En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Camila Moncayo / Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
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Ilse González Morales

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Una mirada desde el “privilegio”

Número 7 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2022

Contar con derechos básicos no invalida mis críticas al sistema económico actual

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Ilse González Morales

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Cuando alguien tiene dinero, tenemos la idea de que debe ser una persona presumida, arrogante, egoísta y ciega ante las problemáticas de la sociedad; pensamos en un niño rico cuyos padres le consiguen todo y nunca ha tenido que trabajar por nada, que vive dentro de esta fantasía en donde el mundo es perfecto y no hay injusticias para nadie. Creemos que es alguien que se siente superior a lxs demás, no valora lo que tiene y en general es alguien desagradable. ¿No?

Yo nací en el privilegio. Nunca en mi vida me ha faltado la comida, la ropa, los juguetes o los útiles de la escuela. Siempre hubo agua caliente en mi casa y siempre tuvimos un carro con el cual movernos de un lado a otro. Cada año he podido ir de vacaciones y en las clases en línea nunca me faltó el internet, la luz o incluso una computadora propia. Afortunadamente mi vida es así.

Me parece aberrante que esto sea considerado el “privilegio”. No es posible que ser capaces de cubrir nuestras necesidades básicas sea considerado un caso especial o una clase de vida que solo tienen pocas personas. Una vida así la deberíamos de tener todxs. Una vida así debería ser lo normal y no el privilegio.

No me considero una persona arrogante, ni egoísta, ni presumida. No creo estar dentro de una fantasía perfecta y estoy al tanto de que hay muchísimas injusticias en el mundo. Por eso mismo estoy eternamente agradecida de todo lo que tengo y de la vida en la que me tocó nacer.

Mis padres me dieron muchas cosas, sí, pero además de lo material, me mostraron la satisfacción de hacer cosas por mí misma, me enseñaron a trabajar para lograr mis objetivos y me inculcaron que debo echarle ganas si quiero salir adelante. Mucho se me ha entregado en bandeja de plata, pero por mucho he tenido que trabajar también. Por ejemplo, me enorgullezco de haber podido entrar a la UNAM, una de las mejores escuelas en toda Latinoamérica, por mi propia cuenta.

Con todo esto no busco victimizarme, no quiero decir que los que tienen dinero también sufrimos y también tenemos problemas. ¡Por fortuna mis problemas no se tratan de ver si me alcanza para poder comer hoy o si tengo suficiente dinero para comprar los materiales de la escuela! Pero ello no significa que no tenga problemas en absoluto, simplemente son diferentes.

El dinero no lo compra todo, no te puede comprar el respeto o tolerancia de los demás, no podemos comprar el tiempo o el amor. Y aunque bien te puede favorecer y ayudar, el “privilegio” no te salva de la discriminación, la inseguridad, las enfermedades y más.

Lo acepto y lo grito. Nací en el privilegio y mi opinión siempre será hablando desde ese privilegio, pero no por eso mi voz debe ser callada. Ninguna opinión debe ser invalidada solo porque proviene de un contexto diferente. En el mundo, todos y cada uno de los seres humanos vivimos una experiencia completamente única que se diferencia de la de los demás, y a nadie le toca decidir quién puede o no opinar sobre temas sociales.

Las opiniones que vienen desde el privilegio no solo merecen ser escuchadas, sino que son necesarias. Necesitamos conocer todos los lados de esta historia en la que vivimos, todos los puntos de vista posibles. Porque no se trata de que una forma de vida sea mejor a otra, sino que debemos tratar a todxs de la misma manera. Debemos tratar de no caer en estereotipos, sin importar el contexto del que provengamos, todxs somos iguales y todxs debemos tener la misma oportunidad de alzar la voz y opinar.

Elijo tomar mi privilegio para hacer del mundo un lugar mejor, para poner mi granito de arena hacia un mundo más justo, en donde todxs tengamos las mismas oportunidades.

Es cierto, para muchos “echarle ganas” simplemente no basta, porque no importa cuánto lo intenten, no cuentan con esa forma de vida que parece inalcanzable llamada “privilegio”. Y aunque entiendo que para muchos no es tan fácil, agradezco que, afortunadamente, a mí sólo me tocó echarle ganas.

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Una mirada desde el “privilegio”

3 Responses

  1. Impactante reflexión. El inició llama la atención para seguir leyendo. Me parece grandioso el.que resaltes que todas las opiniones son válidas independientemente desde donde se lancen, porque son eso, opiniones

    1. Simplemente gracias! Aquí “un privilegiado más” que sintió que alguien más lo entiende al leer esto, no de forma completamente desubicada como la mayoría de mis compañeros en la Facultad de Derecho, sino consciente de lo que tiene y que los demás no.

  2. Excelente tu forma de ver tu privilegio.

    Gracias por ser tú y por la mención a qué te dimos todo. Te lo has ganado a pulso.mi orgullo prepa 9 UNAM <3

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