Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
				Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
Mis ojos no me siguen
a Jorge F. Hernández
No era mi nombre, pero seguía diciéndolo mientras me miraba. Me gritó mi silencio y quebró, luego de su sangre, la esquina de mi rostro.
Viudez (Un último deseo)
No había voz en tus ojos cuando te sentí gritar la lengua, todo eran cubetadas de aire y un alfilercito encapuchado sobre la mesa. ¿Me dirás ahora que me amas? Ah, pero eso sí, vuélvete un ratito, ¿no? No seas egoísta y mueve un poco tu cuerpo, que el ataúd aprieta bien a los muertos.
Asunto de familia
Mi abuela siempre lo ve todo; tal vez por eso llamó a mi tío, desde el otro lado de la puerta mientras jugábamos, y cuando volvió, sin decirme nada, ayudó a mis manos a subir el cierre del pantalón.
Infancia
a Bibiana Camacho
Mientras caía el meteorito y la gente corría o lloraba, el niño puso pausa a su juego y dejó las piedras junto a sus muñecos.
Rojo
Morado, rojo, morado, rojo, morado, rojo y azul… Quién diría que la sangre salta como yo, que baila en su charco, que grita bajo mi mano, como tú. Qué bonitas luces… Morado, rojo, morado, rojo, morado, rojo, rojo, rojo…
¿Y tú qué ves?
Todo el mundo está ebrio, menos yo. Bajo por la escalera, llevo el revólver en la misma mano que mi pulsera, aquella que me hizo Gabriel la noche que nos besamos. Mis padres, arrodillados, ven un rostro falso y llevan cintos en las manos. Cómo quisiera estar ebrio.
Me gustaría saberlo, ¿no lo sabes?
Siempre dices lo mismo, que si el librero, que si el tejado, la bufanda, el chuchillo…
Sí, sí, pero no. Ya sé.
Si lo vuelves a decir, te coseré los botones que faltan, mejor déjalo así.
Bueno, bueno… esta tarde, ¿te parece? Justo cuando mamá lo deje en su carrito.
—¿Con quién hablas, cariño?
—Con nadie, papá, sólo juego con mi caballito y el viejo tronco.
Por: Yuliana Serrano Valdez
Si no aprendemos a ponerte freno quizá acabemos rogando consuelo
Por: María Esther González Paredes
Escribo esto porque presiento que pronto me convertiré en cero
Por: Álvaro Pérez Texco
La IA no podrá igualar este poema ni en el proceso creativo ni en el resultado
Por: Raquel Noyola
La IA nos vacía de creatividad y nos empuja a lo ordinario