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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Alina Vilchenko/Pexels
Picture of Esther Gomez Parra

Esther Gomez Parra

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 4, Vidal Castañeda y Nájera

¡Soy Esther! Me gusta leer, escribir, cantar, las cosas con brillitos y ver series, aunque ya me había presentado antes por estos lados. .

Mil Sábanas

Número 3 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2021

Cuento narrado desde la infancia; diario de un México machista y desigual.

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Esther Gomez Parra

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 4, Vidal Castañeda y Nájera

3 de septiembre

El desayuno del día de hoy fue huevo con jamón. Lo comí en un taquito como mi mamá me lo enseñó, porque ella es una mamá oso y yo soy una osita, pero mi papá es un león porque siempre está rugiendo. Esto es un secreto que solo te cuento a ti, mi madre dijo que no puedo decirle a nadie que papá puede convertirse en león. A mi casi no me ruge porque mi mamá me lleva a mi cuarto, pero a veces si lo oigo gruñir cuando mi mamá lo atiende.

Hoy también fui a la escuela con mis dos moñitos de color rojo, cuando la Miss dio recreo jugué con mis amigos. ¡Y a que no sabes! Jugamos a las escondidas entre todos ¡Y gané yo! Porque nadie me encontró y eso qué estaba bien cerquita del que contaba.

Ahí viene mi mamá, me va a contar un cuento así que te escribo después querido diario.

—¿Cuál es el cuento de hoy mami?

—El cuento de las mil sábanas, cielo.

—¿Mil es mucho?

—Mjum, si mi niña.

—¡Entonces te vas a tardar un chorro!

—¿Sabes? Te prometo que todas las noches te lo contare hasta acabarlo, ¿Sí?

—¡Sipi!

4 de septiembre

Querido diario, ayer mi mamá me contó que las sábanas son mágicas, solo me contó sobre tres: la primera era rosa y era de una princesa que escapó de su reino, la segunda era roja y tenía un tigre, que en cualquier momento me protegería de los monstruos por si tenía que esconderme de uno o me daba miedo. Cuando me iba a contar más mi papá gritó desde la cocina, así que ya no me dijo más.

Hoy en la escuela la Miss me dijo que tenía que llevar un peluche para mañana para jugar, le dije a mi mamá y saliendo pasamos a la pape de doña Mari para comprar uno. Es pequeñito y aún así me gusta mucho. A mi papá no le gustó porque cuando lo vio volvió a rugir, bueno, yo no lo vi, pero lo escuché. Esta fue la primera vez que mi mami le respondió el rugido y seguro es porque ya se están llevando bien.

Quiero aprender a rugir como ellos, pero a veces mi voz no sale de mi cuello cuando eso pasa. Ya me voy, mi mamá ya viene a envolverme como tamalito en mi cama, adiós.

—Mami, ¿Qué tienen tus ojos?, ¿Te pintaste?, ¿Me puedes pintar a mí también?

—Si princesa, ¿De qué color quieres que te pinte?

—¡Morado, como los ojos de mi mamá!

—Mmm, bueno, pero no tengo sombra morada, te pintaré de rosita, ¿Sí?

—Bueno mami, ¿Pero entonces, cómo te pintaste de morado los tuyos?

—¡Ah!, una amiga me lo presto, luego se la vuelvo a pedir para ti mi vida.

—Seguro a mi papá le gustó muchísimo, por eso estaba rugiendo hace rato, ¡Estaba feliz!

—Si, yo igual creo que le gustó mucho, mi cielo.

5 de septiembre

Querido diario, hoy en el recreo un señor le hablo a la Miss, yo creo que eran novios porque cuando la maestra me vio ir con ella me tapó los oídos y me devolvió con los demás niños, esta vez espere muchísimo a la salida, pero la Miss se quedó conmigo hasta que volvió a llegar el señor de traje negro.

Esta vez no andaban de novios porque me habló a mí. Me hizo preguntas extrañas. Me dijo que mi mamá no podría venir por mí, dicen que llevaba un vestido blanco pero que estaba manchado de rojo, yo les respondí que eso es imposible, porque a mi mamá no le gusta ensuciar las cosas y menos usar vestido porque mi papá comienza a rugir y se convierte en león, pero me tapé la boca porque mi mamá me dijo que no se lo dijera a nadie.

Cuando llegamos a mi casa papá no estaba, pero seguramente otra vez se convirtió en león porque todo estaba tirado. Como mamá no estaba yo lo recogí, después me puse mi pijama solita, y me lavé los dientes, pero mamá aun no llega, yo creo que ya no la voy a esperar, pero sé que mi mami no es una mentirosa, yo sé que ella va a venir.

6 de septiembre

Hoy sacaron varias cosas de mi casa y a mí con ellas, nadie me pudo quitar la cobija de tigre, me escondí en ella porque tenía miedo, también agarré las pinturas de mi mamá de su mesita.

¡Ya les pregunté a todos por ella y no me dicen nada! Los demás niños con los que me pusieron no me hablan, dicen que por ellos nadie volvió, pero mi mamá no es así, ella va venir, lo juro por mi osito de peluche. Porque cuando vuelva nos iremos a casa y usaremos la sábana del tigre para que nos defienda del león y usaremos la de la princesa para salir por la venta y caer encima de plumas y después me llevará a jugar.

¡Ah! se me está acabando la crayola con la que escribo cuando mamá vuelva le voy a decir que me compre un paquete con doña Mari, ¡Ahí viene la señora que nos cuida! Te veo después querido diario.

—Es hora de comer, niña.

—¡Yo no como sin mi mamá!

—Tu mamá no va a venir niña.

—¡No es cierto, mi mamá ya viene!

—Si no quieres comer entonces nada más déjala, ¡No me voy a andar preocupando por una niña que ni es mía, faltaba más!

9 de septiembre

Querido diario, todos me dicen cosas que no entiendo, todos me miran extraño y en la escuela ya nadie juega conmigo, no quería llorar, pero extraño a mi mamá y tengo miedo, dijeron que ella ya no va a volver y que mi papá tampoco. Mi madre jamás dejaría sus cuentos a medias, ella nunca me mentiría, ella me lo prometió. La extraño mucho, ojalá vuelva pronto porque la comida aquí sabe bien fea.

15 de septiembre

Mi mamá volvió. Hoy me vistieron bonito y fui a verla dormidita en una cajita cuadrada, le puse mi cobija de tigre para que la cuide por mí, también te voy a dejar con ella para que me escriba cuando despierte y se sienta mejor.

Además, ya conseguí una nueva crayola que le arrebaté a un niño en la escuela, así que, si voy a poder escribir, además, esta es de color azul.

Mamá, sé que estas leyendo esto porque a ti siempre te gusto leer mi diario cuando creías que estaba dormida, pero no lo estaba. Te quiero mucho, vuelve cuando te sientas mejor. Mi papá ya no está así que ya no vamos a tener que oírlo rugir porque eso nos asustaba. Te quiero mucho, vuelve rápido, mi osito y yo vamos a estarte esperando; además les conté a todos que nos vas a contar el cuento de las sábanas porque faltan muchas para hacer las mil. Te amo mucho.

Con cariño, tu princesita.

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