Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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crédito: Sebastián Coronel Osnaya / Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
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Sebastián Coronel Osnaya

Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán

Soy Sebastián Coronel, tengo 19 años. Nací el 23 de noviembre del 2004, estudio el Quinto Semestre de la Licenciatura en Derecho en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, y soy colaborador de ¡Goooya! desde marzo del 2021. Mi historia en la UNAM data desde 2019 cuando ingresé al CCH Naucalpan para estudiar el bachillerato hasta julio de 2022, donde al concluir mis tres años de estudio, ingresé en agosto de ese mismo a la licenciatura para cursar una carrera universitaria, en la que actualmente llevo un promedio académico de 9.80 Me defino como una persona extrovertida, sonriente, amistosa, incluyente y disruptiva que le gusta escribir, escuchar música, fomentar la pluralidad, la conversación y el debate, construir generación de la mano de diferentes jóvenes, visitar lugares tanto recreativos como culturales, jugar, divertirse y expresarse con todo tipo de personas, también soy un apasionado por temas políticos, jurídicos y sociales, así como de juventud, redes sociales, inclusión social, medios de comunicación y movilidad. Formo parte de la Asociación CIMA (Comunidad de Impacto para un México en Ascenso), en la que me desempeño como Delegado de la Dirección de Política y Gobierno y donde tengo la dicha de construir un mejor futuro para nuestro país, desde la visión colectiva plural en coordinación con muchos sectores políticos y sociales. Y desde febrero del 2024 soy colaborador en el programa nocturno: Ya cierra, con Yuriria Sierra, de Imagen Radio (90.5 F.M.) en la sección “Miércoles Millennial” para analizar temas importantes de la agenda pública a nivel nacional e internacional.

Abundancia espiritual

Número 8 / ENERO - MARZO 2023

¿Qué significa la aparición de colibríes?

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Sebastián Coronel Osnaya

Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán

A cualquier hora y por las inmediaciones de mi casa, unos hermosos colibríes se dejaban ver en todos lados y a plena luz del día; algunos correteandose, otros saludando frente a las ventanas y unos más polinizando las flores del patio. Nunca les di importancia, hasta que una mañana en que salí a tender la ropa, su presencia y sus bellos cantos llamaron bastante mi atención.

Desde entonces me pregunté: ¿Por qué siempre se aparecen por acá?, y, ¿Qué mensaje nos querrán transmitir?, a lo cual traté de reflexionar y comprender muchos de los significados que alberga, entre ellos: la visita de una persona fallecida, el anuncio de la buena suerte, y la trasmisión de la alegría y confianza, pero aun así no encontré una respuesta del todo clara y precisa.

Mi familia me decía que los colibríes, a donde quiera que vayan, siempre transmiten tranquilidad, amor, fortaleza, pureza y relajación emocional. Incluso, si visitan un lugar u hogar todos los días, aunque no haya alimento para ellos, es para dar éxito, paz y amor a las personas que transitan o habitan por ahí.

Durante el desayuno o a lo largo de la tarde,  lo habitual siempre fue escuchar sus cantos, verlos volar por los alrededores, persiguiéndose entre sí y cuidando las diferentes ventanas, algo que, con el pasar del tiempo, lo normalice y lo volví costumbre durante toda mi vida.

Después de que mis abuelos maternos fallecieron en el 2012, la presencia de estas maravillosas aves fue mucho más frecuente. Y lo que nos conmovió a mí y mi familia durante el periodo de duelo, fue que en medio de la tristeza y el silencio rotundos, nos transmitieron mensajes de paz, aliento, consuelo y acompañamiento con sus idénticos cantos.

Transcurrieron los años, y sin saberlo, su presencia por los rincones de la casa hizo sentirme acogido y familiarizado cada vez más con su hospitalidad y su característico ambiente armónico, que en el fondo transmite felicidad y estabilidad a través de sus diferentes expresiones. Pero no sería hasta que, una experiencia en carne propia me tocó profundamente el corazón y me hizo comprender muchas cosas maravillosas que los colibríes esconden.

Una tarde de viernes, cuando mi papá llegó a casa, recogió un colibrí chiquito tirado en la calle, lo llevó al comedor y lo mostró, me puse muy triste, creyendo que había muerto, pero después de inyectarle agua y mostrar respiración, me dio ternura acariciar y sentir su esponjoso plumaje. Al día siguiente, me despedí de él, lo dejé en una planta del patio y a los pocos segundos voló en busca de reencontrarse con su familia.

Fue ahí cuando me di cuenta que su valor va mucho más allá de la abundancia, buena suerte, tranquilidad y el amor que transmite, al sentir su presencia sobre mis manos y visualizar todo lo que este hermoso pichón nos oculta y nos deja a los seres humanos, y que en la mayoría de los casos no alcanzamos a percibir y se hace realidad.

A partir de ese momento assimilé aspectos espirituales y materiales que esta típica ave siembra y deja a donde quiera que va y con quien se encuentre a su paso, siendo un referente que, cuenta la leyenda, cambia muchas vidas y es la guía del camino correcto para la solución de problemas, enmienda de errores, adquirir fortalezas y virtudes y ser alguien importante y exitoso en la vida personal y profesionalmente.

Pero esto no acaba aquí; en ocasiones, soñé con colibríes de diferentes formas, en algunos casos custodiando durante algún trayecto, y en otros, guiándome hacia algún lugar o con un amigo o familiar vivo o muerto. Siempre tuve la creencia de que estos sueños tenían una connotación negativa, pero después de reflexionar el mensaje de estas aves, entendí que no fue así, y por el contrario, significó una gran bendición.

Y es que, sin percibirlo directamente, desde que este pichón entró a mi hogar, las cosas al interior mejoraron, y el ambiente pasó a ser completamente natural, armónico y de total abundancia. Incluso, podría decir que el colibrí se convirtió en un guardián y mensajero no solo de mi vida, mis relaciones y proyectos, también de quienes me rodean y están en mi camino.

Así, la abundancia espiritual marcó una huella importante en mí gracias a todas estas enseñanzas y experiencias maravillosas que esta ave me dejó, mismas que se traducen en motivaciones para ser feliz, exitoso, emprendedor e inspirar a los demás con mis méritos, mi historia de vida y mis acciones. También, significó un importante momento que a lo largo del tiempo, me ayudó mucho a encontrar el camino ideal para seguir trascendiendo y ser mejor cada día.

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Abundancia espiritual

Una respuesta

  1. Que bonito lo que comentas y que con frecuencia hemos olvidado, justo esa conexión con la vida, esos detalles de valorar y conectar es lo que hace especial nuestra existencia.

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