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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Norma Muñoz
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Norma Muñoz

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente

Soy una estudiante del maravilloso Colegio de Ciencias y Humanidades, en el Plantel Oriente. Me gusta dibujar, leer y, por supuesto, escribir. Siempre busco mejorar en cada ámbito de mi vida, y la oportunidad de participar en esta revista, es algo que me emociona mucho.

La generación deprimida

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Somxs la generación que reconoce la depresión sin miedo ni vergüenza

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Norma Muñoz

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente

La depresión es una enfermedad. No se trata solo de sentirse triste en ocasiones, por supuesto, el sentimiento de tristeza y melancolía es la característica más sobresaliente, pero abarca más que eso, pero en términos generales, también es cuando las emociones de infelicidad y abatimiento se convierten en un estado anímico que interfiere en la vida de una persona.

Sabiendo esto, es necesario plantear a qué se refiere el término “generación deprimida”. En realidad, aunque su nombre permite inferir que se trata de una sola, engloba a dos: La milenial (o generación Y), quienes llegaron al mundo entre 1981 y 1995, y la generación Z (socialmente etiquetada como “generación de cristal”), aquellos que nacieron entre 1995 y 2010.

Ahora bien, ¿por qué “deprimida”?, bueno, como su nombre lo indica: son quienes más padecen depresión, los que comúnmente asisten a terapia psicológica, aquellos que poseen una visión más auto informada sobre esta situación y en general, quienes intentan hacer a un lado los prejuicios sociales con los que lidian las personas que la padecen.

La psicóloga Begoña Peraita (2022), plantea diversos los factores que deprimen a esta generación, entre los que destacan la pandemia global de COVID-19, pues generó una sensación de soledad cuando las personas se recluyeron en sus hogares; en respuesta, muchas personas jóvenes se refugiaron en redes sociales para evadir la ansiedad que les provocaba el no poder salir e interactuar con otras personas, sin embargo, resultó contraproducente, ya que se prestó la oportunidad para que los internautas se compararan negativamente con el contenido que consumían.

Otro factor mayormente enfocado a la generación milenial, es que ellos fueron educados de una forma en la que el éxito laboral y socioeconómico estaba estrechamente relacionado con la cantidad de esfuerzo que pudieran dedicar al logro de sus metas; cuando la crisis económica a raíz de la pandemia global no permitió que pudieran desarrollarse en el ámbito laboral al finalizar sus estudios y conseguir dicho éxito por el que se esforzaron toda su vida, generó en ellos una inmensa decepción.

Por otro lado, las preocupaciones globales sobre diversos temas como el feminismo, la ecología, los derechos de la comunidad LGBTI+, etc. son el centro de atención de estas generaciones que buscan resoluciones efectivas ante dichas situaciones, y aunque esto les genera un sentido de pertenencia positivo, no son pocas las ocasiones se transforma en un sentimiento de responsabilidad excesivo por solucionarlos.

De igual forma, el mayor alcance de la información y la creciente naturalidad con la que se habla de estos temas tiene como consecuencia que más gente reconozca dichos síntomas en sí mismos, lo que a su vez, genera que se busque atención psicológica. Es en éste último factor en donde me gustaría abundar más.

Para comprender a la generación deprimida, es necesario comprender que en el pasado, las palabras “salud”, y “mental”, nunca se mencionaban en la misma conversación, al menos no de la forma adecuada. El primer hospital de salud mental en México fue el Manicomio General de La Castañeda, inaugurado en 1910, durante el porfiriato, sí, el mismo año en el que explotó la revolución mexicana. Este sitio funcionaba no sólo como hospital, también como un asilo, y no distinguía entre sexo, edad, religión ni nacionalidad.

Atendía a delincuentes, ancianos, alcohólicos, drogadictos, prostitutas, enfermos de patologías venéreas y homosexuales. Los pacientes también estaban distribuidos según su estatus social, su comportamiento o condicionado por algún crimen que hubieran cometido. Y cabe destacar, que es conocido actualmente como “las puertas del infierno”, así que nos podemos imaginar la calidad del trato que los pacientes recibían. Este espantoso lugar siguió en funcionamiento hasta 1968.

Lo anterior es una clara muestra de la poca atención y la abundante desinformación sobre el tema tan amplio de la salud mental; los pacientes del hospital no eran diagnosticados correctamente, otros realmente no estaban enfermos, mientras que algunos sólo fueron recluidos porque la gente del exterior no deseaba convivir con ellos por la cantidad de prejuicios que existían (y lamentablemente existen actualmente).

Dicho esto, se puede inferir que la atención psicológica y psiquiátrica era de las peores, aunado a una sociedad donde las apariencias lo eran todo, no resultaba extraño que se ocultaran estos padecimientos,se minimizaran, e incluso que no se trataran, presisamente por el temor a los “tratamientos” de aquella época, lo que generó un ciclo interminable de generaciones en las que la salud mental era irrelevante o un objeto de burla y discriminación.

Es entonces donde surgen las preguntas: ¿Los pertenecientes a las generaciones Milenial y Z son los únicos “deprimidos”? ¿o sólo son aquellos que se preocupan y le brindan visibilidad a esta  área de la salud integral?

Bien se sabe que todas las generaciones sufren por su contexto temporal, un ejemplo es la generación silenciosa (los nacidos después de la segunda guerra mundial), sus padres y madres seguramente tenían trastornos post traumáticos, pero debido al “tabú” y la vergüenza que implicaba padecerlos,nunca se atendieron, a su vez, criando a sus hijos con las mismas afecciones (en la mayoría de las ocasiones, sin la intención de dañarlos).

Es así que comenzó el ciclo interminable de padres e hijos que heredaban los traumas de quienes los habían criado, esto incluye a la “generación deprimida”, quienes gracias al fácil acceso a la información, están tratando que se deje de ver esta enfermedad (entre otras) como un símbolo de discriminación o miedo.

“Esta es la generación deprimida porque es la generación que reconoce su malestar sin vergüenza ni miedo”. Begoña Peraita (2022).

Fuentes bibliográficas:

Becerra-Partida OF. La salud mental en México, una perspectiva, histórica, jurídica y bioética. pers.bioét. 2014; 18(2). 238-253. DOI: 10.5294/pebi.2014.18.2.12
Peraita, B. A. (2022, 14 marzo). Milenial y generación Z: ¿por qué son la generación deprimida? The Conversation. Recuperado 8 de mayo de 2022, de httpss://theconversation.com/milenial-y-generacion-z-por-que-son-la-generacion-deprimida-178431

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La generación deprimida

Una respuesta

  1. Es sumamente importante saber cómo y el porque actúan nuestros jóvenes y tienen cierto comportamiento que a nuestro parecer no se aprueba del todo, nos interrelcionamos en diferentes ámbitos en la sociedad y no podemos ignorar esto.

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