Edit Content
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Credito: Santiago Rafael Carmona González / Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
Picture of Yatziri Adriana Pérez Cruz

Yatziri Adriana Pérez Cruz

Facultad de Estudios Superiores Aragón

Mi nombre es Adriana, soy licenciada en sociología, apasionada de la lectura y aficionada a la escritura, intentado escribir historias que interesen a las personas y les acerque a la experiencia de vivir varias vidas en una.

La desaparición de la bruja

Número 12 / ENERO - MARZO 2024

La burla que vivió de niña le hizo cumplir su anhelo sin remordimiento

Picture of Yatziri Adriana Pérez Cruz

Yatziri Adriana Pérez Cruz

Facultad de Estudios Superiores Aragón

Las brujas en México son un tema del que toda la sociedad mexicana habla. Las personas les temen, pero acuden a ellas por una ayuda desesperada cuando la razón, la lógica y la desesperanza tocan a la puerta. Ofelia lo sabía perfectamente.

Ella había crecido con esta palabra desde muy pequeña, la conocía, pero le encontró significado hasta los 13 años, cuando sus compañeras de la secundaria la utilizaban para insultarla: la pinche bruja, la hija de los brujos, la cara de bruja.

Ofelia había crecido en Catemaco, Veracruz; un lugar conocido en todo México por ser un lugar mágico y místico, donde miles de personas acudían cada año para poder quitar los males o provocarnos. 

Ofelia pertenecía a una de las familias con más renombre en trabajos de este tipo. Con el tiempo ella fue aprendiendo de la gran tradición familiar y las chicas y chicos que en la secundaria la insultaban diciéndole “pinche bruja” ahora acudían a ella para pedirle favores y trabajos, para provocar enfermedad a la madre o hermana por una herencia; para amarrar a un amor imposible porque estaba casado; por protección para que las autoridades no interfirieran en sus trabajos ilegales y pudieran continuar con la invisibilidad de los ojos justos.

Cada día se sorprendía más por la maldad humana, por las peticiones de sus clientes, sin embargo no sentía remordimiento alguno, ella sólo era el conducto, no el origen; ella solo explotaba la gran herencia que su familia le habían dejado.

Ofelia había forjado una gran reputación como “la gran bruja de Catemaco”. Le iba muy económicamente, no le hacía falta nada a simple vista, aunque, guardaba un secreto en lo mas profundo de su corazón, un anhelo: ser madre.

Ofelia había intentado todo lo científicamente posible pero cuando eso falló, acudió a todo la herbolaria y cuando también eso falló tenía otra opción: acudir a su don, a sus ancestros, a su tradición.

Pero como todo trabajo es dar y recibir, aquello también era sacrificio y recompensa, era vida por vida, y lo que su aquelarre le pedía para alcanzar su deseo más profundo era: una mujer embarazada, una gata negra embarazada, un poco de su sangre menstrual y una fecha en específico, el 1° de noviembre. ¿Ese deseo lo valía? Para Ofelia sí, absolutamente.

Para fortuna de Ofelia, una chica de un pueblo cercano había llegado huyendo de casa de sus padres, era una chamaca de 13 años, Romina, que había salido embarazada por un descuido, una pinche chamaca que no sabía ni lo que era o significaba la maternidad. La calentura del momento la llevó ahí, justo en ese estado en el que Ofelia deseaba tanto estar.

Esa fue la señal para el ritual que debía hacer, no había mejor situación. Los padres de Romina no sabían que ella estaba ahí y cuando desapareciera, Ofelia diría: “después de todo el apoyo que le brindé, la chamaca, la muy mal agradecida se largó”. 

Tenía todo listo para el ritual, meses antes se acercó a la chamaca, poniendo cara de mosca muerta para apoyarla, darle hogar, comida y ganarse su confianza. Había preparado a la gata embarazada, las velas, el machete y la cueva. Si las cuentas salían bien, la chamaca daría a luz en diciembre. Todo estaba perfecto. Afortunadamente Romina solo la tenía a ella.

Ofelia le había prometido enseñarle a desarrollar su don y las recetas herbolarias de la familia, para que tuviera medios para mantener al bebé. A Romina le llamaba mucho la atención lo que hacía la gran bruja y su renombre en el pueblo, pero más le atraía el dinero y los regalos que obtenía por ello. Ilusionada se dejó guiar a la cueva lejana, en la que Ofelia tenía sus imágenes, su aquelarre y la energía de los otros trabajos que le ayudarían a cumplir su deseo, aunque le costara la vida a Romina y al bebé nonato.

En la cueva, todo listo para el derramamiento de sangre, la chamaca empezó a sentir dolor, contracciones y un charco de agua se formó a sus pies, Ofelia sorprendida tenía que decidir:  seguir con su deseo o ayudar a Romina a traer al bebé al mundo.

Con gritos de dolor y esperanza la chiquilla de 13 años dio a luz a una niña de cabello negro, ojos cafés y hoyuelos en sus mejillas rozadas. Ofelia sabía lo que tenía que hacer y entonces fue cuando un machete ensangrentado y un grito ahogado convirtieron en madre a Ofelia y a Romina en un recuerdo. Fue así como “la gran bruja de Catemaco” desapareció.

Más sobre Aluxes, aliens y nahuales

Dos formas opuestas de ver la muerte

Dos formas opuestas de ver la muerte

Por
¿En qué se diferencian Día de Muertos y Halloween?

Leer
Tras la mirada de los nahuales: un viaje desde la Psicología Social

Tras la mirada de los nahuales: un viaje desde la Psicología Social

Por Óscar Alberto Pérez de la Rosa
¿Qué tienen que ver los nahuales con la psique?

Leer
El mito y la leyenda, reflejo de cosmovisión

El mito y la leyenda, reflejo de cosmovisión

Por Eduardo Gabriel Pérez
Las tradiciones indígenas conforman la identidad colectiva de todxs lxs mexicanxs

Leer
La humanidad: Un infinito de historias infinitas

La humanidad: Un infinito de historias infinitas

Por Natalia López Hernández
Las historias que construimos son una extensión de nuestra humanidad

Leer
Para cada suceso paranormal, tenga a la mano a un gato

Para cada suceso paranormal, tenga a la mano a un gato

Por Marlen G. Arzate
Mitos y leyendas que se crean en sociedad

Leer
¿Qué importancia tienen los mitos?

¿Qué importancia tienen los mitos?

Por Pablo Fabián Ruíz
El mito como creador de realidades

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

La desaparición de la bruja

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 − one =