Es profesor rural, investigador asociado al Centro Internacional del Pensamiento Crítico Eduardo del Río (CINPECER) y columnista invitado en el diario La Jornada. Fue coordinador estatal del Programa Democrático de Educación y Cultura de la CNTE en Michoacán.
Realizó estudios de licenciatura en educación media básica en el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación; maestría en diseño de proyectos educativos y doctorado en pedagogía crítica en el Instituto Mclaren de Pedagogía en Baja California; postdoctorado en sistemas de la evaluación de la calidad educativa en el Centro Internacional Miranda de Venezuela/ UPN México. Se ha especializado en teoría política latinoamericana en la Escuela Nacional Florestan Fernandes es Brasil.
Para el ciclo escolar 2024/2025, se repartirán 160 millones de libros de texto gratuitos del nuevo plan de estudios para educación básica (SEP, 2024) ¿es una cantidad sorprendente no? ¿recuerda usted las protestas y los amparos de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y otros profetas del catecismo neoliberal que impidieron parcialmente su distribución? A los grupos más conservadores del país les ofendió que tuvieran contenidos de educación sexual e “ideología de género”, tanto que, algunos hicieron hogueras con esos libros (Velázquez, 2023).
Al mismo tiempo que escribo estas líneas, la plataforma del audio streaming musical con mayor presencia en el mundo, da a conocer el top diario de las canciones más escuchadas en nuestro país; entre las primeras encabezando el ranking se encuentra el exitazo “Si No Quieres No” de Neton Vega y Luis R Conriquez. Con este hit del momento y en tan sólo cinco meses, las palabras: “¡Tracas, hijo´e su puta madre! A mi si me mandan los Guzmanes les hago un cagadero en caliente (…) Con la sangre fría, los nervios al tiro y fumándome un matagente” (título, autores y letras, tal cual escritos en Spotify), han resonado en las mentes de niños, jóvenes y adultos, 278 millones de veces (Spotify, 2024).(1) ¿Qué estarán diciendo del impacto educativo que tiene tan excelsa literatura, los fundamentalistas del oscurantismo capitalista y los miembros del UNPF?
En el primer lugar del listado, uno se puede deleitar con la colaboración “La Patrulla” de Peso Pluma; no obstante, todavía dentro del mismo top y para fines absolutamente didácticos, prefiero poner como ejemplo su dueto con la colombiana Karol G, titulado “Qlona”, que se ha reproducido en números redondos: 951 millones de veces (Spotify, 2024). Para poner en contexto ese dato que, de primera lectura impacta, pero parece hueco…, la plataforma de audio streaming de Daniel Ek, ha vendido a su audiencia el mismo producto más veces de lo que representa la población de la región latinoamericana, caribeña y del cono sur, que equivale a tan solo 663 millones de personas, y muy cerca de la que habita en la totalidad del continente americano, que ronda los mil millones (CEPAL, 2024).
La pieza musical es una joya con la que, las juventudes, sin recato alguno de los celadores inquisitoriales que mantienen encendida la vela perpetua del libre mercado, se pueden educar en la “buena formación sexual”, con aprendizajes como el siguiente (por favor, siga conmigo el sarcasmo sin ofenderse): “Te vi en una foto y te imaginé sin ropa. Te mentiría si no estoy loco por darte. Con ese jeancito cómo te ves de culona. Lo tiene grandote por el entreno”.
Aclaro, en ningún caso tengo por objetivo colocar criterios de moralidad. Lo que, sin perjuicio se haga, diga y consense democráticamente en la sexualidad de cada persona, me parece lo más sano; pero, otra cosa son los preconceptos comunicacionales de reproducción masiva, preestableciendo relaciones dominantes de poder, cosificadoras de los cuerpos; y, que estas retumben en las mentes de las infancias, en aras del libre consumo y sin mediación educativa.
Como diría el clásico, no tengo datos duros, pero tampoco dudas, de que en las charlas de sobre mesa de las familias y de pasillos escolares en el caso de los maestros, un primer intento por explicar este fenómeno recurre con frecuencia a decir frases como “es lo que hoy quieren escuchar las juventudes”, siendo involuntariamente indulgentes con las responsabilidades de los corporativos de la industria musical y deliberadamente excluyentes de las suyas en la reproducción de los antivalores del capital.
