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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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furkanfdemir/Pexels
Picture of Ámbar Sofía Téllez Guzmán

Ámbar Sofía Téllez Guzmán

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco

Si tuviera que elegir una frase para describirme utilizaría a Clarice Lispector con: “Escribo como si fuera a salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida.” Nací el 28 de mayo del 2004 en la Ciudad de México. Chilanga. Soy Directora, fundadora y editora de la revista y plataforma Marjorie Revue. Feminista, mexicana, escritora y lectora apasionada desde que adquirí la habilidad de leer, tomar un lápiz y formar historias con él.

El gato murió

Número 4 / ENERO - MARZO 2022

Te amo menos que ayer, te amo menos que hace dos semanas, te amo menos de lo que te amaba cuando te fuiste, y te dejare de amar…

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Ámbar Sofía Téllez Guzmán

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco

03/11/2019

Querida rosa…

Te escribo por última vez, sé que así has de querer, y es que tengo que decirte algo, muy importante.

Espero que estés leyendo esto, en vez de romper el sobre con la carta al ver mi nombre escrito en el  papel, sepas que también espero que estés bien, siempre espero que estés bien.

He trabajado últimamente en mi libro, seré honesta, es bueno, aunque soy una persona con actitudes narcisistas, pero eso tú lo sabes, todo lo sabes, es una de las cosas que más adoré de ti es tu enorme hambre de saber, tal vez si fueras a esos realities donde todos preguntan cosas de todos los temas y que nadie sabe, tal vez tú sí sabías, tal vez tú ganarías.

Sé que lo último que quieres saber es sobre mí, aunque a ti siempre te gusta saber cualquier cosa (eso ya lo mencione). He estado buscando empleo y ya tengo uno en una oficina, escribiendo… me gusta escribir, me gusta mi nuevo empleo.

El chiste es que estoy trabajando en una revista, reviso lo que los demás escriben y lo corrijo lo cual implica que lea. Me gusta, y a veces cuando faltan artículos o algún texto, escogen algo mío (sé lo que piensas, es grandioso). Siempre sabía qué pensabas, menos el día que me dejaste.

He estado como dos meses en mi  nuevo trabajo, creo que es algo muy bueno para mí: queda lejos de mi casa, lo cual me permite escuchar música cuando voy de camino; hago hora y media, a veces más cuando es época de lluvia. Me gustaba la época de lluvia, hasta que vi Parásitos, y me sentí culpable y privilegiada: mi casa no se inunda, lo cual es bueno, aunque si lo pienso vivo en el tercer piso, aunque repito soy una persona privilegiada.

¿Te acuerdas que esa película la vimos juntas?. La escogimos porque te gustó el póster en el cine; apenas había salido, nadie hablaba de ella, y cuando ganó aquella estatuilla dorada te emocionaste mucho.

He estado trabajando en mi gusto por el cine desde que te dije que mi película favorita era “Rápidos y furiosos 2 “y quisiste terminar, luego te reíste y mencionaste que no sabía nada de cine, pero me dijiste que tú me ayudarías a mejorar mis gustos, a veces no sé si  eso era bueno, el cambiarme por algo que tu querías, pero era un cambio bueno, ¿no? La verdad es que era muy triste que me gustara demasiado “Rápidos y furiosos 2 “, cuando existe “La rosa purpura de Cairo” o esa película que es en blanco y negro, donde se enamoran y es un clásico, y tocan el piano, donde al final no se queda con la chica. Me gustan esas películas, donde al final no se queda nadie con la chica.

Y es que en la vida tú no te quedas con la chica. Pero bueno, aparte de eso he estado bien, mamá, ya no pregunta por ti y los vecinos tampoco, tus cosas seguramente ya te llegaron junto con esta carta y he comprado una planta, la puse donde estaba esa cabeza rara de escultura que compraste un día en un bazar medio extraño. La cabeza era extraña, me acuerdo que me pegue un tremendo susto la primera noche que estuvo en la casa, me desperté para ir al baño y la vi en el pasillo, grite y tu despertaste, te reíste y dijiste que la cambiarías de sitio, pero nunca lo hiciste.

