En el marco del Coloquio Internacional “Resistencias Democráticas al Neofascismo y Neocolonialismo”, la reconocida académica Raquel Serur – Subsecretaria para América Latina y el Caribe impartió la conferencia magistral titulada “Relaciones con América Latina y el Caribe en el marco del segundo piso”, que dio inicio a una profunda reflexión sobre el papel del pensamiento crítico y la cultura como formas de resistencia ante los embates autoritarios contemporáneos.    

El director del PUEDJS, Dr. John Ackerman, le dio la bienvenida y recordó que ella era la embajadora durante el asalto a la embajada de México en Ecuador y la publicación del programa sobre el debate mediático de aquella coyuntura en 2024.

En su análisis, Serur afirmó que “hoy más que nunca, hablar de democracia es hablar del planeta, porque la defensa de la democracia también pasa por la defensa de la tierra” y evaluó que el retorno de Donald Trump representa una expresión visible de la fractura social y del sistema neoliberal: “Vemos cómo ha reorientado su estrategia, tanto en fines como en medios, en una tensión permanente debido a su nacionalismo agresivo, que resulta peligroso en otras regiones afectadas por esas decisiones unilaterales e invasivas”, señaló, aludiendo también a las acciones bélicas en las costas venezolanas.

Ante el panorama geopolítico actual, señaló que: “estos escenarios de conflicto global provocan caos en otras regiones mientras generan un nuevo orden mundial, o de guerra, en el reacomodo de la disputa entre Estados Unidos y China. Aunado a los efectos de la pandemia y la emergencia climática, la desinformación mediática y el uso de tecnologías”, también alertó que: “las potencias no están ofreciendo soluciones a los países con economías en desarrollo y eso peligra en nuestras sociedades”.

Otro concepto que abordó respecto a las alternativas de esta coyuntura fue el de “las potencias pivote: países como Brasil, Indonesia o Turquía cuentan con aspectos para sobresalir pero viven a la sombra de un interregno geopolítico ante la transición existente en la disputa de hegemonías que vemos reflejado actualmente”, una realidad en la que estos países tienen que negociar sí o sí con alguna de las potencias mundiales.

Por otra parte, la profesora ofreció su análisis respecto a la emergencia climática y cómo la humanidad ha influido negativamente pero también puede detenerla y actuar: “La competencia influye en el futuro de la vida en este planeta por lo que el desafío es un futuro que refleje el bienestar colectivo y la defensa de la Tierra, ya que tenemos una idea equivocada del progreso que amenaza con destruir la vida y la naturaleza”, algo que se ejemplifica con la intensidad de los desastres naturales.

Raquel Serur denunció la influencia de los multimillonarios y su impacto negativo: “el 1% más rico genera más de la mitad de la contaminación del planeta y la acaparación de la riqueza tampoco es justa. No hay capacidad de este sistema para atender una emergencia climática global, debemos rebasar los discursos diplomáticos y actuar”.

Dentro de las propuestas o acciones que considera pertinentes para afrontar la situación, o consumar el fracaso, mencionó que: “hay tres opciones: una globalización verde, una anarquía climática o una guerra fría verde que agravaría las tensiones geopolíticas actuales”, también reflexionó y cuestionó ante el discurso promovido por empresas y políticos: “¿Si ese es el escenario futuro cuál es la actualidad? solo se cambia de forma pero no de fondo”.

Realizó una crítica a la lógica extractivista que “catalogan como cooperación pero es un desplazamiento poblacional y apropiación de recursos por parte de los países que controlan las narrativas y las ganancias mientras otros se alinean pagando los costos y consecuencias” y señaló que Estados Unidos ha ejercido esas estrategias en América Latina y el Caribe, al ver que China se convirtió en el primer socio comercial de América del Sur y el segundo del continente, lo que ve con recelo la administración de Trump”.

La subsecretaria concluyó al ofrecer sus soluciones: “mi propuesta es rechazar las esferas de influencia de las grandes potencias para construir esferas de integración que atiendan las necesidades de nuestros pueblos para ampliar la vida democrática, porque una democracia sin planeta habitable es una ficción, pero un planeta gobernado sin democracia es una invitación a la catástrofe”, junto a tres convicciones fundamentales que convergen: “La justicia climática va a la par de la justicia social, la conservación ambiental es una afirmación de soberanía y la cooperación Sur-Sur es una alternativa solidaria ante la disputa de hegemonías. El bienestar sólo es posible en un entorno ambientalmente sostenible y socialmente justo”.