Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
“Aquella persona que disputa,
se vuelve independiente,
aquella que se vuelve independiente,
se ama a sí misma,
y aquella que se ama a sí misma,
se vuelve hermosa.”
Abdullah Öcalan, en Jineologî (2019)
¿Cómo cambiar una estructura consolidada de ideologías, normas y comportamientos que han formado parte del desarrollo de la humanidad? ¿Cómo tomar conciencia de una dinámica de convivencia violenta que está tan normalizada que forma parte de nuestra vida diaria? ¿Será que podemos romper con estas cadenas culturales? ¿Acaso se vienen tiempos de humanidad y cambio? Nuestras dinámicas y símbolos son producto de un sistema sociocultural complejo desarrollado por una narrativa androcéntrica acerca de nuestros orígenes y sobre cómo debemos de comportarnos y vestirnos de acuerdo con los estereotipos de lo femenino y lo masculino.
Los seres humanos somos seres sociales, por lo tanto, queremos ser parte de un grupo, queremos sentirnos incluidos y queridos por los otros. Así que, si la sociedad acepta y reproduce este tipo de estructura normativa cerrada, llega un punto en que nosotros como principales actores sociales, no nos damos cuenta de las condiciones violentas y excluyentes en las que vivimos porque creemos que así debe de funcionar nuestra realidad.
Es por esto que el primer paso para hacer un cambio en nuestras dinámicas y prácticas sociales, culturales, económicas y políticas es la toma de conciencia. Específicamente en reconocer que el sistema en el que vivimos es patriarcal, machista y discriminatorio, ya que fue desarrollado por hombres en beneficio de ellos mismos, lo cual conllevó a la sumisión y exclusión de las mujeres para la creación y distribución de conocimiento.
Es un hecho que la realidad es una construcción social puesto que todo lo que conocemos como verdadero forma parte de una subjetividad creada al principio por los hombres, por lo tanto ésta, puede deconstruirse mediante la toma de conciencia al hacer un análisis crítico acerca nuestro presente y pasado, haciéndonos preguntas sobre quiénes somos, cuál es nuestro contexto de vida, cómo nos relacionamos con los demás, qué tomamos como positivo y qué cómo negativo, qué comentarios ajenos nos han lastimado y qué normas sociales incluimos en nuestras prácticas sociales.
Debido a que el patriarcado es un ente problemático y dañino, no solamente afecta a las mujeres sino también a los hombres, ya que al ser concebidos social y culturalmente como seres dominantes y activos, durante muchos años han sido obligados a reprimir sus emociones y a mostrar dureza y valentía para alejarse de lo femenino, que es tomado como algo negativo, débil y pasivo. Esto también es violento puesto que tanto mujeres como hombres han sido víctimas de la presión social de seguir modelos de comportamiento previamente establecidos y de no poder salirse de la categorización dicotómica de lo femenino y lo masculino.
Es por ello que tal vez no podamos cambiar de una forma directa e inmediata una estructura jerarquizada impuesta por esta visión patriarcal durante años, sin embargo, sí podemos contribuir de forma progresiva a hacer una transformación cultural para visibilizar la participación de las mujeres en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana mediante una nueva configuración, lógica, literaria, creativa y política a través de movilizaciones de protesta y lucha en contra de cuerpos políticos que perpetúan este sistema social desigual.
La toma de conciencia cambia la vida de cada uno de nosotros. Esto muchas veces es doloroso, ya que reconocer que el entorno en el que hemos vivido en realidad está consolidado por pautas agresivas, rompe la romantización de nuestros primeros esquemas mentales acerca de la sociedad. Así que el darnos cuenta de que hemos sido parte de ideologías cerradas e impetuosas, hace que todo lo que pensábamos que debía de ser el mundo, en realidad es una narrativa universal de dominación que no deja paso a la diversidad.
La realidad no muestra cómo funciona el mundo, sino una parte de él mediante una perspectiva a favor de quien la construye. No obstante, las personas somos diversas y esta historia o discurso que dicta lo que debemos ser o lo que es, puede romperse, y desde el dolor, podemos tomar acción e iniciar una lucha para formar relaciones interpersonales sanas y equitativas.
Se vienen tiempos de cambio, se vienen tiempos de humanidad, se vienen tiempos de dejar de entrecerrar los ojos a situaciones de violencia en las que nos desarrollamos y es momento de que cada persona ponga su granito de arena en ser humanos con humanidad.
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12 respuestas
Razonado artículo el que se presenta, sí, son muchas las décadas de seguir los cánones de lo establecido como masculino y femenino, y es bueno ver que las nuevas generaciones también se involucran y cooperan con su granito de arena. Sin embargo, me parece más productivo una lucha por el cambio que no parta únicamente del dolor, que en ocasiones paraliza, sino de la catarsis que ya nació en todos los que ponemos nuestro granito de arena, y continuar dando pasos hacia la meta, sin menoscabar a un género o preferencia. Seguiremos revisando estos espacios en que se expresan los jóvenes tan atinadamente como la autora.
Que dificil es dejar de mirar en el otro todo lo malo y empezar a reconocer lo que no está bien en uno mismo. es mas fácil decir: “es el patriarcado” a “soy yo quien la está regando”.
