Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco
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La moda es cíclica y con ella los cuerpos; con el regreso de los 2000 en una sociedad pretenciosa comenzaron tendencias de tops, faldas cortas y pantalones a la cadera, impulsando a tener cuerpos delgados y presentando a la mujer con proporciones corporales que asemejan a la muñeca “Barbie”.
“Todas las mujeres millennials padecieron un trastorno alimenticio o estuvieron al borde de hacerlo”; la talla cero vuelve a tener presencia de nuevo, esta hace referencia a la talla extra chica, esta talla es poco realista y no se adapta a la estructura de muchas personas, lo que ha generado un ideal casi imposible de cumplir, llegando a padecer trastornos alimenticios personas que aspiran a un cuerpo “perfecto” o dentro de los estereotipos impuestos en una sociedad con un pensamiento sexista.
Durante los 2000, muchísimas mujeres padecían contra el hambre y estas llegaron a desarrollar TCA o mejor conocidos como trastornos alimenticios; implica los cambios de cómo una persona se relaciona con la comida, teniendo como consecuencias en la salud que llegan a provocar hasta la muerte. Entre los trastornos más comunes se encuentran la Anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno de evitación de alimentos. Según la asociación ACAB, son las mujeres que presentan mayor porcentaje de estas enfermedades por la presión de “un cuerpo perfecto” y parámetros que se tienen que cumplir.
Las famosas como Bella Hadid, Jennie de BLACKPINK, Danna Paola son los íconos de moda del momento, haciendo que una generación 20 años después aspire a ser extremadamente delgada y tener medidas corporales extremas. Las redes sociales se han convertido en un constante bombardeo que hace que las nuevas generaciones se comparen principalmente con otras cuentas que siguen, convirtiendo día a día la delgadez en una aspiración de belleza.
La industria de la moda es una de las responsables de este fenómeno. Testimonios de modelos nos hacen ver una industria sobreexplotadora que crea estereotipos casi imposibles de cumplir. Modelos como Audra Callo o Mariana Zaragoza han hecho denuncias sobre esta industria y cómo pone en segundo plano la salud y el bienestar de las modelos, llegando a casos como el de Isabelle Caro, fallecida por la anorexia causada por la talla cero.
En una entrevista, el diseñador Karl Lagerfeld dio su postura del tema diciendo: “Nadie quiere ver gordas en pasarela”, o la frase dicha por Kate Moss en 2009: “Nada sabe tan bien como la sensación de estar delgada”. Estos comentarios glorifican una idea de delgadez.
En el desfile de Dolce & Gabbana, Kim Kardashian apareció más delgada. Sí, la mujer que impuso durante una década un cuerpo curvy que muchísimas mujeres imitaron llegando a someterse a operaciones, pero como toda moda que se expande y llega al alcance de millones de personas, esta se vuelve desechable. Ahora que había perdido peso y se había quitado los implantes, llega para imponer un nuevo canon de belleza, creando un ciclo repetitivo del cuerpo “ideal” de una mujer aunque este tenga consecuencias tanto físicas como mentales.
Hace 20 años, las referentes de moda eran Hilary Duff, Lindsay Lohan o en Latinoamérica teníamos a Anahí. Años después admitieron públicamente que sufrían algún trastorno que les daba esa figura. A todas ellas se les imponía un canon de belleza producto del medio donde se desenvolvían y como este buscaba una idea de belleza femenina.
Para un tratamiento de TCA, se debe implementar varias estrategias como brindar información al paciente y hacer un diagnóstico para ver su pronóstico nutricional, tener una modificación en la conducta de patrones alimenticios, tener estrategias para afrontar el deterioro mental y físico que ocurre por un TCA, y la prevención de decaídas, ya que es un proceso lento y se necesita de una red de apoyo, pero se debe evitar un control excesivo.
En el contexto actual, con el uso excesivo de redes sociales, nos encontramos inmersos en una cultura que promueve la comparación constante, tanto de cuerpos ajenos como del propio. Durante años, me he sentido acomplejada con mi cuerpo y con la idea de subir de peso. Contar las calorías de cada alimento que consumía, la idea de reemplazar diversos alimentos por otros más “saludables” y algunas veces llegando a vómitos provocados.
La ropa se tiene que ajustar a ti; ser una talla 0 no debería ser un estándar de belleza. Como sociedad, deberíamos cambiar este pensamiento gordofóbico que lo único que ha generado son problemas a la salud mental y física de millones de mujeres en una industria que es sexista y cree que el sinónimo de belleza es solo un prototipo, no diversificando la gran cantidad de cuerpos y medidas que existen, cada una de ellas igual de bellas.
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