Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
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Regalar algo representa el deseo de compartir, de hacer que alguien se sienta importante y, sobre todo, de construir vínculos significativos. Bien pudiéramos relacionar esto con el mundo animal, en el que los regalos de cortejo sirven para convencer al otro espécimen de aparearse.
Sea cual sea la razón por la que alguien decide entregar un regalo de cortejo, es sin duda una de las actitudes más frecuentes entre las parejas y personas enamoradas, lo interesante es que estos regalos han evolucionado de maneras muy curiosas a través de los años.
Pero entonces, ¿Moctezuma nunca le dio a su pareja un ramo buchón? ¿O los reyes de Europa? Para responder a esto, hagamos un pequeño recorrido por algunos regalos de cortejo según la cultura y la época.
Si retrocedemos a la época antes de nuestra era, específicamente en el antiguo Israel, podemos encontrar el famoso mohar, un regalo que podía ser constituido por bienes, propiedades o servicios que el novio debía entregar a la familia de la novia como símbolo del valor y la seriedad de la relación.
Más cercana a nosotrxs, en la cultura maya, el novio debía visitar la casa de la novia durante el cortejo matrimonial y llevar regalos para toda su familia, entre los que más se apreciaban estaban el chocolate y el pan, que eran símbolos de compromiso y respeto.
Avancemos un poco más hacia el siglo XIX, a la época victoriana, aquí la cosa deja de ser tan deliciosa y nos movemos a otro tipo de obsequios: en Reino Unido, era normal que las parejas intercambiaran entre ellxs mechones de cabello como símbolo de amor y compromiso, ya que era visto como un gesto íntimo que reflejaba una conexión personal y duradera.
Moviéndonos hacia el presente, pero hacia otro continente, ubicándonos específicamente en la región africana, encontramos a la cultura zulú, en la que los regalos se utilizan para demostrar interés hacia el ser amado y también para estrechar y fortalecer lazos con la futura familia política, estos presentes pueden incluir ganado o alimento, tendencia que se reproduce en diversas partes del mundo.
Y si indagamos en regalos más contemporáneos, llegaremos a las cintas de video y los casettes que los enamorados hacían durante horas por allá en los 80 y 90 con la intención de dar un detalle, pasando desde las mixtapes personalizadas con canciones dedicadas a esa persona especial, hasta la quema de CD‘s con el mismo objetivo.
Sería imposible terminar este recorrido sin hacer una mención a las cartas, las serenatas, las flores, los poemas y todas esas demostraciones de cariño que florecen de manera atemporal en el corazón de todos aquellxs que aman a alguien.
En la actualidad existen una infinidad de opciones y regalos con los que puedes dar a conocer tus sentimientos, desde cualquier objeto personalizado, ramos de más de 100 flores llevados en una troca o desayunos sorpresa, el fenómeno de la globalización ha abonado sin duda a la diversificación y la explotación de las formas materiales de decir “Te Quiero”.
Sin duda las tendencias detallistas seguirán cambiando de maneras impredecibles, pero sin importar lo pequeño o buchón del presente, es casi seguro que el detalle siempre llegará con la más linda de las intenciones.
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