Tengo que confesarte que una vez que compras una planta no puedes dejar de comprar plantas, aparte de la palmera que compre, también compre unas violetas y un palo (¿así se les dice? , no lo sé pero se ven lindos); espero que no se sequen, hacen que la casa se vea como de esas personas cultas, e interesantes, sé que las plantas no te hacen culto e interesante, pero tener plantas a lado del librero si me hacen sentir una persona culta e interesante.

Fuera de eso te repito, estoy bien, y debo decirte algo muy importante.

Quiero decir debo estar bien, tú no estás aquí y eso está bien, siento que esta carta será incómoda de leer dentro de algunos años, como las cartas que le escribía a los chicos en secundaria, sólo recordar que lo hacía me hace sentir incómoda, ¿ esta carta será de ese tipo?, espero que no. A veces pienso en esas cartas, esos chicos me tienen en Facebook, ¿ellos tendrán todavía las cartas?, espero que no, sería muy humillante, aunque así es la vida, humillante.

Tal vez un día sus hijos husmeen en su cajón de cosas buscando dinero o algo, y encuentren una carpeta donde haya fotos viejas, algunos recortes, tal vez su diploma y entre eso, mis cartas y piensen de mí, “¡que loca!” Me acuerdo que siempre fui así de impulsiva, tal vez por eso me volví feminista, era impulsiva, era lista y no creía en los roles de género, si te gusta alguien deberías de decirle, deberías de mandarle una carta, no deberías amar en las sombras, ¿eso que tiene que ver con el feminismo? Jamás superé que aquel chico de Primero B me llamara fácil, por querer a alguien, ¿por qué cuando una mujer quiere a alguien y se atreve a decirlo de frente le dicen fácil?, y eso de ser “fácil”, es un insulto pero si no eres “fácil” también te insultan, eso me causaba mucha confusión cuando era pequeña, ¿por qué los chicos tenían tantas maneras para insultarnos y clasificarnos?.

Tal vez algún día tus hijos busquen en tus cajones y encuentren esta carta. Nota: Si eres hijo de mi amada Rosa, y estás husmeando en sus cajones y encuentras esta carta, no clasifiques a las chicas…

Jamás había querido tener hijos, hasta que te conocí, pero eso no sé si es bueno, ¿ahora qué hago? Aunque el hecho de adoptar un gato fue algo lindo, sé que no es un niño, pero era un gato bonito.

No te quiero pedir que vuelvas aunque siento que en varias parte de esta carta te lo digo, siento que te estoy rogando que vuelvas, pero es inconsciente, mi inconsciente quiere que vuelvas, pero yo no, yo quiero que seas feliz Rosa, quiero que leas esto y no vuelvas porque eres feliz, y te amo y no en las sombras, en medio de la pista de baile (si esto fuera un baile escolar te besaría frente a todos en medio de la pista), pero esto no es un baile es la vida real, o tal vez es una película de culto que me obligabas a ver, de esas películas, donde al final no se queda nadie con la chica. Y yo no quiero quedarme con la chica.

Rosa, mi querida Rosa, estoy bien, y espero que estés bien, espero que estés conociendo el lugar y que estés saliendo con alguien, y espero que no llores en la noche, y espero que sigas con tu psicóloga, y espero que tu ansiedad este bien, ¿te acuerdas cuando tuviste un ataque de ansiedad y nos quedamos esa noche a dormir en el baño de la casa de Alexis?, todos tuvieron que orinar en la coladera del jardín, yo sí me acuerdo.

