ISSN : 2992-7099

1. El intelectual de mayor importancia en América Latina 

En noviembre de 2012, durante la XXIV Asamblea General del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Emir Sader, por entonces director del Consejo General, entregó el Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales al Doctor Pablo González Casanova. Al hacerlo, Sader, conocedor de las ciencias sociales y del pensamiento crítico latinoamericano, se refirió a Don Pablo como “el intelectual de mayor importancia en América Latina” (Animal político, 2012). Acto seguido, González Casanova (2014) dictó la conferencia Capitalismo corporativo y ciencias sociales, en la que llamó a científicos sociales de todo el mundo a organizarse para “elaborar un informe riguroso, confiable y válido, sobre los peligros de destrucción del mundo, a que inevitablemente vamos, de seguir predominando el proyecto depredador y recolonizador actual del capital corporativo, que entre los riesgos que exige asumir a sus gobernantes ha presionado una y otra vez por imponer los que provocan el calentamiento global, la destrucción del medio ambiente y las probabilidades de una guerra de destrucción mutua”.

El 11 de febrero de 2022 Pablo González Casanova cumplió 100 años de vida. Su obra es extensa y muy variada: cuentos, ensayos, artículos de opinión, artículos científicos y decenas de libros como autor y también como coordinador. Su primer texto académico largo del que se tiene registro es de junio de 1944 (González, 1944) -cuando tenía 22 años-, y su publicación más reciente es de septiembre del 2021 (González, 2021), en la que reflexiona sobre los aportes de la Venezuela Bolivariana y del comandante Hugo Chávez en nuestra era. Estamos hablando de 78 años de trabajo constante, de reflexión académica, de creación de instituciones, de pasos firmes junto a los pueblos.

En las ciencias sociales, González Casanova ha aportado significativamente al pensamiento crítico latinoamericano y a la teoría social mundial, ya sea con las categorías de colonialismo interno y colonialismo global, o con sus investigaciones sobre desarrollo, técnicas de investigación social, democracia, partidos políticos, matemáticas y ciencias sociales, conocimiento perseguido, luchas de liberación, socialismos, sociología de la explotación, historia de las ideas, sociología del conocimiento, nuevas ciencias y ciencias de la complejidad, o sobre el vínculo entre el sistema de dominación y acumulación capitalista y el ecocidio.

El carácter crítico de la obra de don Pablo también ha sido víctima de censura. En la década de 1960 el Fondo de Cultura Económica (FCE) se negó a publicar lo que hoy es un clásico de la sociología, traducido ya a 15 idiomas diferentes, La democracia en México. Armando Orfila, quien por aquellos años dirigía el FCE, contaría en 1994 su versión de los hechos: 

Sin embargo, he de decirle que la única vez que tuve un tropiezo como director fue precisamente con el citado representante de la Secretaría de Hacienda, quien en 1964 impidió la publicación de La democracia en México que Pablo González Casanova nos había entregado al Fondo, que lo había aprobado la Junta y que, desde la perspectiva de un hombre del gobierno como lo era él, resultaba demasiado crítico contra el sistema democrático mexicano. Recuerdo que, en esa reunión, luego que él había leído el original –cosa que casi nunca hacía, pero ante ese libro lo pidió expresamente–, explicó sus razones y externó su voto, que fue decisivo. (Díaz Arciniega, 1994).

Por su parte, la dictadura militar de Argentina (1976-1983), prohibiría La sociología de la explotación por considerarlo un libro peligroso (El Clarín, 2013). Un tema transversal en la obra de González Casanova tiene que ver con problemas del conocimiento, pedagógicos y de educación, y también con problemas de información y comunicación. Sobre estos temas versa este ensayo. El argumento central es el siguiente: González Casanova implementa al frente de la UNAM una reforma universitaria que es al mismo tiempo el esbozo de un proyecto educativo más amplio, el del País–Universidad, un proyecto de educación escolar y extraescolar que nos permite ver parte de su visión de México, de Latinoamérica y del mundo, en donde la democracia, la libertad, la justicia y el socialismo son pilares principales.

2. Enseñar a muchos y a un alto nivel

Joseph A. Kahl (1986) escribe en un importante estudio sobre la sociología en Latinoamérica que Gino Germani, Fernando Henrique Cardoso y Pablo González Casanova tienen la cualidad de formular teorías, y organizar instituciones para aplicar esas ideas. En el caso de nuestro autor, lo anterior es preciso: González Casanova es un teórico que observa fenómenos sociales, los problematiza, los analiza, los conceptualiza, reflexiona sobre ellos y, cuando es necesario, aporta propuestas de solución. En ese sentido, Don Pablo no sólo hace pensamiento crítico, también es un pensador de alternativas, de alternativas bastante innovadoras, hay que decirlo.

