Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
La sangre corre por mis costados,
el azulejo ya no es morado,
la piel se vuelve fría y pálida,
soy un cadáver en el baño.
Arrancaré mi cabello en partes
hasta que deje de caerse,
las cuencas de mis ojos se vaciaron.
Todo el chapopote que arde
por el inicio de la revolución en mí.
Mi cuerpo se deshace,
lenta y dolorosamente.
Las lágrimas me hacen marea.
Mis labios fueron destrozados,
el labial está despedazado,
rodeada de gusanos.
En mi cuello hay hematomas
de todo lo que me he guardado:
el celibato, la putería, la publicidad.
Soy solo un miserable
cadáver en el baño.
Cualquier objeto en mis yemas
pierde la esperanza
de que algún día seré más
que un estropajo.
Las costras luchan por adueñarse
de la poca piel que me queda.
El asco en mí, en mí,
alrededor, donde los ojos me ven
revolcarme como un cerdo en
el sufrimiento.
¿Cuándo dejaré de serlo?
Cuando mi cabello sea fuerte,
y todos mis intestinos se desintegren,
cortaré mi abdomen.
Moldearé mi nariz.
Dejaré de deshacerme.
Las uñas crecen vilmente,
tienen diseños, quiero arrancarlas,
cortar, pulverizar, quitar.
En cada centímetro de mi piel,
arrancaré cada diente,
incendiaré mi lengua,
coseré mis manos.
Quítenmelo, ahí donde
los rasguños ya no se sientan,
donde sea solo huesos,
donde sea solo huecos,
que todos puedan usar sin que duela.
Apenas me estoy deshaciendo,
quítenme todo.
Sólo déjenme morir enterrada
con los gusanos en mis labios,
las polillas en mi cara,
los jeans hechos a un lado,
las cucarachas en mi pecho,
con llagas en los pies.
Dispara y suelta la cámara,
dale al mundo la fotografía
que esperan: la nota roja.
Al fin y al cabo, soy solo
un cadáver en el baño.
Por: Sharon Michell Mora Aguirre
El amor es el constante recordatorio de que aún estás aquí, vivo
Por: Alejandra Ortiz Miranda
Una entrañable carta a la mascota que me acompañó gran parte de mi vida
Por: Athena Celeste Rangel García
Poema sobre el amor como la luz que nos protege