Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo
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Factores como pobreza, discriminación, violencia, o malas experiencias hacen vulnerables a los adolescentes a desarrollar enfermedades mentales. Estas impiden que se controle el estrés e imposibilitan la toma de decisiones, rompiendo un equilibrio entre emociones, y relaciones socio-culturales y socio-afectivas que les rodea. Si estas situaciones no se llevan de la mano con un psicólogo, psiquiatra, o algún especialista en salud mental, puede tener terribles consecuencias como repercusiones en la salud física, depresión, ansiedad y en el peor de los casos el suicidio.
Los prejuicios alrededor de la salud mental son un problema que siempre ha existido. Por ejemplo, en el Renacimiento, entre elel siglo XV y XVI, época dónde la cura era la tortura, existía la creencia que las personas que no tenían salud mental estaban poseídas por el diablo y que las mujeres que eran enfermas mentales practicaban la brujería.
Actualmente no se está tan lejos del Renacimiento, la realidad es que cuando piensan en salud mental se le da un enfoque completamente incorrecto que va relacionado con la locura, y es que esta relación es casi de manera inconsciente pues en las series, películas o incluso en el entorno social siempre manejan esta relación de locura-salud mental. Es cierto que la panacea ya no es con tortura medieval, con quemaduras, golpes o incluso la muerte, porque su avance en terapias y ciencia ha ayudado mucho, pero los mismos prejuicios que existen todavía alrededor de la salud mental hace que sea muy cara, lo que la convierte en un privilegio.
Los psicólogos cobran de $300-$700 por hora y es muy costoso, por lo tanto, las personas de bajos recursos no pueden atenderse debido a que en instituciones públicas las citas son para dos o tres meses después de que se solicitó y esto hace que sea mejor recurrir a un especialista privado, pero más caro, y si no tienen los recursos para ir con alguien que sea de ayuda se decide dejarlo pasar y es ahí cuando pueden venir graves consecuencias.
Cualquier problema de salud, lxs mexicanxs son dados a dejarlo pasar y dejar que se “cure” solo; la salud mental no es la excepción, debido a que es costoso. Cuando de salud mental se trata suele decirse que es una exageración o que todo se va a arreglar, y la verdad es que ya no lo pueden tratar por sí solas.
En la ilustración que acompaña este escrito, hecha por Pablo Fernández podemos ver las dos caras de la salud mental: el lado derecho es para el privilegio, el cual es más complejo porque en la parte de superior del dibujo se cuestiona si se debería de abandonar el tratamiento; hay un billete de quinientos pesos, que es el precio por consulta, la lágrima representa la tristeza y depresión que puede aparecer, la nariz de payaso es por los estereotipos que son creados y la variedad de colores para representar el desorden en la vida de la persona al ver a la salud mental como un capricho. El lado opuesto de la cara algo más tranquilo, con salud, orden y puede que aún algo inestable pero con apoyo y sustento.
Estas son algunas razones que hacen de la salud mental un privilegio. Destacando su costo y prejuicios que van liberando situaciones que hacen dejarla pasar por alto. Sería importante que se empiece a ver la salud mental como una prioridad y no como un capricho, la salud mental es muy necesaria para poder madurar y sentir ese bienestar que hace que la sociedad se relacione de una manera sana.
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