La movilización estudiantil de 1968 en México marcaría también la formación de Pablo González Casanova, quien años más tarde escribiría: “En 1968 mis hijos, encabezados por Pablo, me enseñaron a deshacerme de mi estilo de pensar lombardista o populista. Con enorme dificultad aprendí con ellos, y con su generación, a dar a la democracia, en la que siempre había pensado, un nuevo contenido y un nuevo impulso” (González Casanova, 1995, p. 13).

Después de haber sido secretario general de la Asociación de Universidades (1953-1954); de dirigir la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales (1957-1965) y el Instituto de Investigaciones Sociales (1966-1970), de haber publicado obras como La democracia en México, y también después de haber marchado junto a Javier Barros Sierra en 1968 en defensa de la autonomía y de la comunidad universitaria, el doctor Pablo González Casanova fue electo rector de la UNAM (1970 -1972). A su llegada a la rectoría, ya contaba con un importante diagnóstico sobre diferentes problemas nacionales, entre los que destacaba el problema educativo. Lo anterior puede observarse en textos como El Problema del Método en la Reforma de la Enseñanza Media (1953), Educación Superior y Desarrollo Económico (1968) o Aspectos Sociales de la Planeación de la Educación Superior (1970), por mencionar algunos. En su discurso de toma de posesión como rector, González Casanova dijo: “Todos queremos la democratización de la enseñanza, como apertura de los estudios superiores a números cada vez más grandes de estudiantes, y también como una participación mayor en la responsabilidad y las decisiones universitarias por parte de los profesores y los estudiantes” (UNAM, 1983, p. 41). Se anunciaba así el inicio de un proyecto de avanzada que ha marcado la historia de la UNAM y del país, un proyecto orientado a “enseñar a muchos y enseñar a un alto nivel”.

La preocupación de Don Pablo sobre estos temas lo llevaron a plantearse estrategias, métodos y técnicas para garantizar mejor educación para más personas, distanciándose así tanto de los planteamientos elitistas como de las propuestas populistas. Frente al debate entre la universidad de masas y la universidad de élites, que dominó parte de la discusión pública a mediados del siglo pasado, Don Pablo formuló otra opción: formar grupos de enseñanza-aprendizaje, en todos los niveles; autónomos y articulados en diálogo. Grupos que se enlacen y combinen en las escuelas, las universidades, los institutos y los laboratorios, pero también en los centros de trabajo, en los barrios y en las comunidades. 

Ya como Rector de la UNAM, el autor de La democracia en México impulsó la creación de los Colegios de Ciencias y Humanidades y la Universidad Abierta, con los que además de crear opciones educativas de nivel medio superior y nivel superior se ponía a la vanguardia en la construcción de espacios interdisciplinarios. 

Conocedor del complejo contexto social que vivía el país en aquellos años, don Pablo observó en la UNAM una complejidad que fue vista no como problema, sino como atributo: múltiples comunidades en diálogo en cada escuela, centro, instituto y campo deportivo; la universidad como una comunidad de comunidades en diálogo constante, intergeneracional e interdisciplinario. Con la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), González Casanova se proponía fortalecer ese diálogo.

En su proyecto original, el CCH iniciaría en el bachillerato y alcanzaría a todas las escuelas, facultades e institutos de la universidad. Se trataba también de “Crear un órgano permanente de innovación de la universidad, capaz de desempeñar funciones distintas sin tener que cambiar toda la estructura universitaria, adaptando el sistema a los cambios y requerimientos de la propia Universidad y del país” (UNAM, 1983, p. 57). En el nivel bachillerato, el CCH permitiría un tipo de educación que constituiría un ciclo por sí mismo, “que puede ser preparatorio, pero también terminal, también profesional a un nivel que no requiere aún la licenciatura, y que está exigiendo el desarrollo del país” (UNAM, 1983, p. 58). El diálogo de las ciencias, las tecnologías, las humanidades, las artes y también el aprendizaje de oficios atravesaba tan innovador proyecto. Una propuesta de reforma en los métodos, los conocimientos y en las mismas relaciones humanas.

El 25 de febrero de 1972, González Casanova presentó la exposición de motivos de otro gran proyecto: la universidad abierta “cuya principal finalidad es extender la educación media superior y la educación superior a un mayor número de personas en formas que aseguren un alto nivel en la calidad y la enseñanza” (UNAM, 1983, p. 113). La universidad abierta le permitiría a la UNAM “ir a los centros de producción y de servicio; fomentar la creación de casas de cultura y centros de estudio en los municipios, las delegaciones, las asociaciones, los ejidos, los sindicatos, etcétera, descentralizar sus tareas y establecer una cooperación efectiva con otras universidades e institutos de cultura superior, de la República y de América Latina” (UNAM, 1983, p. 115). 

