Facultad de Psicología
Facultad de Psicología
¿Es posible una mejor escuela? Sí. Pero hay algo aún mejor, y es que ya existe esa mejor escuela y está muy cerca.
Si se indaga en las métricas y estándares internacionales, es posible que destaquen aquellos sistemas educativos de Finlandia, Holanda o Corea del Sur, por obtener los mejores resultados de la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés). Y en definitiva, no hay nada que objetar contra ellos, pues incluso a los sistemas educativos con los puntajes más inferiores les sería de utilidad implementar algunas de sus estrategias educativas para mejorar.
Sin embargo, independientemente de las métricas que pruebas como PISA puedan arrojar para México (por debajo del promedio esperado) y que, en definitiva declaran una urgencia en la intervención a nivel de política pública para mejorar la calidad educativa, es necesario resaltar las ventajas que aporta el implementar otro tipo de modelo educativo, uno con perspectiva de derechos y de inclusión social.
México ya cuenta con escuelas y sistemas que rompen con aquellas enseñanzas tradicionales y buscan mejorar la calidad educativa, aunque no figuren en las pláticas cotidianas más allá del gremio.
La Facultad de Psicología de la UNAM tiene el programa “Construyendo Puentes UNAM” que, inmerso en las asignaturas con carga crediticia del tipo práctico para los últimos semestres de la formación en la licenciatura en Psicología y en área de Psicología Educativa, logra romper con cualquier sistema tradicional de educación.
Este programa, vinculado con una asociación civil comprometida con el desarrollo de personas con discapacidad intelectual, con profesionales y colegios privados de nivel básico, medio superior y superior ubicados en Santa Fe, Ciudad de México, forma parte de una red de programas hermanos con sede en distintas universidades del país, y ha logrado con materias teórico-prácticas la inclusión social y laboral de jóvenes con discapacidad intelectual. Los estudiantes de la Facultad de Psicología de la UNAM pueden realizar allí sus prácticas como “compañeros de aprendizaje” de algún estudiante con discapacidad intelectual mediante actividades que fomentan, a través del Diseño Universal para el Aprendizaje, habilidades de la conducta adaptativa, para la vida y sociemocionales desde una perspectiva de derechos, sin discriminación y con el nombre como la única etiqueta para referirse a las demás personas.
Este programa logra generar en cualquier escenario de prácticas un espacio educativo sin estereotipos ni estigmas sociales, con el objetivo de desarrollar al máximo el potencial de las personas que son beneficiarias del mismo, donde las actividades son lúdicas, interactivas, con el uso de apoyos tecnológicos y sociales que permiten adaptar el entorno al tipo de aprendizaje e intereses personales de cada estudiante (no solo de licenciatura en Psicología, sino de los beneficiarios del programa en general), y creando, al mismo tiempo, un aprendizaje colectivo y no lineal de maestro a alumno, quienes se conciben como pares e incluso hacen uso de las redes de apoyo social de cada estudiante y beneficiario para fortalecer las habilidades personales.
El fin último es que los estudiantes a nivel licenciatura ingresen al campo laboral con una formación para la vida independiente, con conocimientos de cuidado personal y de sus derechos y obligaciones con personas ciudadanas de un país para ser agentes de cambio social y replicadores del paradigma de vida independiente. Para el caso de los estudiantes de nivel básico, se busca que logren conocer sus intereses y mejorar su toma de decisiones, definiendo lo que les gustaría estudiar o ejercer a un nivel profesional, descubriendo y potencializando sus capacidades.
Pero eso no es todo, cuenta con un programa de Departamento de vida independiente, donde dos o tres días a la semana personas estudiantes de Psicología y beneficiarios del programa viven juntos en un departamento sin el apoyo de nadie más, formándose y apoyándose mutuamente para salir adelante –con obvia supervisión profesional–.
Además, hay talleres y convivencias, picnics, recorridos por la Facultad de Psicología y actividades que fortalecen las habilidades sociales y de comunicación.
El programa también cuenta con el apoyo de colegas y expertos en la materia de derechos humanos y profesores especialistas en atención a la diversidad, lo que ha dado como fruto que los jóvenes que se integran a trabajar, fomenten en sus empresas un ambiente laboral incluyente y a favor de los derechos de las personas con discapacidad. Y todo esto, en la UNAM.
Sin duda, esta es una de las tantas opciones para decir que una mejor escuela existe y que los estudiantes también podemos ser mejores, sólo hay que reconocer y aprovechar las capacidades de cada quien, y qué mejor que nuestra UNAM sea sede de un programa tan relevante.
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