Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT)
Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT)
Soy fanática de fotografiar el caos y encontrar la belleza que habita dentro de este, reconociendo que así como en esa esquina de la calle destruida por el tiempo, nosotros seguimos aquí, valientes ante todo porvenir que busca llevarse pedazos de nosotros, cuando somos destruidos por el paso del tiempo, o tal vez por otros.
Me gusta pensar que somos arte en constante reconstrucción y que a veces aún destruidos brillamos entre el escombro. Es como si de alguna manera esas diferencias entre lo bello y el desastre se perdieran en el horizonte que nosotros dibujamos sobre el lienzo. Me gusta pensar que somos arte, porque no necesitamos ser comprendidos, pero las corrientes nos arropan sin buscar encajar, y para cada persona seremos un caos diferente, una belleza sin igual, y que sin pensarlo está resaltando de entre los demás. Entonces así, destruidos, rotos y en trizas por el paso del tiempo sobre nuestras pieles, por el paso de nuestros cuerpos por las calles del mundo, cuando este comprende como concepción ideal todo lo que llamamos realidad, pienso que existir es un acto de resistencia al sistema.
Somos destrucciones y reconstrucciones de la vida, de nuestra vida, y en este efímero paso por la Tierra nos hayamos bellos con nuestra simple existencia, una que pasa a ser resistencia cuando decidimos seguir aquí por más que nos hayan dicho que no debíamos siquiera vivir, por más cicatrices y rupturas sobre nuestras pieles, por más que no llenemos esos estándares de la altura establecida, la dentadura ideal o la risa más tranquila que jamás hubieran podido imaginar.
Somos resistencia al existir fuera de los marcos ideales de belleza, ideas arraigadas totalmente a una normativa prolija que despoja totalmente al caos de poderse presentar como bello y entonces ahí, nuestra caótica existencia es resistencia, hermosos a la vista del propio espectador deslumbrado por aquellas imperfecciones motivos de preocupación en el otro, y eso, encontrar belleza aún en las preocupaciones de quien tenemos enfrente, es resistir y afrontar lo que siempre nos dijeron que era la idea a tomar sobre la belleza en este plano terrenal.
De esta manera, diariamente resistimos en el mundo, donde sin darnos cuenta, nuestra “simple” existencia es resistencia, por estar aquí como personas imperfectas, rotas, desprolijas y en constante caos, que en nuestra búsqueda de paz dejamos a la vida pasar, mientras otros nos dijeron que esta no era para aquellos fuera de los límites de lo estandarizado, pero aún con eso continuamos respirando aquí.
Somos resistencia por ser un caos, un hermoso caos que dentro de su paradójica aceptación de desorden y belleza, seguimos existiendo ante todo pronóstico y encontramos embelesados un atractivo en nosotros, mientras otros admiran las cicatrices que el estereotipo de belleza dejó sobre nosotros. Somos un caos, un desorden por curar, y aún así continuamos caminando por la vida, ondeando una bandera de lucha constante por el hecho de existir fuera de los estereotipos que el mundo nos asignó desde el momento en que nacimos aquí.
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