Espero que sigas viendo cine, y espero que hayas cambiado de corte de pelo (no me malinterpretes tu siempre quisiste cortarte el pelo), espero que te hayas atrevido; también espero que estés mejorando con el chelo ,( no puedo creer que mido un chelo y unos centímetros más). El chiste es que espero que estés bien, porque te amo, y eso cambiará, te amo menos que ayer, te amo menos que hace dos semanas, te amo menos de lo que te amaba cuando te fuiste, y te dejare de amar y un día nos encontraremos y te diré que luces bien, y me dirás que tienes un nuevo empleo, y luego verás un anillo de compromiso en mi mano,  y me dirás felicidades, y te invitaré a la boda e irás y tal vez, si la ironía está presente, agarrarás el ramo, te despedirás de beso y luego te irás antes. El regalo de bodas seguramente será un libro, y yo sabré que te amé y tú sabrás que me amaste, y sabremos que algo salió bien.

Porque hoy te amo, pero eso no durará y te seguiré queriendo, porque eso es algo eterno.

En fin, sabes estoy escribiendo mucho, honestamente sólo tenía planeado decirte lo que te tengo que decir, y decirte cómo me estaba sintiendo. Y ya sabes, hacer las preguntas estúpidas que se hacen en las cartas, porque son estúpidas, como ¿por qué le preguntarías a una persona como esta si sabes que no te responderá?, pero a veces tiene sentido, cuando no había internet y esas cosas me imagino, tenían sentido. Hace unos meses vi un video de un hombre, que decía que si agregáramos el internet a los grandes clásicos se irían a la mierda; un ejemplo sería Romeo y Julieta, Julieta le mandó un mensaje de texto diciendo “No te mates, estoy fingiendo nos vemos en un rato”; o el coronel de García Márquez sí tendría quien le escribiera; o Santiago le mandaría un mensaje a su madre diciendo, “No cierres la puerta”, hasta Caperucita Roja buscaría en google el camino para llegar. Te mandaría ese video, pero sería incómodo que no te llegara la carta y tu ex te mandara un video sin contexto.

Ahora que lo pienso no tiene sentido que te escriba una carta, muy bien pude escribirte un mensaje de texto, simple, que dijera, “Rosa, el gato se murió”, y listo.

Tal vez buscaba un pretexto para decirte que estoy bien, o que no lo estoy , pero lo estaré. Tal vez necesitaba esto , tal vez tú lo necesitabas, tal vez es lo correcto, tal vez solo quería escribirte una carta, tal vez esta es la manera más correcta para decirte que te amo y que me rompiste el corazón en mil pedazos, tal vez esto es mejor que correr a tu casa y lanzar una piedra y romper tu ventana, aunque sé que me sentiría mejor, definitivamente me sentiría mejor si rompiera tu ventana , pero no lo haré y eso está bien, porque yo estoy bien, tú estás bien… tal vez el gato no lo está , pero yo sí y lo más importante tú también.

Rosa el gato se murió.

Con cariño, Amelia.

EPÍLOGO

Quise escribir una historia de amor, pero no desde el mismo punto, y no desde el mismo formato, quería escribir una carta, misma que se cuente una historia, y que en aquella historia, se reflejaran características del personaje ficticio que escribió esa carta, quería que en este formato se pudiera conocer una historia, un sentimiento, y la personalidad de ambos personajes que se encuentran  en lo que es el destinatario y el remitente.

Quería que el personaje ,el supuesto escritor de la carta y a quien se le entregaran, tuvieran características peculiares, pero también familiares, que cuando alguien la lea, se sienta identificado gracias a las características, mismas que quería que se transmitieran cuando se leyeran. También quería que al leerse se sintiera personal, y creo que lo logré. Aparte de que quería que tuviera un toque irónico, que igual reflejara la personalidad del personaje.

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El gato murió

Una respuesta

  1. Cada día me sorprendes,esa forma de escribir tan tuya,se que cada día lo haras mejor y lograrás todo lo que te propones FELICIDADES AMBAR

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