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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
FOTO: PEDRO ANZA/ CUARTOSCURO.COM
Samantha Díaz Patiño

Samantha Díaz Patiño

Escuela Nacional Preparatoria 7, UNAM

Me preocupo por lo que acontece en nuestra sociedad y pretendo tener acciones para ayudar a mejorarla.

El zoomestre en la Prepa 7

Número 1 / ABRIL - JUNIO 2021

Independientemente del aspecto escolar, el estar asilados nos ha ayudado a la mayoría de las personas a cambiar nuestra mentalidad y ver las cosas de una mejor manera

Samantha Díaz Patiño

Samantha Díaz Patiño

Escuela Nacional Preparatoria 7, UNAM

Fue un 23 de marzo de 2020 cuando las escuelas cerraron sus puertas, desde guarderías hasta universidades. Yéndonos con la idea de regresar dos semanas posteriores a las vacaciones establecidas en esa fecha, sin saber que sería la última vez que pisaríamos un salón de clases o que sería la última vez en ver a nuestrxs amigxs y profesorxs… nos fuimos a resguardar a nuestros hogares, sin tener información alguna si regresaríamos a clases o no.

Hablemos de la UNAM. Las autoridades decidieron detener las clases 10 días antes a diferencia de la educación básica, fue exactamente el 13 de marzo de ese mismo año, así que la institución fue de las primeras en tomar una decisión ante la contingencia, para que sus alumnxs no se quedaran tanto tiempo sin clases, así que no hubo otra opción más que seguir las clases por línea. Fue así, que plataformas como Zoom, Meet, Microsoft Teams, Schoology, entre otras, aumentaron su popularidad y demanda entre la sociedad, al mismo tiempo, sus riquezas, ya que la mayoría de las instituciones contrataron los planes “pro” de estas plataformas. La UNAM no se detuvo, sus alumnxs de iniciación universitaria y preparatoria concluyeron exitosamente el ciclo escolar de manera remota; en el caso de licenciatura y los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), continuaron con el semestre, aunque fue más difícil de lo que esperaban.

Pasaron los días, semanas e incluso meses, los estudiantes seguíamos sin saber hasta cuando volveríamos a la “normalidad”. La contingencia fue cada vez peor, los casos y muertes por COVID-19 se fueron al alza entre los meses de mayo, junio, julio y parte de agosto. En consecuencia, a esto, lxs estudiantxs dispuestxs a realizar el examen de admisión a bachillerato, mejor conocido como COMIPEMS, en medio de una pandemia, nos arriesgamos a ser contagiados. Se nos acumuló el miedo a no quedarnos en la opción que deseábamos y el miedo a la pandemia. Sin embargo, muchxs de nosostrxs estuvimos dispuestxs a buscar un lugar en la institución que deseábamos, en mi caso, la UNAM; lo conseguimos estudiando por nuestra cuenta, dejando los cursos presencialmente a los que fuimos inscritxs para tomarlos en línea, en consecuencia, muchxs de nosotrxs no logramos adaptarnos tan pronto a esta modalidad, debido a que, no se aprendía de la misma manera; claro, habría temas que serían investigados por nuestra cuenta, ya que el beneficio es para unx mismx y al mismo tiempo, fue un poco desgastante.

Pero no sólo lxs aspirantes a bachillerato corrieron el riesgo, también lxs chicxs que realizaron el examen para ingresar a licenciatura, ya que no fue como se lo imaginaban. Inesperadamente, una de las sedes para presentar dicho examen fue el estadio Universitario, algo totalmente radical.

Desafortunadamente, nosotrxs como estudiantes notamos muchas desventajas a esto, de acuerdo a una encuesta realizada a cierto número de personas, piensan lo siguiente: “Hay una mayor distracción al tomar las clases”, “problemas técnicos con las plataformas”, “se tiene menos control de aprendizaje en lxs alumnxs”, “existe un desgaste visual al estar tanto tiempo frente a un aparato electrónico”, “muchxs alumnxs no cuentan con los recursos suficientes para comprar los materiales necesarios para tomar clases en línea (computadoras, impresoras, etc)”. Con esto, a lxs estudiantes también nos ha llevado a no ser tan participativos en las sesiones, ya que nos da pánico pasar una vergüenza con lxs demás a que se escuche algo que no nos gustaría que la clase escuche (un ruido en la calle o nuestro propio hogar). Además, hemos pasado por mucho desgasto mental, estrés y parte de desórdenes alimenticios.

Pero no todo es malo, ésta nueva modalidad de tomar clases también ha tenido muy buenas ventajas, algunas de ellas son, por ejemplo: Es más cómodo tomar las clases desde los hogares, ya que existe la opción de desayunar mientras tomas clase; además, como estudiantes nos ahorramos el gasto de traslado a los planteles, es algo que en parte, ha ayudado a la economía de la familia, por último, hemos aprendido a trabajar y socializar en un ámbito totalmente diferente porque nos enseña a ser autodidactas.

Para lxs profesorxs tampoco ha sido nada fácil llevar a cabo su trabajo de esta manera, ya que muchxs de ellxs no tenían idea de como utilizar las plataformas y desafortunadamente, algunxs no recibieron capacitación alguna para facilitar el uso de éstas. Además, se estresan más, porque al igual que los alumnxs, tienen problemas de conectividad al dar sus clases; al revisar trabajos también, ya que, en la mayoría de los casos, los archivos tienen dificultades para su visualización, entre otras cosas.

Independientemente del aspecto escolar, el estar asilados nos ha ayudado a la mayoría de las personas a cambiar nuestra mentalidad y ver las cosas de una mejor manera. Esto se refiere en que aprendimos a respetar a los demás, en el aspecto de sus gustos personales, raza, religión, orientación sexual, pronombres, entre otros aspectos… Respetar, aunque no compartamos la misma forma de ver las cosas. Nos hemos dado cuenta de que, las nuevas generaciones estamos revolucionando al plan anticuado al que estamos acostumbradxs a vivir.

Esperamos que muy pronto la situación de salud mejore y nos permita regresar a clases, que muchxs de nosotrxs podamos conocer las instalaciones de las escuelas a las que estamos inscritxs, podamos volver a convivir con gente de nuestra edad y volver a salir sin riesgo alguno. No bajemos la guardia para pronto volver a poder hacer todo esto.

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