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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Josh Hild/Pexels
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Anónimo

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco

Soy una chica muy aficionada y apasionada. Cuando algo me gusta mucho trato de averiguar todo lo que pueda al respecto. Siempre lucho por la igualdad en todo su esplendor y en todas sus formas. Mi meta, ayudar a todas las personas que pueda.

Las dificultades del amar y ser amado

Número 5 / ABRIL - JUNIO 2022

¿Todos amamos igual? Desde mi perspectiva / punto de vista /opinión yo creo que no

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Anónimo

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Azcapotzalco

Todos amamos igual? Desde mi perspectiva no, creo que todo en la vida es subjetivo, incluyendo la manera de amar. Pese a que no tengo incontables experiencias amorosas a mis 17 años, las que he tenido han sido sumamente inolvidables, y apuesto lo que sea a que sin duda jamás me arrepentiré de las mismas. Me gustaría dar un número específico de estas experiencias, pero a ciencia cierta, ni yo sé, si algunas de ellas cuentan como “historias de amor”, ya explicaré el porqué.

En mi primer año de secundaria, me sentía toda una adolescente rebelde y lista para conquistar la escuela (lo cual no salió como esperaba, pero no me quejo), ahí conocí a un chico, Iván. Me atrajo desde que lo vi, recuerdo que pensé: “¡él es guapísimo!”, pero más allá de eso, me gustaba su forma de ser tan sensible y atento, de hecho, con él fue mi primer beso. Creo que nunca lo olvidaré y será un tierno recuerdo de mi adolescencia.

Un año después, en segundo grado de secundaria, me cambiaron de escuela y aunque al inicio no estaba de acuerdo con el cambio, terminó siendo una de las mejores cosas que he experimentado. Ahí conocí a gente que sin planearlo, formó parte de una de las etapas más importantes de mi vida. Una de esas personas fue mi…bueno… ni yo sé que fue de mí. Pero fue una historia de caos de inicio a fin, llena de altibajos de todo tipo, en los que yo creí que él, Santiago,  podría ser mi primer novio de verdad. No fue así.

Hoy veo las cosas de distinta manera, admito que en el momento lo disfruté, él también era muy atento, pero recientemente deduzco que, a pesar de que fue mi primer acercamiento a un intento de relación, al final fue más apego y rutina que cariño.

Y luego llegó la pandemia, y con ella también llegó el fin de un ciclo, más que nada; fue un cambio bastante brusco pasar de la secundaria presencial al bachillerato en línea, por esa misma razón esa historia no tuvo un buen final. Un día nos despedimos pensando que nos veríamos en dos semanas como máximo, y ya no lo volví a ver, al igual que a todos mis demás compañeros. Siendo sincera, no me afectó como yo creí que lo haría, lo que supongo es bueno.

Desde ahí está claro que las cosas cambiaron drásticamente en mi vida. Nunca fui alguien de muchos amigos, creí que virtualmente sería más complicado relacionarme, pero no, a mí me benefició, así las personas me conocieron por quién era y no por como me veía.

El primer año de prepa no estuvo mal, hice amigos, tuve calificaciones regulares, ¡sobreviví!, eso ya es ganancia. Creí que así sería siempre, al menos hasta que regresáramos a clases presenciales, pero algo cambió aún estando en línea, al fin acepté algo de mí misma que no había aceptado y me tomó 16 años hacerlo.

Cuando empecé el tercer semestre retomé comunicación con una compañera del primer año, Meredith, cuando estábamos en el mismo grupo casi nunca hablamos, fue curioso que después de que nos separaran comenzáramos a hablar. Yo me acerqué a ella porque quería que me guiara en el mundo del anime. Sabía que Mer es muy fan y yo quería conocer ese mundo.

Al principio me dio algo de miedo que no me respondiera, pues nunca habíamos hablado, pero lo hizo y mejor de lo que yo esperaba. Comenzamos una amistad, que con el tiempo empecé a sentir como algo diferente. Fue en el año nuevo del 2022, cuando sentí la necesidad de ser algo más, lo cual me asustó y me confundió, pero no me sorprendió. Algo me hacía pensar que Meredith sentía lo mismo. Ahora veo que ella me dio entrada para pensar que podía haber algo más.

En su momento, lo hablamos y lo intentamos. Yo en verdad quería que funcionara, después de todo ella es increíble, y viéndola con esos ojos sentía que era mucho más que increíble. Al final no resultó, creo que ni ella ni yo estábamos listas para algo así. Depende del punto de vista de cada quien, esta experiencia pudo haber sido buena o mala, para bien o para mal sucedió, y me reconforta saber que quedamos como amigas. Aún la aprecio, claro, pero ya no de la misma manera. No más.

La aprecio como amiga, como alguien con quien puedo hablar de varias cosas y no me juzga. Principalmente la aprecio y creo que lo haré por mucho tiempo más, porque sin planearlo, me ayudó a admitir ante mí misma mi bisexualidad, me hizo sentir segura respecto al tema y no como una extraña, eso nunca lo olvidaré.