Considero que es muy importante que las nuevas generaciones tengan una óptica fresca y veraz sobre temas de relevancia, felicito a la autora que manifiesta en su escrito, criterios reales y de actualidad que son de relevancia para el crecimiento social de nuestros días sobre bases sólidas y concretas. El artículo es una buena reflexión también para todos los géneros.
En verdad muy interesante porque aborda un tema de actualidad.
Está muy chido el texto pero por que decir que viene un cambio? eso nos pasa siempre, esperamos un cambio, creemos que el cambio ya viene y luego? seguimos igual porque no somos nosotros los que cambiamos, esperamos que el cambio lo hagan otros y al final no cambia nada y si cambia es para que se quede exactamente igual a como estaba y hasta peor (perdón pero la frase me suena a transformación de cuarta y su ya viene el cambio).
El texto no tiene desperdicio e invita a la reflexión pero, lo que sin duda destaco es que el “patriarcado” no solo afecta a las mujeres sino también a los hombres, en lo que sienten y piensan, esperaría que mas personas reflexionaran al respecto y quizás, solo quizás se pudiera ver que no se trata de “feministas contra los hombres” sino humanos (de cualquier genero) contra un sistema perjudicial para todos.
Buena reflexión: retornar a las humanidades como un medio para salvarnos. La violencia es, hoy día, algo tan cotidiano, ejercida por muchos y por muchas, a distintos niveles y de distintas formas. Sin embargo, la propia violencia es también algo que nos espanta, que rechazamos, censuramos y, pegamos el grito en el cielo, cuando no forma parte de nuestra manera de apreciar la realidad o de nuestros valores. “Esas no son formas”, gritan por ahí. Tu artículo llega a mí, en un momento preciso, justo veía en redes el caso del chico que decide ir a quemar un Coppel, por los altos cobros y las practicas violentas que ejecuta la institución para cobrar; gran parte de la comunidad que comentaba en redes sociales la nota y video condenaba la forma violenta de reaccionar y, sin duda, también me quedó la reflexión: la violencia es permitida por algunos, bien vista por otros, negada por unos cuantos y oculta por muchos más. Gracias y espero seguirte leyendo.
Soy Psicóloga egresada de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza. Recién me encontré este periódico en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de Ciudad Universitaria, no me sorprendí con la diversidad de temas que abordan en éstos artículos estudiantiles, de verdad es un placer encontrar escritos como éste que me hacen transportar en el tiempo a mi generación cuando había más limitaciones en la comunicación y no teníamos la oportunidad de expresarnos con tanta libertad y llegar a tantos lugares en tan poco tiempo. Los cambios duelen como lo dice la autora, que no nos deje de doler el cambio para la toma de consciencia de quiénes somos y hacia dónde vamos como eternos y orgullosamente Universitarios. Excelente artículo, felicidades.
Es una excelente exposición que determina la formación social y cultural, no sólo en México, sino en todo el mundo, haciéndolo sumamente importante para dar a conocer “el funcionamiento del mundo” en el que vivimos para poder dar prioridad a lo que realmente es indispensable. Asimismo, funge como un artículo de análisis socio-cultural que permite romper con los estereotipos y formas de convivencia para hacer de éste un mundo equitativo, dónde nada ni nadie nos “estipule reglas o normas” para saber cómo debemos vivir y qué debemos hacer.
No es sencillo, como tú bien señalas, darnos cuenta de que muchas cosas que hemos aprendido e interpretado como “normales” no siempre lo son; es más, que varias de estas conductas en efecto son nocivas o dañinas para uno mismo y los demás.
El tema de la diversidad exige apertura, valentía para cuestionar lo establecido y mucha voluntad para lograr un cambio. Por ello, es fascinante tu invitación a ser “humanos con humanidad”, personas con dignidad capaces (y deseosas) de respetar y construir en vez de atacar y destruir.
Muchas felicidades por tu ensayo, que como tú comentas: “poniendo nuestro granito de arena llegaremos a ser humanos con humanidad”, y mientras sigas escribiendo no dudo que lograrás aportar al cambio de paradigma que tanto necesitamos como sociedad. Espero de todo corazón que este sea el primero de muchos textos publicados en esta revista, un abrazo ❤️
Excelente reflexión en tiempos de cambio, donde el planeta grita que ya no resiste más, en medio de nuevos paradigmas de todo tipo, de tiempos de uso indiscriminado y ocioso de algunas tecnologías y de la incertidumbre por la Inteligencia Artificial… Tiempos donde se corre riesgo de alejar cada vez más al ser humano de (como tú lo expresas) de su humanidad. Del contacto cara a cara, cuerpo a cuerpo, de la magia de los sueños, los anhelos, de la interacción con la Madre Tierra y el Universo… de todo aquello necesario para esa Toma de Consciencia que mencionas, que nos permite seguir transformando positivamente nuestro mundo, cuando se lucha por encauzar las debilidades del ser y utilizar su subjetividad a favor de la humanidad; en Tiempos de Cambio que no están por llegar, ya están sucediendo… Felicidades Fernanda por el artículo.
Muchas felicidades por tu ensayo, me quedo con tu frase ser “humanos con humanidad”, por qué es lo que necesitamos. Si bien cuestionarse y autocorregirse actitudes y comportamientos producto de la cultura patriarcal y machista, es algo que debe hacerse para que este cambio por fin llegue, es lo que nos toca a cada uno de nosotros. Necesitamos más humanidad. Me inspiras mucho, por favor no te detengas nunca