Algunos otros buscarán comprensiones más complejas, indagando en la lógica del mercado y la inyección de recursos para la promoción del hiperconsumo; incluso, esta perspectiva sigue siendo legitimadora de una empresa privada, supuestamente sujeta a las demandas de la oferta. Ya no sólo se trata de lograr las descomunales ganancias a costa de la salud mental de las personas, sino de modelar e introyectar un tipo de subjetividad que produzca personalidades inestables, adaptables a un sistema mundo capitalista que nos condena a las incertidumbres y la precariedad como forma de vida.
Hoy las juventudes son los consumibles de un sistema legal de pobreza laboral, salarial y de seguridad social; son cuerpos desechables para las economías ilegales de muerte. Los dos ámbitos representan las caras de una misma moneda, permisibles y perfectamente compatibles con la lógica rentista del capitalismo. Para la programación neuronal de esas vidas sin futuro, está la fábrica musical de mensajes directos al subconsciente que se repiten, de manera casi omnipresente, por millones de veces en espacios públicos, a través de los dispositivos personales y del hogar: soy un narco, drogadicto, asesino, sicario, hedonista, necrofílico, consumista, objeto sexual, desamor intercambiable, humano cosificado, cuerpo rentable, vida desechable, persona sin ética, mentiroso y “dinerero”.
Antes de continuar, deténgase un poco a pensar, relea la últimas líneas si es necesario, le dejo estos puntos suspensivos para hacer la pausa… ¿listo?; entonces volvamos a esa primera explicación entrecomillada tres párrafos antes, pero ahora con algunos agregados y a manera de pregunta, interpelando nuestros prejuicios y los sentidos comunes que hemos naturalizado acríticamente ¿es lo que hoy usted, las niñeces y juventudes quieren escuchar?, por lo menos permítame dejarlo en duda. En lo que todos y todas podemos coincidir, es que los mensajes son reprobables para la educación de una sociedad minada por la violencia criminal y los feminicidios.
Los ejecutivos y comunicadores de las pantallas y plataformas digitales que reproducen toda esta industria, dirán que están al frente de una empresa, cuyo objetivo es el entretenimiento, no la educación ¿y sabe qué? nos han estado engañando; para desmentirlos, el sociólogo marxista Jon E. Illezcas llevó a cabo una larga investigación al respecto, concluyendo en un conjunto de tesis que resumo a continuación.
En la formación de los menores, es cada vez más influyente para su educación la industria cultural producida por el capital oligopólico a través de contenidos audiovisuales como: canciones, videoclips y cantantes tóxicos, mediante los cuales esta oligarquía internacional busca instalar el consenso de clase explotadora sobre las juventudes, creando en ellas comportamientos pasivos para facilitar sus políticas de precarización (Illezcas, 2019).
Como una moderna lobotomía, la industria cultural privada se inserta en las cabezas de las juventudes para extraer cualquier pulso vital que los conduzca a pensarse en una sociedad emancipada. Es mentira que los algoritmos construyan libremente comunidades culturales siguiendo patrones de búsqueda, consulta o reproducción; la verdad es que, estos patrones se imponen desde las plataformas, las macroindustrias y los gobiernos procapitalistas, no sólo para rentabilizar la música, sino que, pretenden formar una especie de alexitimia social; es decir, personalidades incapaces de sentir indignación ante las injusticias ni dolor frente a las violencias sistémicas.
No tengo ninguna intención de presentar aquí una industria cultural infalible, por lo contrario, lo primero es saber a qué nos enfrentamos cuando hablamos de ella y cuáles son los alcances de su mensajería alienante, para luego diseñar la estrategia que contrarreste el impacto nocivo de los antivalores con los que la burguesía nos bombardea diariamente. Fernando Buen Abad, enuncia con envidiable consistencia, lo que denomina “guerrilla semiótica” como una propuesta para minar el oligopolio de la comunicación capitalista (Buen Abad, 2024).
