Facultad de Economía
Facultad de Economía
Qué delirio en interrogación,
qué suicidio en investigación
brillante exposición de modas
la desilusión.
Silvio Rodríguez
Poco más tarde y me pregunto yo, son excusas o ganas de volverme con vos, la calle está fría, pero esta noche sí hay alguna razón para quedarse aquí,
un sentimiento nocturno extraño que no puedo explicarlo, terminará con la noche.
Piero
Es de luz nocturna
y a tu lado estoy lejos, silencio que es bueno para los aparejos.
La sombra fría
no omite ascenso, cuando fuiste mía
te marchaste al espejo, ahora no sé qué hacer.
No se me ocurre que vela encender
para hallar la mirada que no me quiere ver, como casi siempre te trataré bien.
Es de amanecida
el beso que me calcina cuando me despierta la voz de tu brisa.
Qué raro sentir tu pelo y sin condiciones,
tengo suerte al menos, entonces no me beses todavía tengo amor.
No tengo apuro por sentarme a beber las cansadas promesas de saliva sin miel, si acaso despiertas quiero un buen día,
Viajar por la ciudad, buscar donde navegar lugar donde amarrar los secretos de este mundo de enredos,
sudores y contratiempos, donde no seas el mar.
Ojalá que en tu estación no lluevan las risas,
hoy por desatento
me trague tus caricias.
Con todo el fragor
quiero alzar bien las riendas, ni yo sé por qué
prefiero las cuerdas, tal vez sepa tocar.
Otro colega preguntó si a las nueve saldré por la puerta para verte crecer, le contesto: “amigo no quiero perder”.
Por la fatiga
tengo obsequios de nada, como una voz débil
con sabor a palabra.
Si te apetece,
hoy de madrugada al dormir en cama
puedo quedarme en casa hablándote del bien.
No te desnudes, ahora mismo no,
que la vida ha robado lo que quise ser yo, y cuando despiertas sé que te olvidas
Viajar por la ciudad, dos horas de eternidad
para llegar al mar, no dirán que le hecho llave a la puerta, dejo la luna abierta.
Viajaré en la ciudad con última parada
en otro mundo, otro mal
después de nuevo todo a su sitio, donde en tu mar soy gentío.
Y allí mismo sabré
hasta dónde llega el mar, donde empieza a volar
una estación al mar.
Deje un recado por vez primera por si aquella ve,
un hueco por si se despierta y yo no esté.
De vez en cuando doy salida tras otra nítida mentira
que me alargue la hora.
Es que me fui de vida en un viaje,
de huida para después domar al día.
Sin más dulzura que la incuria en cada habitación,
la calle es una bolsa en quiebra para otros dos.
Como la glosa repetida, caricias, fotos y rutinas no se vuelven embargo
me vi con la perfidia anochecida, amor con sutileza y de candado.
De noche Robinson contra la luna,
y con necio dolor otra vez un matón de alma desnuda, al alba se quedó
el mar sin rosas.
Deje una nota de providencia dentro de mi cajón,
será maldita la insolencia cuando soy yo.
Goteando tinta en mi saliva no se alimenta de mi asfixia y un corazón aflora.
Pero que no lo sepan las compañías, en el desliz de una sombra
pierde la mía.
Si vuelvo solo a mi terruño y me vuelvo a perder
tengo maletas con el cuño que dejó la sed.
Al soterrado que está en casa se le ve triste cuando calla
el duelo la garganta,
y así como la luna se hace poca
la voz entre dos muslos se sofoca.
De noche Robinson contra la luna,
y con necio dolor es otra vez un matón de alma desnuda, y al alba despertó el mar sin rosas.
Por: Karla Nieto González
Juntos podemos ser la voz y la esperanza de aquellos que la han perdido