Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco
Sigo buscándome en los álbumes que contienen viejas fotos,
En las cuerdas de mi ukelele,
En las cartas que alguna vez escribí,
En mis libros favoritos, en algunos escritos,
Escuchando las mismas canciones.
Sigo buscándome como si fuera un objeto perdido,
Buscándome desesperada en los bolsillos de mi chamarra favorita,
En la lavadora, en escenas de películas,
Sigo buscando algo que perdí y exactamente no se en donde,
Estoy atrapada, en cuatro paredes,
Tirada en el piso envuelta en una toalla, mojada,
Viendo el techo, mientras lloro a mares,
Yo no sé quién es la silueta en el espejo,
¿Por que como es posible que alguien se sienta tan ajeno a uno mismo?,
A tal grado que me busque al fondo de una taza de café,
Que mire el espejo y vea el tiempo pasar, pero siga en el mismo lugar,
Porque las personas se enamoran, las personas lloran, y vuelven a crecer,
Pero yo sigo aquí.
Sintiendo como me crecen raíces,
Sintiendo el polvo en mi rostro,
Los pájaros se detienen y hacen su nido en mi cabello,
Las personas se toman fotografías ante aquel monumento,
En el que me he convertido,
Los libros se cubren de polvo,
Las estaciones pasan una y otra vez,
Las personas triunfan y luego fracasan, caen y aprenden a volar,
Y yo sigo aquí,
Como una película vieja de los ochenta que nadie recuerda, y solo algunos ven,
Como las notas viejas en la orillas de las hojas de los libros que venden a veinte pesos fuera del metro,
de aquellos que muy pocos se atreven a leer.
Porque todos siguen repitiéndome lo mismo una y otra vez,
Repitiendo algo que no puedo ver,
Y grito de desesperación,
Porque sigo buscándome,
Intentando ver qué es lo que ven en mí,
Armando el rompecabezas,
Porque la palabra que ocupan para describir a las personas como yo es “rota”,
Buscándome en fotos, mientras echo raíces,
Mientras ciento que me quedo inmóvil,
Mientras veo a todos seguir,
Porque yo me quede ahí,
Yo todavía no cumplo años, y todavía está al teléfono,
En la radio suenan las mismas cinco canciones del 2019.
Yo sigo aquí,
Intentando repararme, armarme,
Como un jarrón japonés, con grietas doradas,
Yo me quede ahí,
Ellos crecieron, hicieron una vida, las personas murieron,
Las princesas aprendieron a salvarse por ellas mismas,
Las personas se besan en las calles, las hojas caen de los árboles,
El calor aumenta,
Las personas se dicen te amo, y luego se miente,
Y yo sigo aquí.
Sigo aquí intentándolo, sigo viéndote a través de las fotos,
Creciendo,
Viendo como siguen, mientras yo lo intento,
Porque lo intento,
Aferrándome como una novia a lo que ahora es un soldado en una estación de tren en 1939,
Aferrándome a lo poco que queda de mí,
A los restos, a las sobras, a los pedazos regados en el piso,
Porque sigo aquí,
Aquí estoy,
Lo sé.
Por Natalia López Hernández
Matices sobre la desigualdad, el dolor y la rabia
Por Christian Osvaldo Rivas Velázquez
El romance y la teoría social se cruzan en C.U.
Por Antonio Bernal Quintero
¿Hasta qué límites salvajes nos podrían llevar las disputas por el agua?
Una respuesta
Lo adoré. Me encanto. Mientras leía cada oración, me sentía cada vez más identificada. Ambar tiene mucho talento y muchos sentimientos guardados. Me alegra que los exprese de esta manera<33