometí un grave error, yo sola provoqué todo, todo fue culpa mía. Estaba en el patio, hablando con Mario, mi mejor amigo, fue algo casual pues se me había acercado para preguntarme algo de la tarea de historia, yo le contesté de manera rápida, pues Miguel estaba en el baño y si salía y me veía con Mario, sabía que se molestaría mucho conmigo, pero Mario insistía en mantener una conversación conmigo. Yo buscaba la manera de no verlo, de no seguir hablando con él, hasta que el momento ocurrió, Miguel nos encontró justo en el momento que Mario tomaba mi brazo para que yo volteara a verlo; Miguel enfureció, le dijo a Mario que me soltara, que el único que podía tocarme era él, que yo era de él y que me dejara en paz, Mario no se quedó callado y le dijo que yo no le pertenecía a nadie y fue cuando Miguel golpeó a Mario, sólo vi sangre en el suelo y un segundo después iba siendo jaloneada del brazo por Miguel. Iba gritándome todo el camino hacia mi casa, yo no decía nada y tenía la cabeza baja, como le había visto hacer a mamá cuando papá le gritaba, eso siempre funcionaba para que no se enojara mucho más. Una cuadra antes de llegar a casa, Miguel se puso frente a mi, me dijo que yo era una cualquiera, una coqueta y que por eso Mario se había atrevido a tomarme del brazo, que todo lo provoqué yo y que si yo no le hubiera dado entrada nada de esto hubiera pasado, me dijo que me iba a dar una lección para que yo no volviera a hacer algo así y fue cuando sentí en mi pómulo derecho su puño grande y fuerte, tan fuerte que sentí cómo la sangre recorría mi mejilla.

Un segundo después entré a casa con los ojos llenos de lágrimas, mi mamá estaba sola en casa, me escuchó, se acercó y me preguntó qué había ocurrido, mientras me limpiaba le conté lo que sucedió en la escuela y ella solo repetía que yo había tenido la culpa, que yo debía haber sido más firme con Mario para que me dejara en paz.

Pero lo peor fue cuando mi papá y mis hermanos llegaron a la casa para cenar, era evidente el golpe que tenía en la cara, no podía seguir ocultando mi romance, papá enfureció, mis hermanos repetían que yo era una tonta y una cualquiera y que yo había dejado que pasara todo esto. Papá enfureció con mamá, le reclamaba que esto no habría sucedido si me hubiera educado como se debe, no como a una cualquiera y que todo el mundo nos criticaría y señalaría, que por su culpa ahora nuestra familia había quedado marcada, después nos pidieron subir a nuestros cuartos, pero desde arriba podía oír cómo mi papá golpeaba a mi mamá, ella, sin decir nada y soportando cada golpe, causado por mi.

Poco después lleve a Miguel a comer a mi casa, todos lo amaron, decían casi casi que era perfecto para mí y que yo era digna de estar con alguien como él, papá y mamá me dijeron que no debía dejarlo ir, que hiciera hasta lo imposible para que nos casáramos y así lo hice hasta el último momento.

Recuerdo que era nuestro tercer año de ser novios, era un día especial, tenía que complacerlo y eso fue lo que hice. Meses atrás Miguel quería tener relaciones sexuales conmigo, pero yo no me sentía lo sufiente para él, por eso lo rechazaba, pero hoy era el día que le sumpliría ese deseo que tenía. Un mes después comencé a sentir muchos mareos, nauseas, me sentía muy cansada y no me había llegado la regla, por lo que le comenté todo a mamá, hicimos una prueba de embarazo juntas y salió positiva, ella estaba orgullosa de mí, porque sabía que me casaría con Miguel, pero que quizás papá se molestaría, porque aún no estábamos casados y un hijo fuera del matrimonio estaba muy mal visto, pero me dijo que antes de sacar conclusiones, debía decirle a Miguel y eso hice.

Nos encontramos en su casa, sus papás nunca estaban, así que tendríamos privacidad. Cuando le dije que seríamos padres, nos casaríamos y formaríamos una familia, creí que se pondría feliz como yo, pero en cambio, enloqueció, dijo que debía abortar, que lo diera en adopción e incluso dijo que él no era el padre, cuando traté de calmarlo diciendo que él era el único en mi vida, que no iba a abortar y que tampoco daría a mi hijo en adopción, enfureció aún más, dijo que yo no le iba a arruinar su vida con un hijo. Lo último que escuché de su boca fue “Si no es por las buenas, será por las malas” y se lanzó sobre mí, comenzó a golpearme y no recuerdo más.

Al parecer, mamá quería llamar a la policía por mi desaparición, pero papá no la dejó, no querían escándalos, así que cuando papá se iba al trabajo y mis hermanos a la escuela, ella salía por las calles a buscarme, habló con Miguel y él le dijo que no sabía nada de mí y que seguro me había escapado con Mario, mamá habló con Mario y él le dijo que. por ser vecino de Miguel, me había visto llegar a su casa el día que fui a decirle que estaba embarazada, pero que nunca me había visto salir. Mamá comenzó a sospechar de Miguel y estuvo vigilándolo por semanas, hasta que un día pudo entrar a su casa, buscó por todas partes, pero yo no estaba, salió al patio trasero a tomar aire y llorar de desesperación y fue ahí cuando me encontró, inconsciente, con ojeras, golpes, con mirada triste y sin poder hablar.

Un mes después, mamá se divorció de papá, fue un escándalo total, pero sé que lo hizo por mí, porque papá no quiso levantar cargos en contra de Miguel y sus papás pudieron sacarlo del país, fue demasiado tarde cuando mamá quiso denunciarlo, y como mis hermanos eran mayores de edad quisieron quedarse con papá.

Ahora, sólo veo cómo mamá lucha día tras día, lucha por el amor que me tuvo, ese amor que siempre tendrá una madre a su hija, lucha para que nadie más sufra lo que yo, que nadie más eduque a sus hijos de la misma manera en la que fui criada junto a mis hermanos, que nadie más crea que quedarnos calladas es bueno y normal en una relación. Desde donde estoy puedo ver y decir que ella lucha por quien fue y seguirá siendo su único y verdadero amor, yo, Rosita.

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Verdadero amor

3 respuestas

  1. Me gustó mucho, es una realidad aun en esta época qué haya ese tipo de comportamientos por parte de nosotras solo por el miedo a quedarnos solas o creer que es lo correcto ya qué nos educaron así. Felicidades a las escritoras, ojalá esto haga reaccionar a alguien que se encuentre en esa situación antes de que sea demacrado tarde.

  2. Que Fuerte es el corazón de esa madre por Rosita, es muy triste que aún sigamos viviendo cosas asi. Es toda una lección para las que somos madres , pues debemos abrirles los ojos a nuestros hijos.

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