En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Ana Paulina Herrera Hernández

Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Vallejo

Soy una estudiante del CCH, me gusta leer historias asiáticas por su mejor avance en redacción y desarrollo, de igual modo disfruto las historias poéticas, aquellas que permiten conectar con nuestras sombras que no permitimos salir a la luz del día. Otro de mis hobbies es aprender sobre culturas en otros países, así como familiarizarse con otros idiomas aunque a veces su aprendizaje no sea tan fácil.

En busca del sentido de la vida

Número 18 / JULIO - SEPTIEMBRE 2025

La política y la religión siempre generan controversia

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Ana Paulina Herrera Hernández

Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Vallejo

Vivimos en un mundo que avanza de forma constante por lo que nos encontramos rodeados de diversas creencias y perspectivas. Sin embargo, como adolescentes en pleno crecimiento, nos cuestionamos si realmente es correcto lo que creemos, qué es lo que hay más allá, por ponerlo en otras palabras: la llamada crisis existencial. Ahora bien, ¿realmente llegamos a una respuesta, o solo fingimos tener una y seguir con nuestras vidas? Para poder entender la raíz de muchos credos hay que retroceder en el tiempo. En la época prehispánica veneramos a dioses con diferentes acometidos, por ejemplo, las danzas para que lloviera o sacrificar a los mejores guerreros para que los dioses estuvieran contentos y cumplieran las peticiones. A la llegada de los españoles, estos tuvieron que “humanizarnos”, ya que nuestras prácticas religiosas les causaban terror, e incluso a la fecha son vistas extremas, pero en ese entonces no eran raras, eran comunes. La historia de lo “inhumano” también se repite en la religión cristiana, donde a lo largo de su historial se han cometido pecados muy graves en nombre de Dios, ya sea a través de sectas o incluso desde la Iglesia.

En la antigüedad el cristianismo tuvo gran renombre, la Iglesia gobernaba el poder político, y no solo eso, sino que imponían un control social al utilizar la fe de los creyentes y la noción del bien y del mal para, de algún modo, tener amenazada a la gente con las frases como: “esto te acercará al diablo” o “esto te llevara al infierno”, amagos respaldados en mitos. Un ejemplo de lo anterior son las brujas, quienes sólo podían ser mujeres y eran aquellas que realizaban prácticas diferentes a lo “normal”, por lo que eran consideradas aliadas de los demonios; tomemos en cuenta que en esta época (alrededor de los siglos XVI y XVII) los derechos de las mujeres eran nulos. ¿Alguna vez pensaste que quienes eran acusadas solo eran mujeres que ejercían sus derechos o se salían de las normas convencionales? Es a través de los mitos que las creencias se convirtieron en un control social.

La religión ha tenido un fuerte impacto en la sociedad, y a pesar de que no exista un registro del cómo comenzó, podemos plantearlo de la siguiente forma: ¿has escuchado la frase “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” de Joseph Goebbels? Si transportamos esta frase a la religión, imagina a millones de creyentes en la búsqueda de una verdad para un orden existente y que en su búsqueda alguno afirmara que tuvo sueños premonitorios, o que una presencia bajó y le habló, afirmándole qué era lo que tenía que hacer. Cane reflexionar , ¿y si estos sueños se basaron en sus preocupaciones reprimidas? O las voces que decía escuchar eran murmullos desesperados inventados por su cabeza? Sin embargo, no sería criticado, puesto que las personas que lo siguen se encuentran de la misma manera: ansiosos y deprimidos de no encontrar una respuesta a su vacío existencial. Por lo tanto, esa mentira inconsciente pasaría a ser una verdad colectiva.

Si tratamos de comprender por qué creemos en lo que creemos, notaremos que sigue un patrón. Osuma Dazai, novelista japonés, en 1948 publicó su libro Indigno de ser Humano, ahí en la introducción relata cómo fue su vida, y hay algo en particular por lo que esta obra es muy famosa, él jamás entendió a los humanos, llegó a percibir en su actuar hipocresía, de ahí el título. El escrito no se sentía digno de ser humano ya que no comprendía las emociones que evocamos. Su vida la basó en dos acometidos: buscar el suicidio y actuar como un bufón, ¿por qué? Si los humanos reían, entonces él podría sentir que encajaba, colocaría su máscara de teatro en su rostro y diría: ”Los entiendo, también soy humano”.  Sin embargo, las grietas internas cada vez se hacían mas grandes con las dudas que lo carcomían, de ahí deriva su razón del suicidio, al no encajar en ningún lado, y no tener un motivo de creencia o existencia, su vida no tenía sentido.

Entonces, ¿cuál es el sentido de la vida? Los humanos nos diferenciamos de todas las especies o inteligencias artificiales por el hecho de sentir y creer, así, de algún modo, no caeremos en la locura. Si bien somos libres de mantener nuestra fe en lo que consideremos verdadero, existe un aspecto necesario a considerar: nuestra moralidad. Es cierto que cada creencia mantiene aspectos propios, pero no podemos omitir un sentido general de lo bueno y lo malo, puesto que entonces podríamos cometer atrocidades. Lo correcto es mantener la balanza sin inclinarnos demasiado a un lado, respetemos la ética social que a lo largo de la historia, gracias a los errores del hombre, hemos forjado. 

Tampoco hay que sentirnos obligados a elegir algo solo por encajar, a veces recibimos influencias externas de familiares y amigos para introducirnos a círculos sociales que pueden girar sin nosotros. ¡Encontremos nuestro criterio! Podemos recibir asesorías u opiniones, pero esto no debe interferir en lo que creemos; al final cada quien es dueño de su vida y de sus pensamientos. Pero bueno, la política y la religión siempre generan controversia.

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