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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Foto de Sadman Chowdhury / Pexels
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Nelly Camarillo Ramírez

Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala

Mi nombre es Nelly Elaine Camarillo Ramírez, me gusta hacer muchas actividades artísticas y una de ellas es escribir ensayos, me gusta por que me da la oportunidad de compartir con los demás mis reflexiones y pensamientos y de esta forma encontrar más personas con las que puedo formar una discusión y obtener aprendizaje.

El ser de la mujer…

Número 9 / ABRIL - JUNIO 2023

Estos crudos testimonios son prueba de que la violencia contra las mujeres se perpetra en los lugares más cotidianos

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Nelly Camarillo Ramírez

Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala

“Ser o no ser, esa es la cuestión”, William Shakespeare. Esta frase tan icónica escrita por un hombre, dicha por un personaje masculino, es tan viable para las mujeres, porque todos los días nos preguntamos esto. Dentro de nosotras mismas, al igual que en Hamlet, hay una constante lucha entre la vida y la muerte, pero esta lucha no la hemos causado nosotras mismas.

Hoy despierto y soy, soy belleza, felicidad, amor, luz, ¡soy vida! Pero, ¿qué pasa si parpadeo y si un solo segundo me distraigo? Quizá ya no seré felicidad, ya no seré amor, ahora seré odio, tristeza, soledad, impotencia; peor aún, quizá ya no seré vida.

El mundo y la sociedad en la que vivimos actualmente favorecen el miedo a las mujeres, en ningún lugar nos sentimos seguras, ni siquiera con nuestras propias familias, ya que el 90% de violaciones a niñas ocurre en el propio entorno familiar. Muchas veces estos abusadores son protegidos por familiares, amigos o pareja y lamentablemente cuando se hacen las denuncias al gobierno pareciera importarles más proteger al victimario que a la víctima, como lo vimos en el caso tan reciente de María Ángela Olguín, que después de varios días de estar desaparecida fue encontrada desnuda, atada y en una bolsa de plástico, y para colmo las autoridades se atreven a decir que ella se fue y regresó por su voluntad.

No debería ser necesario acudir a las estadísticas para darnos cuenta de esta evidente realidad, a las mujeres nos matan, nos violan, nos tocan y esto no es algo que solo leemos en libros o vemos en películas, por lo cual de nada sirve seguir con tanto palabrerío. Acudamos a la realidad, a verdaderas mujeres que han sufrido esto. Para proteger a las víctimas he mantenido anónima su identidad:

  • “Mi ex y yo compartimos cuentas para los trabajos escolares… cuando él se enojaba conmigo simplemente me quitaba el acceso a la cuenta… cuando terminé con él me quitó el acceso a la cuenta y borró muchos trabajos importantes para un proyecto personal, me dijo que solo me devolvía el acceso si le decía que volviéramos y que yo era tonta por haber terminado con él.”
  • “Una vez me quise poner un vestido, me sentía muy bonita …. un viejo empezó a hacer señas bastante repugnantes con las manos y la lengua… me sentí mal por el resto del día.”
  • “Un día recuerdo que el profe andaba calificando un trabajo y muchos estábamos parados en el escritorio… de repente siento como que alguien se me pegó atrás, no supe qué hacer y me quedé parada sin hacer nada, él empezó a reírse… después de eso hasta me sentía incómoda por el simple hecho de pararme de mi lugar en mi propio salón.”
  • “Mi primo estaba muy seguido en mi casa, como no había camas suficientes a veces dormíamos juntos… Un día que me tocó dormir con él, comenzó a tocarme absolutamente todo mi cuerpo… comenzó a masturbarse a lado de mí y me paralicé, mi única solución fue fingir que me caía de la cama y me quedé a dormir en el suelo… esta situación ocurrió 2 veces… y que quede claro que el hecho de que no hubiese penetración no lo hace menos, abuso es abuso porque esto me dejó marcada.”

Como vemos en estas experiencias (que lamentablemente no son las únicas), existe abuso y violencia de todo tipo, desde psicológica, económica, verbal y física, y todas afectan a las víctimas, afectan su autoestima, su salud mental e incluso su forma de relacionarse con el mundo.

Al igual que Hamlet, nos han hecho sentir insuficientes más allá de la vida y la muerte.

Sólo queda preguntarnos: ¿Ser o no ser mujer? ¿Cómo ser en este mundo?

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El ser de la mujer…

Una respuesta

  1. Muy ingeniosa forma de relacionar la dicotomía existencial con la situación de las mujeres. Al final, y a pesar de las adversidades, ser o no ser también es una elección. ¡Te felicito Nelly!

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