El proyecto de universidad y de país que impulsaba González Casanova era incómodo para el poder y sus élites, quienes a finales de 1972 desataron una serie de provocaciones que encontraron eco entre sectores con vocación autoritaria y tentación de pensamiento único. Con su fuerza moral y su tradición democrática, don Pablo se negó a solicitar la fuerza pública y eligió renunciar al cargo antes que a sus principios. Pablo González Casanova conoce muy bien la historia de la Universidad y sus antecedentes en América Latina. Sabe que de ahí ha emanado mucho del conocimiento emancipador en nuestra región. En su conferencia El proyecto nacional: de los habitantes originarios a #YoSoy132, dictada al recibir el Premio Daniel Cosío Villegas por parte del Colegio de México en 2012, Don Pablo hizo hincapié en el vínculo entre la universidad y las luchas por la liberación de México. Recordó el paso del cura Miguel Hidalgo por lo que hoy es la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo o Nicolaita, o el paso de José María Morelos y Pavón por la Real y Pontificia Universidad de México, así como el de Sor Juana Inés de la Cruz, el de Carlos de Sigüenza y Góngora y también la importancia del proyecto de universidad para el país de Justo Sierra.

Conocedor de la importancia de la Universidad y del conocimiento que ahí se genera en nuestros países, Don Pablo también es un férreo defensor de la autonomía universitaria y adversario del pensamiento único. A lo largo de su vida ha hecho suyos los valores del movimiento por la reforma universitaria que nació en 1918 en Córdoba, Argentina, y que se extendió por América Latina. Su renuncia a la rectoría en 1972 es congruente con esa forma de pensar, como también lo es cuando en el año 2000, ante la toma de las instalaciones universitarias por la Policía Federal Preventiva para acabar con la huelga que por aquel entonces llevaba ya más de nueve meses, González Casanova volvería a presentar su renuncia, esta vez como director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, centro que él mismo había fundado. “Las razones por las que lo hice tal vez podría reducirlas a dos principales: una, de carácter existencial, y es la posición que he tenido toda mi vida en contra del uso de la violencia, incluso, de la llamada violencia legal a la solución de los problemas universitarios, y otra es más objetiva y corresponde a toda la experiencia histórica y social de América Latina” (Avilés, 2000), dijo González Casanova en una entrevista al respecto.

3. Hacia el País – Universidad

El 9 de agosto de 2016, en plena resistencia a la contrarreforma educativa que encabezaban Enrique Peña Nieto y Aurelio Nuño, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) convocó al Foro nacional hacia la construcción del proyecto de educación democrática. Entre los ponentes invitados estuvo el Dr. Pablo González Casanova, quien en su intervención, Hacia la educación que necesita la nación mexicana, dijo: “Frente al proyecto de la globalización neoliberal, que busca hacer de la educación una cultura de la servidumbre en la que el conocimiento del educando sea puramente instrumental, es indispensable presentar un proyecto en que se prepare a la niñez y a la juventud para tener una cultural general científica, crítica y humanista, y poseer tanto el dominio de una especialidad u oficio, como los conocimientos necesarios para cambiar de especialidad u oficio” (González Casanova, 2016).

El proyecto educativo de González Casanova implica que estudiantes y profesores aprendan a aprender, a ser y a hacer; al dominio y gusto por la lengua propia y al aprendizaje y dominio de otras lenguas, de las matemáticas, las ciencias naturales y sociales, las humanidades, las artes y las técnicas, pero también a rehacer su cultura general, a leer periódicos y revistas culturales o especializadas, a redactar, a hacer deporte, a ver televisión, cine y videos; a elaborar antologías y libros, o listas de lecturas recomendadas, a la selección de información y la eliminación del “ruido”. Que todos y todas tengan los conocimientos para desempeñar la especialidad u oficio que elijan, y para cambiar de estos si así lo desean.

Don Pablo va más allá de las universidades o instituciones educativas con su proyecto. Su reflexión y su propuesta son también piezas clave de un proyecto de nación y de mundo alternativo, uno con democracia, libertad y justicia. “La educación universal apunta a una democracia universal” escribió el ex Rector de la UNAM en 2001, y continuó: “La educación de alto nivel para todos apunta a una democracia en que todos los ciudadanos tengan las bases generales de una educación superior, y capacidad de entender, evaluar y eventualmente decidir sobre los asuntos del Estado” (González Casanova, 2001). 

