JOHN &

SABINA

La disputa por los
medios públicos

La tercera temporada del programa John y Sabina emitido por el Canal Once tuvo lugar en un contexto marcado por la pandemia. Con Sabina vía remota y John en el estudio, la dinámica de conversación con las y los invitados cambió.

Como cualquier encuentro mediado digitalmente, fue necesario marcar pautas para que las participaciones fueran audibles y armónicas. Esta situación fue interpretada por Sabina como una imposición y un control machista de la palabra por parte de John. Durante varias emisiones de esta temporada, la conductora tenía gestos de molestia y hostilidad, no sólo con John sino con las personas invitadas, tal como ha documentado la revista Polemón. Incluso en la emisión del 6 de noviembre, Sabina se levantó y abandonó la transmisión dejando a John y el invitado con las palabras de despedida.
La tensión escaló y atravesó distintas plataformas: desde una serie de tweets por parte de los conductores hasta la emisión del martes 10 dve noviembre y las posteriores declaraciones de Sabina en el programa de radio de Carmen Aristegui y otros espacios mediáticos. Primero la dramaturga señaló que el silencio de John era un acto machista, luego cambió el relato y lo nombró como “acoso laboral horizontal”. Por último, el Canal Once comunicó que el programa había llegado a su fin.

El análisis de este caso permite dar cuenta de una disputa que ha atravesado a los medios desde el cambio de gobierno en 2018. En ella participan distintos actores que buscan mantener el statu quo a través de la censura y el ataque a la pluralidad en los medios públicos.

Desde un enfoque multicapa y multiplataforma, en este análisis mostramos cómo, aquellos grupos ligados al anterior régimen, utilizaron el relato de Sabina Berman en contra de John Ackerman para fortalecer su posición política en contra del cambio y apertura en los medios públicos.

La tercera temporada del programa John y Sabina emitido por el Canal Once tuvo lugar en un contexto marcado por la pandemia. Con Sabina vía remota y John en el estudio, la dinámica de conversación con las y los invitados cambió.

Como cualquier encuentro mediado digitalmente, fue necesario marcar pautas para que las participaciones fueran audibles y armónicas. Esta situación fue interpretada por Sabina como una imposición y un control machista de la palabra por parte de John. Durante varias emisiones de esta temporada, la conductora tenía gestos de molestia y hostilidad, no sólo con John sino con las personas invitadas, tal como ha documentado la revista Polemón. Incluso en la emisión del 6 de noviembre, Sabina se levantó y abandonó la transmisión dejando a John y el invitado con las palabras de despedida.
La tensión escaló y atravesó distintas plataformas: desde una serie de tweets por parte de los conductores hasta la emisión del martes 10 dve noviembre y las posteriores declaraciones de Sabina en el programa de radio de Carmen Aristegui y otros espacios mediáticos. Primero la dramaturga señaló que el silencio de John era un acto machista, luego cambió el relato y lo nombró como “acoso laboral horizontal”. Por último, el Canal Once comunicó que el programa había llegado a su fin.

El análisis de este caso permite dar cuenta de una disputa que ha atravesado a los medios desde el cambio de gobierno en 2018. En ella participan distintos actores que buscan mantener el statu quo a través de la censura y el ataque a la pluralidad en los medios públicos.

Desde un enfoque multicapa y multiplataforma, en este análisis mostramos cómo, aquellos grupos ligados al anterior régimen, utilizaron el relato de Sabina Berman en contra de John Ackerman para fortalecer su posición política en contra del cambio y apertura en los medios públicos.

Título capa mediática
piezas mediatica

Imagen 1. Nube de palabras de los encabezados de las 68 notas de prensa analizadas a través de la herramienta Voyant

Esta situación tuvo respuesta.

El día 18 de noviembre, se publicó en La Jornada, un desplegado a favor de John Ackerman firmado por varias decenas de intelectuales y académicos. En éste se rechazó el linchamiento mediático en contra de John y se reprobó el comunicado del la Comisión de Equidad de Género del IIJ, debido a que dicho órgano no cuenta con competencia sobre asuntos extrauniversitarios

bloque azul

Del análisis de la capa mediática podemos concluir que la disputa se expresó en distintos formatos: notas informativas, crónicas y columnas de opinión. En todos ellos se exhibe un posicionamiento editorial y político por parte de los medios y columnistas. A través de una narración descontextualizada, omisiones, el uso de calificativos, o las opiniones abiertamente expresadas, dan cuenta de que son actores que buscan incidir directamente en la opinión pública a favor de sus propios intereses. Así mismo, expusimos cómo las columnas de opinión que hoy se expresan en contra de John Ackerman y el gobierno actual, fueron espacios privilegiados por las anteriores administraciones. Vieron en el conflicto entre John y Sabina una oportunidad para expresar su descontento con el gobierno que les ha retirado el apoyo que antes recibían. Mostramos también que su alcance en el ecosistema mediático está debilitado.

