ISSN : 2992-7099

Sincretismo cultural en Yucatán: Hanal Pixán/Halloween

Jessica Janette Uc Itzá

Jessica Janette Uc Itzá

Es originaria del municipio de José María Morelos, Quintana Roo. Egresada de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO), donde estudió la Licenciatura en Gestión Municipal. Actualmente estudia la Maestría en Políticas Públicas en Interculturalidad en la Universidad Rosario Castellanos.

1 noviembre, 2023

En México existe una variedad de costumbres y tradiciones que enriquecen la cultura del país. Cada estado de la república tiene su propia manera de interpretar la vida y la muerte, sus costumbres y tradiciones con características que los distinguen de otras regiones. En este texto, se expondrá en qué consiste el “Hanal Pixán” (se pronuncia Janal Pishán en lengua Maya) o “Comida de las ánimas”, una tradición importante en la península de Yucatán. También se abordará el debate sobre la mezcla que se ha dado entre esa tradición y el Halloween, que ha cobrado relevancia especialmente en las áreas urbanas, donde los jóvenes adoptan disfraces. El sincretismo cultural que ha tenido lugar a partir de esa mezcla plantea la posibilidad de una pérdida de la riqueza espiritual y cultural original de Hanal Pixán. Lo que aquí se plantea es que, si bien, la adaptación es inevitable, es esencial preservar las raíces y los significados culturales para  mantener viva la esencia de estas tradiciones.

En la península de Yucatán, la conmemoración para recibir a los difuntos tiene el nombre de Hanal Pixán y se celebra del 1 al 2 de noviembre. Como su nombre lo menciona, la conmemoración consiste en ofrecer alimentos a las ánimas que llegan a visitar a sus familias y amigos.

En la época precolonial, cuando una persona moría se colocaba un altar con ofrendas que le servirían en su travesía al otro mundo. “Para contribuir al encuentro de las almas con la madre tierra, los mayas ponían altares, cuya meza simbolizaba el plano rectangular, la tierra; y los soportes, cuatro orquestas, representaban a los dioses de los cuatro rumbos del mundo. Ponían copal, agua, sal, fuego, miel, maíz, cacao, balché y piedras preciosas como ofrendas benditas” (Donia Way, 2017).

Actualmente, se construye un altar de 3 niveles (otras personas lo realizan con un nivel), cada familia la decora a su gusto y sus posibilidades económicas. Se colocan las fotografías de los difuntos, flores de crepé, papel picado, flores silvestres, velas y servilletas bordadas a mano (aunque pueden ser sustituidas por hojas de plátano). Se coloca una cruz de la religión católica e incienso que conecta a la tierra de los vivos con la de los muertos, otras familias colocan una cruz verde como símbolo de la ceiba que conecta el cielo con la tierra y el inframundo.

La ofrenda consta de platillos de la región, tamales, elote, escabeche, chilmole, dulces de papaya, calabaza, pepita, tortillas hechas a mano, frutas de la región y el tradicional pib o pibipollo, que es una especie de tamal grande, cocido bajo tierra (se deriva de la lengua maya, donde “pib” significa “enterrado”). Las bebidas que se colocan son: agua, atole, chocolate, cervezas y refrescos. Después de que la ofrenda está colocada, se pueden hacer rezos o solo ofrecerlo con unas cuantas palabras y oraciones.

La globalización ha hecho que la celebración del Halloween se haya extendido hasta la península de Yucatán, logrando mezclarse con el “Hanal Pixán”. En las zonas urbanas, los niños y jóvenes, “por un lado, preparan sus trajes típicos para asistir a la escuela y participar en el armado de altares y, por otro, les piden a sus papás disfraces o asistir a fiestas donde puedan recolectar dulces” (García, 2017). Incluso, las instituciones educativas suelen realizar las festividades mezclando los disfraces representativos del Halloween y las ofrendas del Hanal Pixán.

En las viviendas, además de los altares, se pueden observar decoraciones como calabazas, arañas y murciélagos. Algunas personas creen que estos adornos asustan a las almas malignas, evitando así, que molesten a las ánimas de los familiares. Parte de esta creencia tiene sus raíces en la leyenda irlandesa de Jack O’Lantern, una historia que se comparte en los Estados Unidos, según Gómez (2022) “Desde el siglo XIX se ha utilizado esta leyenda para expulsar y ahuyentar a los malos espíritus durante Halloween”.

A pesar de aquella fusión cultural, hay una lógica decolonial que se manifiesta mediante la resistencia de la población a la imposición de creencias y prácticas europeas, así como su convicción de mantener y transmitir estas tradiciones. Es menester mencionar que el Hanal Pixán es una de las formas de ejercer los derechos de los pueblos originarios a la libre determinación, la preservación y enriquecimiento de la lengua, conocimientos y todo aquello que constituye nuestra cultura e identidad.

Hoy en día, la celebración del Hanal Pixán se encuentra en un “frente a frente” con el Halloween. En un sentido negativo, nos enfrentamos a un posible proceso de pérdida cultural, donde nuestras tradiciones culturales pueden verse amenazadas por las influencias de nuevas prácticas extranjeras. Esto implica la desaparición del significado cultural y espiritual, transformándose en simples prácticas folclóricas. Es importante preservar nuestras tradiciones y costumbres.

Por otro lado, encontramos un sentido de oportunidad en el sincretismo, al reconocer que puede enriquecer nuestra cultura, ya que, se puede generar una adaptación para dar paso a otras formas de representar nuestras costumbres, de tal modo que, se consiga que el Hanal Pixán sobreviva, en vez de que se extinga en la inadaptabilidad. Como menciona García (2017), “si analizamos, el Hanal Pixán de hoy día tampoco es totalmente precolombino, no se ponían tantas cosas en los altares como ahora. Con la mezcla del catolicismo se fue modificando. Esto nos demuestra que no hay costumbres puras y auténticas, sino una ‘paella cultural’”.

Las prácticas culturales pueden adaptarse y sobrevivir a un mundo de cambio constante, sin olvidar la esencia y lo que significa para nosotros, además de que ello nos da un sentido de pertenencia. En este sentido, el Hanal Pixán puede ser inculcado a las nuevas generaciones por medio de la educación cultural, evitando que se convierta en una imposición cultural “por la sencilla razón de que, cuando una costumbre es obligatoria, ya no es cultura, sino norma. ‘Y la cultura es libre’ (García, 2017).

Es importante destacar que, al igual que Halloween se ha ido incorporando en nuestro país, los mexicanos han llevado la festividad del Día de Muertos a los Estados Unidos, compartiendo nuestra rica cultura con una sociedad que tiene costumbres y tradiciones diferentes. Incluso, empresas estadounidenses se han sumado a esta celebración al comercializar productos relacionados con esta festividad mexicana. Eso quiere decir que no todo está perdido.

 

Referencias

Donia Way. (2017). Hanal Pixán. Alimento de las ánimas [Archivo de video]. Donia Way. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=HKoHta0hfwI

García, C. (2017). Janal Pixán de día, Halloween de noche, en Yucatán. Yucatán Ahora.Disponible en: https://yucatanahora.mx/janal-pixan-de-dia-halloween-de-noche-en-yucatan/

Gómez, N. (2022). ¿Por qué las calabazas son un símbolo de Halloween? El Español. Disponible en: https://www.elespanol.com/curiosidades/por-que-calabazas-simbolo-halloween/713178762_0.html

Noticias Telemundo. (2022). La fiebre por el Día de los Muertos contagia a EE.UU. Noticias Telemundo [Archivo de video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=yTvzlJ-80IY

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