Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
En más de una ocasión me pregunté por qué te encantaba venir a saludarme. ¿Por qué no me puedes dejar?, o peor aún, ¿por qué no te puedo abandonar? Desde niñas crecimos juntas y ante cada paso que daba, tu solo me querías tirar. Cuestionabas toda decisión que tomaba y me recomendabas dejar todo atrás.
Cuando llegabas me tomabas la mano y con palabras criticabas con tan diversos tonos de voz. No sabía ni en quién confíar, se aceleraba mi respiración y al realmente solo quería sacarte de mi casa. Me acompañaste en cada momento de mi vida. Dudando cada cosa por más pequeña que fuera y me recordabas que la felicidad es efímera, que cuando menos me dé cuenta otra vez estaré moviendo el pie y jugando en mi silla intentado distraerme de aquello que susurras, para así escapar de tus “críticas constructivas”, porque cuando me hablas sé que en mi vida entera me harás pensar.
También sé que me has querido ayudar, pero al final solo me logras dañar y aunque de ti quisiera escapar, me da miedo dejarte atrás, pues eres la única constante en este lugar y aunque pienso que talvez que sin ti todo podría mejorar, al final me vuelves a cuestionar y me recuerdas que gran parte de mi vida está construida por tus constantes azotes que me das con los cuales me buscabas “inspirar”.
Recordándome cada error que cometía y cada vergüenza que pasaba, me hacías enojar pero siempre que te estaba a punto de gritar salías corriendo, dejándome en ridículo ante los demás que solo me decían que era un berrinche.
Porqué en cada paso de mi vida has estado en cada uno me has tirado y siempre que intento avanzar cavas un pequeño hueco en el suelo con el pretexto de que así me protegerás .
Pero ya estoy cansada, la verdad. De cada noche despertar que tu voz susurrando a mi oído diciendo lo que hice mal y escribiendo mi día sin siquiera despertar, estoy cansada de morder mi lengua para no gritarte, y de hacer círculos en las hojas para intentar calmar. Estoy cansada de que cada vez que voy a hablar solo te vayas y regreses cuando se te dé la regalada gana.
Y por eso te quiero decir adiós. Por favor, vete. Por un tiempo llevemos una relación a distancia, al final es lo que está de moda, luego volvamos a hablar y veamos si es que podemos mejorar. Si no, para despediros. Vete antes de que termine gritando que regreses, porque sin ti, mi vida no tiene sentido.
Con amor
G
Por: Adrián Mayorga Rojas
¿Qué pasaría si le confiamos la humanidad a la tecnología?
Por: Raquel Alducín Lira
Odio la vida adulta que dice que la vida no es una película
Por: Julio Reyes
Una obra maestra para reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en la sociedad