Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
El alcohol y los carros no se llevan bien, manejar un auto a toda velocidad estando ebrio es una acción bastante cuestionable, sabes que te vas a estrellar y probablemente no sobrevivas al golpe, sin embargo, son prácticas que millones de personas llevan a cabo diario, sin importar las mil advertencias e incluso amenazas que se dicen a diario. Esto es curioso, porque así se sintió amarte; sabía que tenía todas las de perder en el accidente y aun así aceleré, las probabilidades de morir en el intento eran abismales contra las de salir ilesa, sin embargo, me aferré a quererte; puedo llamarlo así porque sé que de mi parte fue real, mis ojos, mi alma y mi corazón entregaban todo en cada suspiro que lanzaba por ti. Aunque ahora estoy segura que no fue mutuo, puedo admitir que lo que sentí, era real; entregué un amor puro y sincero, solo por eso no me arrepiento. Tener el corazón destrozado es el mejor ejemplo de que sigo viva, que respiro y soy capaz de existir.
No te miento, me hubiera encantado que las cosas fueran distintas, que yo no hubiera terminado deshecha y tú tampoco, supongo que es cuestión del vivir: en el riesgo de querer, esteá el perder, y bueno, si este es el pago por adorarte como lo hacía, lo acepto; sin vivir eso, no sería lo que estoy construyendo ahorita, el corazón es ciego, o tal vez demasiado terco. No te juzgo por no quererme, te repudio por hacerme creer que lo hacías, o que algún día lo harías…
En mi mundo existían dos azules que me hacían sentir plena, el del mar y el de tus ojos, créeme cuando repito que inundaban mi vida, al mismo tiempo que ahogaban mis esperanzas; podría culparme a mí misma, incluso condenar de por vida, pero no sería justo para las manos que no he tocado, los ojos que no he mirado y los brazos que no me han arropado. Me quisiste, lo sé, de alguna manera alimenté tu alma o tal vez tu ego, mas me hubiera encantado que ese cariño me lo hubieras demostrado siendo real; que me entregaras tu alma y no solo tus deseos, ese hubiera sido el mayor enganche a quedarme contigo de por vida; pero no se pudo, de hecho ya jamás se podrá, decido renunciar a lo que éramos, o fuimos por lo menos en mi cabeza; decido ponerme a mí como primera opción, ese fue el
salto más doloroso, así como el más valiente que he tomado, por fin tome razón, por fin le di el valor a la persona más importante para mí: yo. Por fin dejé de llorar a diario preguntándome qué hice mal y agradeciendo por el golpe de realidad que la vida me propinó. Aun sigues doliendo, pero ya no lloro como lo hacía.
No es que mis ojos hayan secado o mi dolor ya haya cesado, es solo que por fin estoy aceptando que no hubo un “nosotros”, solo yo te quería y a ti te gustaba la manera en la que lo hacía; doy gracias por aquellos momentos en los que fuiste mi soporte o estabilidad, también por aquellos en los que me hiciste ahogarme en llanto y abrazar a mis demonios, gracias a eso me estoy reconstruyendo, por eso abrazo a la mujer que estoy armando, me encanta, siempre formada de recuerdos amables, belleza y salud, también de noches amargas, enojos frustrados y la certeza de que se levantará de adversidades que le parezcan frenar el camino.
Hoy eres un recuerdo amable, doloroso, ambiguo y sutil, eres esa persona que me enseñó a querer, también lo que no voy a permitir, eres el veneno más dulce que pude beber.
Es cierto, mataste una parte de mí, esa que aceptaba todo, sin mirar las claras señales de los errores que estaba cometiendo; también tu traición le dio alas a una nueva mujer, esa que se pone primero, que brilla por sí misma, que grita, corre, canta, baila, disfruta sin remordimiento, esa mujer que querías apagar, misma que te agradece te hayas marchado; sin tu partida no me hubiera encontrado, el día de hoy no me estaría abrazando. Te perdono por el daño que me causaste y me perdono a mí por permitirlo. Me autorizo un nuevo legado lleno de paz y amor propio, sobre todo.
Renuncié a ti y me elegí a mí, creo que es la mejor opción que he tomado en mucho tiempo, y sobre todo la que más voy a agradecer en un futuro.
Por: Adrián Mayorga Rojas
¿Qué pasaría si le confiamos la humanidad a la tecnología?
Por: Raquel Alducín Lira
Odio la vida adulta que dice que la vida no es una película
Por: Julio Reyes
Una obra maestra para reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en la sociedad
Una respuesta
Me encanta esta publicación sin duda alguna es una transición que no todas las personas eligen algunas se quedan estancadas en dónde no deben sin saber que se pierden así mismas por la falsa creencia de que no se puede vivir sin la persona amada aún que seas solo tu el o la que en verdad amó.Buena elección Danna Villegas te felicito hermosa