La reflexión teórica y práctica política de don Pablo le permiten construir una propuesta que implica no sólo construir más escuelas y más universidades, sino construir un sistema educativo con las organizaciones, medios y recursos necesarios, con miras a la construcción de un país–universidad en el que se aprenda a aprender, a enseñar y a practicar las ciencias y las humanidades en todas las colectividades y comunidades, así como en las aulas y en las redes presenciales y virtuales.

En La universidad necesaria en el siglo XXI (2001), Don Pablo repasa los embates del neoliberalismo contra la universidad, pero también bosqueja un proyecto de ciudades-universidades con miras a un país–universidad, un proyecto en el que continua sus reflexiones iniciadas más de treinta años atrás y enriquecidas por su propia trayectoria y por las nuevas ciencias. Así lo escribe nuestro autor: 

4. Reflexiones finales 

Pablo González Casanova es un pensador universal que conoce bien el potencial emancipador del conocimiento y la educación. Su obra como científico social y su actuar como creador y dirigente de instituciones están vinculadas a su compromiso con las luchas de las y los explotados y despojados de la tierra. En su Proceso de análisis e investigación. Autopercepción intelectual de un proceso histórico (1995), el ex rector de la UNAM escribiría lo siguiente: 

En mis posiciones políticas personales decidí no meterme en ningún partido, y ser un intelectual orgánico de la universidad, que en nuestros países busca adelantar la civilización contra la barbarie. Defender e impulsar la universidad y las luchas por la democracia, la liberación y el socialismo en América Latina y el mundo. (González Casanova, 1995, p. 13).

González Casanova es, como él mismo se definió, un “intelectual orgánico de la universidad”, uno que no se encerró en las aulas y muros universitarios, sino que ha llevado la universidad y el conocimiento que ahí se genera a todos los espacios posibles, físicos y digitales. Don Pablo observó desde muy temprano la relación entre educación y emancipación y desde ahí lo accionó en la UNAM, en México, en América Latina y en el mundo. 

5. Referencias Bibliográficas

Animal Político. (8 de noviembre del 2012). Pablo González Casanova: el intelectual más importante de América Latina. Animal Político.    https://www.animalpolitico.com/2012/11/pablo-gonzalez-casanova-el-intelectual-mas-importante-de-al-emir-sader-director-de-la-clacso/ 

Avilés, K. (11 de febrero de 2000) Renunció González Casanova por el ingreso de la PFP a la UNAM. La Jornada. https://www.jornada.com.mx/2000/02/11/renuncia.html

Díaz, V. (9 de octubre de 1994). Entrevista con Arnaldo Orfila. La Huella Indeleble. La Jornada Semanal, pp. 18-27.                                             https://www.redalyc.org/journal/6157/615764479009/html/#fn1

Clarín. (16 de julio de 2013). Decretos secretos del Gobierno de facto. Los libros censurados por la Dictadura. Clarín. https://www.clarin.com/politica/libros-censurados-Dictadura_0_SJOmhmLovmg.html 

González, P. (2001). La Universidad necesaria en el siglo XX. Era.

González, P. (1953). El Problema del Método en la Reforma de la Enseñanza Media. Boletín de la Asociación Nacional de Universidades, 2(2), 1-24.

González, P. (1968). Educación Superior y Desarrollo Económico. Revista del Movimiento Estudiantil Universitario-Reforma Universitaria, (2), 25.

González, P. (1970). Aspectos Sociales de la Planeación de la Educación Superior. Planeación Universitaria en México, pp. 33-47.

González, P. (1995. Proceso de análisis e investigación. Autopercepción intelectual de un proceso histórico. Anthropos: Huellas del Conocimiento, (168), 7-13.

González, P. (2014) Capitalismo corporativo y ciencias sociales. Crítica y emancipación, 5(9), 23-42. https://biblioteca.clacso.edu.ar/ojs/index.php/critica/article/view/69 

González, P. (10 de agosto de 2016). Hacia la educación que necesita la nación mexicana. Regeneración. https://regeneracion.mx/hacia-la-educacion-que-necesita-la-nacion-mexicana-por-pablo-gonzalez-casanova/

González, P. (1944). Aspectos políticos de Palafox y Mendoza. Revista de Historia de América, 6(17), 27-67.

González, P. (5 de agosto de 2021). Epistemología del animal político. Perfil, suplemento de La Jornada

Kahl, J. (1986). Tres sociólogos latinoamericanos: Germani, González Casanova, y Cardoso. UNAM.Universidad Nacional Autónoma de México. (1983). La Universidad y sus rectores: Pablo González Casanova (6 de mayo de 1970 – 7 de diciembre de 1972). UNAM.

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