bloque azul

En la capa digital, particularmente en Twitter, se articuló una red de distintas cuentas vinculadas a intereses políticos y a medios de comunicación privados que compartieron un mensaje idéntico para atacar a John Ackerman y al gobierno en turno. Debido a que el académico es parte de esa la pluralidad de nuevas voces que abrieron el cerco informativo que caracterizó al anterior régimen. Además, quedó en evidencia el impulso de los hashtags #SabinaNoEstáSola y #SomosTodas desde cuentas y comunidades ligadas a grupos opositores al proyecto político del actual gobierno.

Finalmente, en la capa física pueden observarse las consecuencias concretas de la construcción y circulación de las narrativas en los medios y las plataformas digitales en la vida detrás de las pantallas.

La tercera temporada del programa John y Sabina emitido por el Canal Once tuvo lugar en un contexto marcado por la pandemia. Con Sabina vía remota y John en el estudio, la dinámica de conversación con las y los invitados cambió.

Como cualquier encuentro mediado digitalmente, fue necesario marcar pautas para que las participaciones fueran audibles y armónicas. Esta situación fue interpretada por Sabina como una imposición y un control machista de la palabra por parte de John. Durante varias emisiones de esta temporada, la conductora tenía gestos de molestia y hostilidad, no sólo con John sino con las personas invitadas, tal como ha documentado la revista Polemón. Incluso en la emisión del 6 de noviembre, Sabina se levantó y abandonó la transmisión dejando a John y el invitado con las palabras de despedida.
La tensión escaló y atravesó distintas plataformas: desde una serie de tweets por parte de los conductores hasta la emisión del martes 10 dve noviembre y las posteriores declaraciones de Sabina en el programa de radio de Carmen Aristegui y otros espacios mediáticos. Primero la dramaturga señaló que el silencio de John era un acto machista, luego cambió el relato y lo nombró como “acoso laboral horizontal”. Por último, el Canal Once comunicó que el programa había llegado a su fin.

El análisis de este caso permite dar cuenta de una disputa que ha atravesado a los medios desde el cambio de gobierno en 2018. En ella participan distintos actores que buscan mantener el statu quo a través de la censura y el ataque a la pluralidad en los medios públicos.

Desde un enfoque multicapa y multiplataforma, en este análisis mostramos cómo, aquellos grupos ligados al anterior régimen, utilizaron el relato de Sabina Berman en contra de John Ackerman para fortalecer su posición política en contra del cambio y apertura en los medios públicos.

Título capa mediática
piezas mediatica

Imagen 1. Nube de palabras de los encabezados de las 68 notas de prensa analizadas a través de la herramienta Voyant

Esta situación tuvo respuesta.

El día 18 de noviembre, se publicó en La Jornada, un desplegado a favor de John Ackerman firmado por varias decenas de intelectuales y académicos. En éste se rechazó el linchamiento mediático en contra de John y se reprobó el comunicado del la Comisión de Equidad de Género del IIJ, debido a que dicho órgano no cuenta con competencia sobre asuntos extrauniversitarios

bloque azul

Del análisis de la capa mediática podemos concluir que la disputa se expresó en distintos formatos: notas informativas, crónicas y columnas de opinión. En todos ellos se exhibe un posicionamiento editorial y político por parte de los medios y columnistas. A través de una narración descontextualizada, omisiones, el uso de calificativos, o las opiniones abiertamente expresadas, dan cuenta de que son actores que buscan incidir directamente en la opinión pública a favor de sus propios intereses. Así mismo, expusimos cómo las columnas de opinión que hoy se expresan en contra de John Ackerman y el gobierno actual, fueron espacios privilegiados por las anteriores administraciones. Vieron en el conflicto entre John y Sabina una oportunidad para expresar su descontento con el gobierno que les ha retirado el apoyo que antes recibían. Mostramos también que su alcance en el ecosistema mediático está debilitado.

bloque azul

En la capa digital, particularmente en Twitter, se articuló una red de distintas cuentas vinculadas a intereses políticos y a medios de comunicación privados que compartieron un mensaje idéntico para atacar a John Ackerman y al gobierno en turno. Debido a que el académico es parte de esa la pluralidad de nuevas voces que abrieron el cerco informativo que caracterizó al anterior régimen. Además, quedó en evidencia el impulso de los hashtags #SabinaNoEstáSola y #SomosTodas desde cuentas y comunidades ligadas a grupos opositores al proyecto político del actual gobierno.

Finalmente, en la capa física pueden observarse las consecuencias concretas de la construcción y circulación de las narrativas en los medios y las plataformas digitales en la vida detrás de las pantallas.

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