El tema de la sexualidad es delicado para mí, digo, es un tema delicado en general, pero cuando creces en una sociedad que no respeta la identidad de los demás, y vives oyendo a tu propio padre hablar mal de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales, Queer y Asexual (LGBTTTIQ+), no te dan tantas ganas de aceptarte por quién eres y por lo que quieres.

Hasta el día de hoy solo las personas a las que más les tengo confianza saben esa verdad mía, no es que intente ocultarlo, claro, me siento muy bien conmigo misma, el problema es no poder expresarlo con libertad frente a mi propia familia, mis propios padres.

Una parte de mí sabe que intentarán apoyarme y que no me van a dejar de querer, o ¡eso espero!, pero otra parte sabe perfectamente que no será nada lindo que lo sepan; si mi madre que es la “más abierta”, no lo tomó del todo bien, no quiero ni imaginar cómo será con mi padre que, aunque él lo niegue, es homofóbico. Prefiero mantenerlo así por ahora: se lo diré, pero no en un futuro cercano.

Las personas que lo saben, o porque les dije o bien, porque se dieron cuenta, son más mis amigos, mi hermano (que en realidad es mi primo, pero lo quiero como mi hermano) y un chico pero no cualquier chico, más bien es “Él” chico, de quien no diré nada personal, pero sí puedo decir que es una parte muy importante de mi vida ahora.

Con esto abro la puerta a la última historia hasta el momento, la historia que aún se está escribiendo. Hace como dos meses conocí a alguien, yo le digo Jadi. Desde que hablamos la primera vez me agradó bastante, pero después de unas semanas (tomando en cuenta que lo veo solo el fin de semana un ratito en la noche) logró que me olvidara de mi fracaso con Meredith. Desde ahí supe que tenía que superarla, tenía que, de otra manera no podría enfocarme en Jadi, así que lo hice, y fue una muy buena decisión.

Él es un chico espectacular, es divertido, alegre, atento, protector, comprensivo, y muchas cosas más, y como todos, tiene una historia detrás no muy linda, pero es justo esa historia de vida lo que lo convierte en la persona que es hoy, quien prácticamente sin conocerme del todo decidió que estaría ahí para apoyarme cuando lo necesitara. Me hizo sentir más especial en cuestión de días y sobre todo, me escuchó y aconsejó desde el primer día que empezamos a hablar, y lo hizo como nunca nadie lo había  hecho.

Parecería que todo es más que perfecto, digo, conocí a alguien que en serio me agrada, que igual le agrado, con quien comparto varios intereses y puedo hablar de prácticamente todo sin temor a nada. Solo hay unos cuantos y pequeños detalles: primero, es más grande que yo, y no por 2 o 5 años, son 10 años de diferencia (cuando empezamos a hablar no sabíamos nuestras edades, yo obviamente lo percibí solo un poco más grande), aparte, yo aún tengo prohibido por  mi papá tener algo más que amistades.

Son esos dos detalles los que se vuelven una barrera para tener algo más. Siendo una persona con ansiedad y muy sensible a las emociones en general, esta situación no es del todo favorable. Ahora sé lo que se siente no dormir por pensar en alguien, que se te quite hasta el hambre por no poder verlo y también cómo se sienten esas famosas “mariposas en el estómago”. Por fin entiendo esos nervios descontrolados que te dan cuando sabes que verás a esa persona especial.

Pese a todos aquellos inconvenientes, decidimos intentar algo “formal” que solo nosotros sabemos, bueno, en realidad mis mismas amistades que saben de mi bisexualidad son los mismos que saben de mi secreta relación, y al parecer, mi mamá también, lo que me alivia demasiado ya que ella es mi cómplice en todo, incluida esta relación.

En fin, mi objetivo es, más que poder desahogarme contigo que estás leyendo esto, es tratar de hacerte ver que, aunque nada en la vida es fácil, en especial las relaciones amorosas, vale la pena tomar algunos riesgos y luchar por lo que quieres y por quién eres. Se que algunos podrían decir que no he tomado las mejores decisiones o que no pienso con claridad, y quizá tengan razón, pero esa sería su verdad, no la mía. Lo respeto, claro, pero también quiero que se respeten mis decisiones y pensamientos.

Si tú que estás leyendo esto tuviste alguna experiencia similar, te digo que puedes tomarme de ejemplo para que decidas qué es lo mejor para ti, quizá puedes reflexionar lo que hubieras hecho diferente y hacerlo, ese es uno de mis principales objetivos con esto, que leas mis breves historias y hagas mejor las cosas, aprende de mis errores.

Ahora quiero dedicar estas siguientes palabras a esas personitas que aún siguen en el closet, o que siguen definiéndose y descubriéndose. No tengas miedo, te apuesto mi pulmón izquierdo a que no estás sole: nadie lo está realmente, siempre habrá alguien ahí para apoyarnos. A veces son personas que ni siquiera conocemos en persona, pero sabemos que están ahí… y si tú crees que no es así, déjame decirte que yo te apoyo, no te conozco, no sé tu historia ni tus metas, pero te apoyo, te apoyo porque sé de primera mano lo que es sentirse sola.

Quiero cerrar esto con una frase que encontré y me gustó mucho, créditos a quien correspondan: “Si tu familia no acepta tu orientación sexual o identidad de género, ahora yo soy tu familia y te quiero.”

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