El 28 de julio ocurrieron las elecciones presidenciales en Venezuela. El proceso tuvo gran relevancia geopolítica para América Latina, pues se disputaron el poder político dos proyectos antagónicos: el primero representado por el actual presidente de la república bolivariana, Nicolas Maduro, quien proviene del chavismo. El segundo, encabezado por los nueve candidatos de la oposición, entre quienes destacan exponentes de la extrema derecha, los cuales, en 2019, llamaron a poner fin a la “tiranía” de Maduro aunque eso implicaba un llamado a las intervenciones extranjeras (Olmo, 2019).

Al día de hoy, Venezuela es uno de los países con mayores reservas de petróleo en el mundo (Nieves, 2024), aspecto clave en la geopolítica que hay detrás de la presión hacia el gobierno de Maduro; y también se ha postulado para formar parte de los BRICs, lo cual es importante analizar en términos del quiebre de la unipolaridad de Estados Unidos (PSUV, 2024). Por ello, debido a su relevancia geoeconómica y geopolítica, su tendencia y posiciones hacia el socialismo le ha valido la imposición de más de 900 sanciones económicas coercitivas por parte del gobierno de los Estados Unidos (aunque Inglaterra también tomó parte en este tipo de acciones).

Sin embargo, la campaña mediática desplegada nuevamente para desprestigiar al gobierno venezolano, evita mencionar a toda costa que la inversión social en Venezuela representa el 77% del presupuesto nacional, lo que significa un gran apoyo para las economías familiares y el desarrollo social (Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, 2024). Además, Nicolas Maduro afirmó el pasado 24 de mayo que la economía del país suma 11 trimestres de crecimiento económico continúo, liderando el crecimiento en la región con un incremento del 4% del PIB durante 2023, según las estimaciones de crecimiento del propio Fondo Monetario Internacional (PNUD, 2023).

Desde el plano político, el proceso de consolidación del poder popular ha implicado que las organizaciones y movimientos sociales se involucren en la toma de decisiones. Esto a través de consejos comunales, comunas y otras organizaciones sociales que comparten el propósito de restaurar el tejido social en el país bolivariano. Todo ello, a pesar de que la crisis social alimentada por las sanciones económicas, el bloqueo comercial, y el golpeteo de los grupos de la extrema derecha, han provocado la salida masiva de conciudadanos hacia Colombia y rumbo a Norte América.

A pesar de ello, las grandes corporaciones mediáticas y los gobiernos de occidente han recrudecido la narrativa que demoniza a Venezuela. Ellos pensaron que embistiendo a la economía venezolana y promoviendo la violencia (desde aquellos grupos de la derecha) podrían desestabilizar lo suficiente al gobierno de Maduro, derrocarlo en los comicios y regresar al poder al conservadurismo. Sin embargo, esto no ha sido así. Los resultados que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció oficialmente ubicaron a Nicolas Maduro como el ganador de las elecciones en Venezuela con un 51.2% de los votos frente al 44.2% de Edmundo González, postulante del mayor bloque opositor que se ha articulado hasta la fecha. Los resultados se dieron a conocer luego de contar con el 80% de las mesas escrutadas y una participación del 59% del electorado venezolano.

Las elecciones detonaron la polarización porque, sin ningún dato oficial que les respaldara, los opositores se declararon ganadores y acusaron al chavismo de ejecutar un gran fraude electoral. La lideresa de la oposición, María Corina Machado, aseguró que el triunfo de Edmundo González había sido “abrumador” con cerca del 70% de intención del voto, aunque, no presentó una sola prueba (Singer, 2024).

En paralelo, Maduro agradeció al CNE —encargado de la realización de la jornada electoral—, a los más de 100 observadores internacionales que estuvieron presentes durante la jornada y al pueblo venezolano en su conjunto. Por otra parte, para contrarrestar la violencia desatada por los opositores, el presidente re-electo ha llamado nuevamente a la movilización social permanente para repeler el intento de golpe de Estado. En su discurso triunfal se posicionó contra el linchamiento en las redes sociales y las cadenas de desinformación, y llamó a toda la ciudadanía a respetar los resultados.

También denunció los pronunciamientos injerencistas por parte de países de la región aliados con “la derecha”, como Argentina, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Panamá y Uruguay, que “pretenden desconocer la voluntad el pueblo y dar un intento de golpe de Estado con carácter fascista y contrarrevolucionario”. Cabe destacar que, inclusive el presidente —de izquierda— de Chile, se había sumado a estos países. Así, también a través de redes sociales se desarrollaron los llamados “cacerolazos” de protesta contra los resultados emitidos por el CNE que son base para desbordar la violencia opositora.

Resistiendo el ataque permanente, el 28 de julio, el pueblo venezolano lanzó el mensaje de que la revolución continúa, no solo a través de la resistencia sino también, a través de la educación y la información. Hoy, podemos considerar que Venezuela representa una transformación de paradigmas históricos en todas las cuestiones de fuerza política y de emancipación, pues se sigue oponiendo a los intereses geoestratégicos ni más ni menos que de la primera potencia militar y económica del mundo. 

Además de promover la solidaridad internacional y la resistencia ante la era del neocolonialismo, que está acostumbrado a sucesiones impuestas para continuar con el modelo de opresión y rapiña en contra de los pueblos, el caso de Venezuela se ubica al centro del nuevo proceso de reconfiguración multipolar protagonizado por las otras dos superpotencias: Rusia y China, así como por otras emergentes, mismas que justamente se agrupan en los BRICs.

No hay que perder de vista que se ha puesto en marcha una campaña internacional para interferir en las elecciones y afectar la democracia y el derecho del pueblo venezolano a decidir su futuro. Si las y los ciudadanos hacen valer los resultados de las elecciones, formularán una gran fuerza para mantener el equilibrio sociopolítico y la soberanía dentro de la región.

Referencias bibliográficas

 Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (2024). Gobierno bolivariano dedica 77% del presupuesto nacional a la inversión social. Gobierno Bolivariano de Venezuela. http://www.minec.gob.ve/gobierno-bolivariano-dedica-77-del-presupuesto-nacional-a-la-inversion-social/

Nieves (2024). El pedazo de tierra en América que tiene mas petróleo que Arabia Saudí entera. El economista. https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/12653506/02/24/el-pedazo-de-tierra-en-america-que-tiene-mas-petroleo-que-toda-arabia-saudi-entera.html

Olmo, G. (2019). Crisis en Venezuela: “Solo amenaza inminente y severa del uso de la fuerza sacará a Maduro del poder”, entrevista a María Corina Machado. BBC News mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48142847

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2023). Desempeño Macroeconómico de Venezuela. PNUD. file:///C:/Users/Akare/Downloads/boletin_pnud_3er_trimestre_2023_digital_12.12v2.pdf

PSUV (2024). Venezuela esta lista para ingresar al grupo de los BRICS. Partido Socialista Unido de Venezuela. http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/venezuela-esta-lista-para-ingresar-al-grupo-brics/

Singer (2024). María Corina Machado se pone a resguardo por seguridad y convoca a una marcha nacional para el sábado. El País. https://elpais.com/america/2024-08-02/maria-corina-machado-se-pone-a-resguardo-por-seguridad-y-convoca-a-una-marcha-nacional-para-el-sabado.html