Una guerra de guerrillas semiótica ha de operar en los rincones más inhóspitos e inopinados… en las categorías más invisibles. Zonas aparentemente impenetrables de esa «mentalidad sumisa» que estudió Vicente Romano. Ahí donde reina una «tradición» entrar a modificar el sentido en clave popular y revolucionaria. Ahí donde hacen su nido los prejuicios, romper los moldes y re-semantizar los hábitos. Ahí donde las supercherías, los preconceptos, los dichos y los refranes… esclerotizan ideas con moldes moralistas, fracturar la lógica del discurso para que desemboque en un imaginario transformador y revolucionario. Ahí donde las idiosincrasias sancionan vidas y reprimen cambios… detonar los contenedores y limpiar los tóxicos ideológicos que carcomen la libertad humana. Revolucionar los significados.
Aquí es donde la escuela, maestras y maestros, desempeñamos un papel fundamental en la resignificación de estos millones de mensajes nocivos a los que nuestros alumnos están expuestos sin ningún filtro cognitivo para discriminar aquello que distorsiona su mentalidad. La música como recurso pedagógico, incluida la que se produce comercialmente, contiene un potencial analítico de la realidad a partir de sus propias inconsistencias, contradicciones, formas de control ideológico y neuronal.
La música como manifestación lúdica del ser, expresión de la espiritualidad humana, inspiración del pensamiento filosófico y contemplativo, poética de lo común, fuente de la identidad cultural y libertad del cuerpo en movimiento, es otra forma de emancipación social con la que podemos desescombrar el sombrío cobijo de la escuela que se pensó para disciplinar los cuerpos, las mentes y los saberes populares.
También es posible pensar en ella como punto de partida que nos conduce al conocimiento y construcción de aprendizajes transdisciplinares, integradores, dialogantes y transversales, que nos permitan “transformar” y comprender el mundo “complejo”. Hasta aquí, enuncio el primer entrecomillado como cambio sustancial para la liberación de toda forma de dominación y explotación humana o de la naturaleza; y el segundo, como categoría de concatenaciones interdependientes que no pueden ser explicadas ni resueltas mediante el pensamiento lineal.
No daré por válido ningún ejemplo, aunque venga desde una referencia experiencial en mi trayectoria docente rural y en lugares de narcoviolencia, en todo caso, pregunto reflexivamente si estos son posibles para otros contextos de enunciación pedagógica crítica:
¿Podríamos quebrantar las nociones de la Geografía muerta, de la política aprendida en las teorías de la modernidad capitalista y acercarnos a la cosmovisión de territorialidad y de lucha por la autonomía de las comunidades indígenas, a través de una canción como “Cherán”, de Lengualerta?
Hijos de la madre tierra, nuestros cantos nuestros rezos, se van elevando al cielo pa’ que escuchen nuestros sueños. Ya se despertó mi vuelo, saliendo a encender el fuego, la semilla va creciendo, la esperanza está creciendo.
Alma de lluvia, alma de mi tierra, (alma de mi tierra) alma de bosque, alma de mi gente, alma de lluvia, alma de mi tierra, corazón Purhépecha. En el corazón de la tierra se escucha el llamado de Cherán, defendiendo el bosque, lucha por la vida, paz y dignidad, es un mundo nuevo de amor y raíz ancestral. Sin miedo y sin odio vive el pueblo digno de Cherán.
Mil hachas no podrán y me alzo con mis ramas, alas de esperanza y dignidad. Mil balas no entrarán, mi tronco corazón resistirá y florecerán mis ganas de cantar a las aves y las nubes y la amistad de mil almas, ya que danzan al celebrar la fuerza y la belleza, la afición y el coraje, de la lucha del pueblo de Cherán.
¿Sería posible inducir o reforzar una investigación escolar sobre la historia contada por las élites, que se ha naturalizado como verdadera en la memoria colectiva? ¿Indagar las contramemorias e historias de las clases subalternas, cuyos relatos no fueron incluidos en las narrativas oficiales, partiendo de la letra de “Cruz, oro y sangre” de Ska P?
