Facultad de Estudios Superiores Acatlán
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Fuerza bruta
Cortó en partes y un diente cayó al suelo; los golpes fueron certeros, las instrucciones fueron precisas; puso pimienta en un bote y vistió el uniforme, ese día usó guante blanco. No sin antes terminar de hacer pollo con queso parmesano.
Gran soberano
Verde, blanco y rojo lo acompañan, cabello bien peinado, bigote parado, camina erguido y lleva escudo de la nación en su bolsillo, ¿quién es?, sí, así es, un payasito con veinte pesos en el bolsillo.
Mal del puerco
Una cámara, ciento veintiocho cenadores; ¿para qué cenarían todos frente a una cámara?
Elección
El asiento que un hombre de cabello blanco y voz rasposa dejó vacío, fue ocupado por una mujer; la multitud parada se aplasta contra el metal, niños, hombres, adolescentes y mujeres de distintos colores de piel con rostros contraídos, cabizbajos, apacibles y pocos levantando la mirada para sonreír.
Algunos no son mexicanos o no tienen el mismo apellido, ni la misma ropa, ni la misma estatura ni quieren llegar al mismo lugar, otros, los más afortunados sí están sentados.
La misma mujer se levanta, deja la silla vacía de nuevo, todos se miran, cualquiera busca sentarse ahí.
—¿Pero si lo ocupa? — pregunta una voz entre la muchedumbre.
En el camión nos quedamos callados esperando la respuesta, no contestó. Nadie se sentó. Seguimos parados hasta la base. Sin saberlo aquel día la ruta 256 con sesenta y seis pasajeros —treinta de ellos parados— fue la mejor política que ha habido en México.
Presidente
Agarró su pluma, elegante, de color dorado y detalles en plata, la punta es fina.
Firmó el papel frente a él, no sabía absolutamente nada de política, babeaba sobre la mesa, su libro favorito era La biblia y su cabello era bonito. Tenía todo para ser electo presidente.
Cuando anunciaron que ganó, nada pasó, se hizo un meme y nadie habló, después de todo, el voto es confidencial, si no hace nada y nadie eligió, entonces el siguiente sexenio me postularé a presidente.
1999
Cuando despertó, el PRI seguía ahí.
Peña
En un chalet, Madrid , 2023.
—Dígame, señor presidente, ¿cuáles son tres libros que marcaron su mandato?
No lo dijo, pero lo pensó:
—Ah sí… El dinosaurio, El principito y La biblia.
Prensa no deseada
Las llamadas la atiborraban, años de investigación, meses sin pegar un ojo, días escribiendo, horas especulando.
Cuando cambió de celular, ya no volvió a usarlo. Y en la mañanera del día siguiente anunciaron una sospechosa desaparición, afortunadamente no era la del hermano del presidente.
Por: Melisa Areli Mancines
Me aterra pisar sobre la piedra y que el mundo vea mis pies sangrar
Por: Nezahualcóyotl Enrique Estrella Flores
Algunas pistas sobre el sentido del “yo” a partir de la literatura
Por: David Sandoval Medina
¿Aprendí el significado de la vida viendo la televisión?
Por: Ruth Elizabeth Chargoy Ramírez
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El siguiente texto contiene spoilers de Cortar por la línea de puntos