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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Daria Shevtsova/Pexels
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Melissa Gutiérrez Gutiérrez

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

Me gusta mucho leer y apenas he empezado a sentir agrado por escribir, que otras personas puedan leer y sacar sus conclusiones de mis escritos.

El boom de la droga virtual

Número 4 / ENERO - MARZO 2022

El reciente corte de las apps más populares, Instagram, WhatsApp, Facebook, Messenger y Twitter, nos mostró algo: nos mantienen en vicio sin descanso

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Melissa Gutiérrez Gutiérrez

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

Las redes sociales han sido, en la actualidad, uno de los medios de comunicación que con más frecuencia visitamos, nos mantenemos conectados, forman parte de la rutina. La tecnología, sin embargo, resulta tener sus fallas, y como todo, pueden ser conflictivas o beneficiosas.

¿Qué tanto interactúas en redes sociales y cuáles son tus favoritas? En mi caso podría ser Instagram, aunque no la utilizo mucho, pues me llega a aburrir un poco. Los servicios de mensajería como WhatsApp y Messenger solamente los utilizo para trabajo o estudios y no tanto con amigos, pues normalmente no tengo con quien chatear. La app que no utilizo casi es Facebook; puede sonar extraño, pero no es mi preferida, la interacción es poca, soy más espectadora tanto en esta aplicación como en otras. Twitter es una que nunca he utilizado en mi vida, la interacción no es muy de mi agrado a pesar de que no sé cómo se usa correctamente, pero he echado un vistazo a sus herramientas. Y tú, ¿cómo usas tus redes sociales?

Existen noticias que nos dicen mundialmente cómo y qué tanto usamos cada una de nuestras apps, siendo Facebook, Messenger y WhatsApp las más usadas. Creo que pueden coincidir un poco con nuestra rutina, pues normalmente cuando despertamos revisamos prioritariamente estas apps, ya sea para platicar con amigos, ponernos de acuerdo para jugar videojuegos o poner un plan para salir a algún lugar, esto en el caso de servicios de mensajería. Facebook, la mayoría de nosotros lo usamos para ver memes o videos graciosos que compartimos con amigos o incluso buscar gente nueva para ampliar nuestro círculo social.  En comparación con mi uso personal de apps, se suelen usar comúnmente las que casi no me agradan o que solamente son para la escuela, que también es de acuerdo al destino que les des a éstas.

Sin embargo, resulta que las redes se han convertido en un elemento importante para los niños. Mi prima utiliza diariamente WhatsApp, aunque tiene once años (edad en la que normalmente algunos padres enseñan a sus hijos el mundo tecnológico); siempre se encuentra en constante conexión en esta app, lo que en ocasiones suele molestar a mi abuelita, citando esas frases típicas de los adultos, “Te vas a quedar ciega”, o a los padres con un poco de conocimiento, “Ya deja el wasap”, entre otras. También suele resultar peligroso si aún no tienen la conciencia de que hay que ser cuidadosos con todo lo del ciberacoso, extorsiones, mal uso de la información, entre otros problemas al navegar en la red.

Es común en algunos casos o cuando tus padres cero tecnológicos necesitan ayuda para poder mandar un “Wasap” a la tía o a la vecina, que te acuerdes de sus contraseñas del “Facebu”, y cuando para nosotros resulta ser algo muy sencillo, nuestros padres lo ven muy complicado creyendo que somos como Tony Stark.

La alarma tecnológica

El motivo por el cual solamente he mencionado estas redes, es porque son las más revolucionarias a nivel mundial, por decirlo de una manera, pues la cantidad de problemas, configuraciones y actualizaciones es proporcionalmente grande y con un pequeño percance desconecta al mundo. El pasado mes de octubre de este año (2021), se produjo uno de los famosos percances en las redes sociales; el peor, destacan algunos de los usuarios, en el que por alrededor de seis horas dejaron de funcionar causando una alarma tecnológica. Ese día, todos desconectamos nuestro módem del internet, reiniciamos nuestro celular, marcamos al servicio para reclamar ¡porqué rayos me quitaste el internet! Y al ver noticias, nos dimos cuenta que el problema era mundial. Me encontraba tomando clases y realizando tareas pendientes, cuando quise mandar un mensaje a mi madre y éste no se enviaba, creí que había sido mi conexión, sin embargo, aún podía conectarme a clases sin ningún problema. Intenté abrir Facebook, nada, Instagram, nada, Messenger, nada. Reinicié mi celular, nada. Luego me di cuenta de que mi celular no era el único descompuesto, mi mamá y mi prima tenían el mismo problema y reaccionaron de la misma manera que yo.

Al día siguiente, todo volvió a la normalidad. Podía mandar mensajes, ver el inicio de Facebook y el de Instagram sin problema alguno. ¡Qué alivio, han vuelto!, escuchaba por el mercado o incluso entre los trabajadores que entran temprano a trabajar frente a mi casa. En ese momento me sorprendí; tan solo un par de horas y ya estaban que se morían, ¡ni que fuera para tanto! Veía en todos los canales que presentan noticias y todos mencionaban la misma noticia una y otra vez, día y noche. Lo que algunos decían era que el dueño de la compañía de estas redes, Mark Zuckerberg, trabajaba en ello para seguir ofreciendo un buen servicio a los usuarios. Surgieron teorías de que estaba planeado, que había un posible robo de información, entre muchos otros rumores. ¡Qué absurdo! No había causas aún ni declaraciones oficiales que nos explicaran lo que estaba pasando y ya empezaban a armar sus teorías. Esto causa siempre una gran desinformación en la comunidad, llegando a actuar de manera errónea ante estas situaciones.

Finalmente, creo que la gente vive con una especie de chicle virtual; no podemos mantenernos desconectados del mundo que compartimos con millones de personas simultáneamente en todo lugar. Personalmente no me afectan demasiado este tipo de sucesos virtuales en cuestión de relaciones amistosas, como entretenimiento quizás un poco, ya que paso frecuentemente interactuando y el tiempo camina, pero también me gusta ocupar mi tiempo en las cosas más sencillas como lo es el silencio y la soledad, que a muchas personas no les agrada, pero cuando vivimos fuera de esa virtualidad es posible encontrar esa distracción en las cosas más simples. Las redes sociales son como una droga más que, sin pensarlo, nos consumen poco a poco.

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