1. Café Revolución

Esta es la cafetería de lxs frezapatistas y lxs itamitas por excelencia, está sobre calle Revolución y desde siempre aquí sirven muy buen café. Está a 15 minutos caminando desde la Facultad de Filosofía y Letras. Pero si eres foránex y no te has acostumbrado al paso chilango, a 20. Tienen un montón de métodos extravagantes por si le sabes a eso de la cafeología. El americano anda en los 47 pesos y los molletes en 100. Entre semana cierran hasta cuarto para las diez de la noche, por si te peleaste con tus roomies y no quieres regresar a tu depa a estudiar. Reevo es de los mejores lugares para sentarte a chambear por horas: te regalan agua sin pedirla, ponen buena música, el wifi no se traba, tienen una mesa de co-working en la que nadie te molesta (a menos que tú molestes primero) y hasta te prestan la impresora sin hacer muchas preguntas. Si la visitas, asegúrate de hacerle muchas preguntas a lxs baristas y pedir la chapata de espinaca con higo.

2. Chocolatería ‘‘Las 400 voces’’

Además de tener el mejor chocolate de la ciudad, hacen eventos maravillosos con causa —y efecto—, pues no es una chocolatería cualquiera, es una cooperativa en la que todas las personas ganan lo mismo. Acá creen firmemente que, como reza su lema, “el trabajo justo sabe mejor”. Están a dos cuadras del metro Copilco. Pregúntale a lxs baristas todas las dudas que tengas acerca de cooperativismo, zapatismo, anarquismo, economías solidarias, sus próximos eventos y cuál de sus tantos chocolates te va a saber mejor. Una taza mediana anda en 55 pesos y unos chilaquiles, en 100. El lugar es muy pero muy agradable para pasarla con amigxs y, además, si traes una propuesta de arte, taller o exposición, puedes proponerla y con gusto te prestan el espacio. Cierran, entre semana, a las nueve de la noche.

3. The Nest Coffee Bar

Cerca cerca no está, pero es muy fácil llegar en el trolebús línea 7 que antes te llevaba a Tláhuac por dos pesos (pero como ahora ya hay metro te lleva a periférico oriente por cuatro pesos). Pero no te vayas hasta periférico oriente, bájate en Melchor Ocampo y camina dos cuadras hacia adelante y una a la izquierda. La comida de The Nest es brillante: ingredientes locales, de temporada, balanceado y a un precio bastante accesible. La cafetería está literalmente arriba de un gimnasio de escalada. Entonces tienes cena con show. Y su café es de una selección muy rara, muy especial (‘‘Espresso chocolate’’ de la reconocida tostadora Pólvora FCE por si le sabes). Tienen un montón de juegos de mesa y, si tienes ganas de hacer amistades nuevas, la comunidad siempre te dará la bienvenida. Con comida, bebida, postre y show no pagas más de 200 pesos. Entre semana cierran a las nueve treinta de la noche. Asegúrate de cotorrear con lxs baristas y ganar en el jenga.