Un día de otoño gris se consumó la maldición, tres carabelas eclipsaron al sol, llegaron diablos blancos recubiertos en metal, clavando espadas a la fraternidad.
Cada 12 de octubre mi desprecio y asco a la invasión, me niego a festejar, sí, la colonización. Ningún libro en la escuela cuenta su versión, matanza de nativos, crimen colonial.
Nunca se fueron, continúan con la expoliación. A día de hoy se llama corporación, quinientos años de saqueos y de explotación, bajo la cruz de la esclavitud.”
¿Sería viable pensar y debatir las relaciones de dominación patriarcal, el machismo como un lastre social, la violencia de género, los derechos de las mujeres y su papel trascendente en las transformaciones históricas y en las comunidades, con la canción “Antipatriarca” de Anita Tijoux?
Yo puedo ser jefa de hogar, empleada o intelectual; yo puedo ser protagonista de nuestra historia y la que agita la gente, la comunidad; la que despierta la vecindad; la que organiza la economía, de su casa, de su familia.
Mujer linda se pone de pie y a romper las cadenas de la piel. Tu no me vas a humillar; tu no me vas a gritar; tu no me vas someter; tu no me vas a golpear; tu no me vas denigrar; tu no me vas obligar; tu no me vas a silenciar; tu no me vas a callar.
No sumisa ni obediente, mujer fuerte insurgente, independiente y valiente, romper las cadenas de lo indiferente. No pasiva ni oprimida, mujer linda que das vida, emancipada en autonomía, antipatriarca y alegría.
Los ejemplos podrían continuar. En el multiverso de las alteridades musicales hay un infinito de posibilidades cognitivas y transdisciplinares, más esto no significa que todas las expresiones contraculturales contengan un sentido crítico, en tanto que sean cuestionadoras de las múltiples opresiones; pero, eso no lo podemos saber (lo digo de manera provocativa) si las y los educadores no se deciden a moverse, personal y pedagógicamente, fuera de los cánones sonoros del capitalismo y de su fábrica de cuerpos desechables, vidas y mentalidades precarias.
1.- Es importante aclarar que el ranking refleja la tendencia de las canciones más escuchadas en ese día; pero, otra cosa es el total de reproducciones desde que la música se subió a la plataforma. De manera que, una canción puede estar en el lugar 1 de un día determinado y tener menos reproducciones totales que otra ocupando la posición número 5. La variabilidad de reproducciones de un día a otro puede ser abismal, incrementando por cientos de miles las audiencias.
Buen Abad, F. D. (10 de Agosto de 2024). Rebelión.org. Obtenido de https://rebelion.org/guerrilla-semiotica/
CEPAL. (8 de Agosto de 2024). Obtenido de https://www.cepal.org/es/notas/dia-mundial-la-poblacion-2024#:~:text=Los%20resultados%20muestran%20que%2C%20en,2%20mil%20millones%20de%20personas
Illezcas, J. E. (2019). Educación Tóxica. El imperalismo de las pantallas y la música dominante en niños y adolescentes. Barcelona: El viejo topo.
SEP, B. 78. (26 de Junio de 2024). Obtenido de https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-78-en-ciclo-escolar-2024-2025-se-distribuiran-160-millones-de-libros-de-texto-gratuitos-leticia-ramirez#:~:text=La%20secretaria%20de%20Educaci%C3%B3n%20P%C3%BAblica,B%C3%A1sica%20de%20todo%20el%20pa%C3%ADs.
Spotify. (11 de Agosto de 2024). Obtenido de https://open.spotify.com/track/1C84d9abZVKWHT2YYpoean?si=RuFbS9cZSfqYeHCjulHTNA&context=spotify%3Aplaylist%3A37i9dQZEVXbO3qyFxbkOE1
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Velázquez, B. L. (28 de Mayo de 2023). Los profetas del catesismo neoliberal. La Jornada. Obtenido de https://www.jornada.com.mx/2023/05/28/opinion/011a1pol
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Una respuesta
Excelente, sólido e iluminador trabajo, amigo Lev, te felicito.