El amor es uno de los conceptos más mencionados y menos comprendidos. Está presente en canciones, películas y libros, pero pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre su verdadero significado. Muchas personas se percibe como un sentimiento espontáneo que simplemente sucede, como un relámpago que nos atraviesa sin previo aviso. Sin embargo, ¿y si el amor no fuera solo una emoción pasajera, sino una habilidad que se cultiva y perfecciona con el tiempo?

Una mirada a la teoría de Erich Fromm

En El arte de amar, Erich Fromm nos invita a replantearnos nuestra idea del amor. Desde su perspectiva amar no es solo experimentar una emoción, sino un acto consciente que implica aprendizaje y esfuerzo. Fromm distingue diversas formas de amor: el fraternal, el materno, el erótico, el propio y el amor hacia la humanidad. Cada uno requiere dedicación y responsabilidad, pues el amor auténtico no es solo un impulso, sino una elección constante. En una sociedad donde el amor a menudo se equipara con posesión y consumo, Fromm enfatiza que amar significa ofrecer no apropiarse. No se trata de una búsqueda egoísta de satisfacción personal, sino de una conexión genuina con el otro basada en el respeto y la entrega desinteresada.

Mi propia manera de amar

Si el amor es un arte, entonces cada persona lo manifiesta de manera única. Como plantea Fromm, no es un don que se recibe de manera fortuita, sino una capacidad que se desarrolla con el tiempo. En mi caso, todavía no he experimentado el amor romántico, pero eso no significa que no ame.

Amo los libros, porque me permiten explorar mundos infinitos.
Amo los idiomas, porque me enseñan nuevas maneras de comprender la realidad.
Amo viajar, porque cada destino me recuerda que la vida es movimiento.
Amo a los perros, porque su afecto es puro y sincero.
Amo a mi familia, porque en ella aprendí lo que significa el apoyo incondicional.

Aunque este tipo de amor no se parece al ideal romántico que solemos ver en la ficción, sigue siendo auténtico y significativo. Al final, amar es mucho más que estar con una persona: es encontrar conexiones profundas con aquello que nos apasiona y nos da sentido.

El desafío de amar en la sociedad actual

Hoy en día, el amor parece haberse convertido en una mercancía: se mide en interacciones digitales, se vende envuelto en promesas vacías y se confunde con la dependencia emocional. No obstante, si seguimos la línea de pensamiento de Fromm, amar no se trata de acumular afecto o atención, sino de construir relaciones auténticas, basadas en el respeto y la reciprocidad. Si entendemos que el amor no es algo que simplemente ocurre, sino algo que se aprende y se perfecciona, surge una pregunta inevitable: ¿qué estamos haciendo para desarrollar nuestra capacidad de amar?