Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan
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¿De verdad son tan malas? La mayoría de nosotros se imagina cocaína, cristal, ácido, hierba o heroína cada que la palabra “drogas” se hace presente, ignorando que algunas son legales, más fáciles de acceder que otras y no todas significan esnifar algo, fumar o meterse una aguja. Pocas cosas son tan “delicadas” de hablar como el consumo de drogas, la palabra por sí sola asusta a los padres educados en la “vieja escuela”; es una palabra satánica, jamás se te ocurra mencionarla frente a ellos.
Volviendo a la pregunta, ¿tan malas son? ¿De verdad son el cruel lugar que, primero te abraza con cariño y te susurra al oído que viene a mejorar tu vida para luego dejarte tirado y más ansioso de lo que estabas antes de consumirlas? Nadie te lo puede decir a ciencia cierta, creo yo. Por un lado, están aquellos que aprovecharon el nuevo mundo que ellas te ofrecen para sacarle provecho y hacer algo realmente original. Desde músicos hasta pintores e inventores. Sin ir muy lejos y para sorpresa de muchos, Steve Jobs. ¡Carajo! ¡Steve Jobs, amigo! Uno de los hombres que cambió el panorama tecnológico consumía LSD o ácido, como más te guste llamarlo, sí, el gigante de la industria (Apple) fue concebido mientras el querido Steve y su compañero Daniel Kottke estaban en un “viaje”. Carlos Santana admitió haber estado drogado durante su presentación en el festival Woodstock del ‘69, dejando al público fascinado por su actuación detrás de las 6 cuerdas aún cuando su banda no había sacado ningún disco. Jim Morrison se la pasaba la mayor parte del tiempo intoxicado en sus actuaciones en directo, mientras escribía, mientras cantaba… ¡y míralo! Es uno de los mayores referentes del rock aun teniendo más de 50 años muerto. Vamos, una gran cantidad de personajes que han usado distintas drogas para explotar su potencial parece una jodida genialidad… si lo vemos desde afuera.
Pero no todo es felicidad y placer ¿o sí? Del otro lado se encuentran los adictos, los dependientes, los recaídos una y otra vez, aquellos que se sumergieron en aquel hoyo buscando olvidarse de su miserable vida y se sintieron tan abrazados en aquel mundo que las drogas ofrecen que fueron arrastrados hasta el fondo. Personajes como Scott Weiland, Layne Staley, Janis Joplin, Mac Miller, Marilyn Monroe, Heath Ledger o Prince se pasaron de la dosis, su última dosis. Fuesen opioides, alcohol, fármacos o alguna otra cosa que los hiciese sentir en control o calma; si bien algunas de las víctimas fueron decayendo con el paso de los años y en paralelo su muerte se anunciaba, existe el otro lado de los caídos en los que su muerte fue inesperada para el mundo. Por desgracia esta cara de las drogas sigue estando presente, es una situación despiadada, difícil de controlar, cruel, controladora y lleva al consumidor a su punto más bajo si es que no controla su uso. Yéndonos a una situación más global, el tráfico de drogas ha traído guerras, masacres, enfrentamientos, asesinatos, secuestros, todo lo de un negocio irónicamente cotidiano, tú sabes, detalles. La primera vez que uno prueba drogas (y por drogas no me refiero solo a las ilícitas, partimos desde el alcohol y el tabaco) entra en una delgada línea en la que puede quedar del lado sereno y del consumo ocasional y manteniéndose a raya con el exceso o caer en el espiral descendente donde cada sustancia y cada dosis te hace caer aún más. Si has escuchado la frase “no te vuelves adicto la primera vez que pruebas drogas, pero es más fácil decir que sí a la segunda, y aún más sencillo a la tercera”, pues, amigo, coincidirás conmigo que es jodidamente real. Una maravilla, ¿no? Te sientes fascinado con su efecto que desearías no salir de ahí…
Y para sorpresa de uno, el deseo se cumple, pero no de la manera en la que a uno le gustaría. ¿Te sientes bien usando drogas ocasionalmente? Bien por ti, te debes sentir todo un rockstar metiéndote polvo por la nariz o teniendo una aguja en tu brazo, yéndome al extremo. Obvio, te hacen sentir poderoso, extasiado, feliz… hasta que llegan los síntomas de abstinencia, que son sumamente silenciosos y uno creería que lo tiene bien controlado y no es un adicto, pero la abstinencia llega cuando necesitas “un toque” para sentirte aliviado, empieza la fatiga, la irritabilidad, la falta de motivación y energía, empiezas a hacer estupideces para obtener dinero y comprarte tu “gramo de aliviane”. ¿Seguro que lo tienes controlado? Campeón, campeona, te estás volviendo un adicto. Pero, por favor, no me malentiendas, este escrito no es un manual de por qué las drogas son malas y por qué debes dejarlas, es una pequeña pizca de lo que el mundo de su jodido uso pone sobre la mesa, es decisión tuya quedarte ahí o salirte antes de que te pases de la cuenta, o que te mueras de “un pasón”. Al final, es y será tu elección.
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Esta película es además una crítica al neoliberalismo
Una respuesta
Hay muy pocos instrumentos tan afectivos como los enteogenos para al autoconocimiento. Y esto no necesariamente es “felicidad” en el momento…