ISSN : 2992-7099

La huelga que defendió el carácter público y gratuito de la UNAM: 25 años después

Miguel Ángel Ramírez Zaragoza

Miguel Ángel Ramírez Zaragoza

Investigador del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, donde se desempeña como coordinador de Investigación y Seguimiento de Procesos Democráticos. Politólogo, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Sus líneas de investigación son democracia, movimientos sociales y cultura política. Ha sido activista social, cree en una sociedad justa y democrática y gusta de escribir versos y canciones con sentido crítico y con esperanzas de cambio y transformación social.

24 abril, 2024

¡Cerramos hoy la universidad para que permanezca abierta en el futuro!

El pasado 20 de abril fue un día histórico en la UNAM, hace 25 años iniciaba la huelga más larga en su historia. El Consejo General de Huelga (CGH) –estructura de movilización del estudiantado de la época– se constituía para oponerse al anticonstitucional cobro de cuotas que era considerado el inicio de la privatización neoliberal de nuestra máxima casa de estudios. A partir de una serie de movilizaciones y exigencias de diálogo público el movimiento denunció la aprobación –a espaldas de la comunidad– de un nuevo Reglamento General de Pagos que aumentaba las cuotas de inscripción siguiendo los mandatos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Y ante la cerrazón en las autoridades universitarias se decidió utilizar la huelga como mecanismo de movilización y de presión política. 

Dos fueron los principales ejes que tuvo esa importante lucha: defender el carácter público y gratuito de la educación (particularmente la educación superior y específicamente en la UNAM); y luchar por la democratización de la universidad, abriendo espacios de participación –particularmente a los estudiantes– en la toma de decisiones. Sin temor a equivocarme, el movimiento estudiantil venció al neoliberalismo en una lucha histórica donde enfrentó con ahínco a la burocracia universitaria de la época y a la clase política (incluida la izquierda del PRD y del neo cardenismo). De igual manera, es importante destacar cómo el movimiento estudiantil fue víctima de un fuerte linchamiento mediático desplegado desde los medios tradicionales de comunicación y orquestado desde las altas esferas del poder con la Secretaría de Gobernación a la cabeza. Dicha campaña de desinformación tenía la intención de deslegitimar y restar el apoyo popular que la lucha de los estudiantes siempre tuvo de la sociedad, pues supo desplegarse y buscar la solidaridad con y entre otras luchas de diversos sectores organizados del pueblo mexicano. 

¡Educación primero al hijo del obrero, educación después al hijo del burgués! 

Las demandas y el pliego petitorio

Debido al cerco mediático hacia el movimiento nunca se mencionaron –de manera pública y abierta– en los medios “clásicos” de comunicación masiva como la televisión y la radio, las demandas del movimiento, por ello considero fundamental exponer a continuación cuál era el pliego petitorio en el que se concentraban las principales demandas del CGH. 

  1. Abrogación del Reglamento General de Pagos y anulación de todo tipo de cobros por inscripción, trámites, servicios, equipo y materiales.
  2. Derogación de las reformas aprobadas por el Consejo Universitario en junio de 1997. Esto significa recuperar el pase automático, eliminar los nuevos límites de permanencia a los estudiantes de la UNAM y respetar la elección de carrera dando prioridad al bachillerato de la UNAM por encima de los egresados de otras instituciones educativas.
  3. Congreso democrático y resolutivo en el que toda la comunidad discuta y decida sobre los problemas que enfrenta nuestra universidad y cuyas decisiones tengan carácter de mandato para toda la comunidad universitaria y sean acatadas por las autoridades.
  4. Desmantelamiento del aparato represivo y de espionaje montado por las autoridades y anulación de todo tipo de actas y sanciones en contra de maestros estudiantes y trabajadores que participamos en el movimiento.
  5. Corrimiento del calendario escolar tantos días como los días efectivos de clase suspendidos por el actual conflicto, con la correspondiente anulación de las clases extramuros.
  6. Rompimiento total y definitivo de los vínculos de la UNAM con el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior A.C. (CENEVAL) y, en consecuencia, la anulación del examen único de ingreso al bachillerato de las universidades y escuelas públicas, así como del Examen Único de Egreso. (El sexto punto fue agregado el 3 de mayo de 1999 en Asamblea del CGH en el auditorio Ernesto “Che” Guevara).
  7. Libertad de todos los presos políticos. (Agregado el 1 de febrero de 2000 ante la detención de 228 estudiantes en Prepa 3).

 

Estas demandas eran parte de un conjunto de peticiones que, en su totalidad, constituían la base de un proyecto de universidad pública, gratuita, científica, popular y con gran compromiso social que defendían el CGH y sus aliados dentro (algunos profesores e investigadores) y fuera de la universidad, y que se contraponía a la universidad privada, elitista y afín al mercado que defendían las élites políticas y universitarias.

Los nuevos activismos estudiantiles y la defensa de la universidad pública y gratuita

El legado del movimiento estudiantil del CGH sigue vivo. Por más que ha habido un intento por desprestigiarlo y borrarlo de la memoria universitaria, sus resonancias son hoy más fuertes que antes. En una investigación que estamos realizando desde el PUEDJS-UNAM hemos constatado que la defensa de ese movimiento y la lucha irrestricta por mantener el carácter público y gratuito de la UNAM siguen siendo dos referentes de los nuevos activismos estudiantiles. Aquí algunos testimonios a manera de ilustración. 

Joel, estudiante de la Escuela Nacional de Trabajo Social, hablando de que la educación no debe ser un privilegio mencionó lo siguiente:

Y entonces a mí eso me hizo quitarme mucho la idea del privilegio que tengo, injusto también, porque debería de ser así toda la educación gratuita y simbólica en cuestión del pago. Entonces, yo creo que esta resistencia que fue del 99, fue un parteaguas bien grande para seguir nosotros con eso de que no tiene por qué modificarse las cuotas y es algo que sí también mueve las resistencias. Y por ejemplo, yo también tengo varios profes que vienen de ese movimiento, entonces es es muy interesante verlo. 

Para Sergio, activista universitario, “La educación debe ser gratuita, libre de restricciones. Los filtros son necesarios, pero a final de cuentas se debe de mejorar este tipo de educación”. Otro alumno –que pidió el anonimato– expresó lo que: 

La educación es la mayor herramienta que tenemos, yo creo que lo único que se le puede heredar a un hijo es la educación. Tal vez no tengamos propiedades o negocios o lo que sea, lo que se puede heredar es la educación. ¿Y si se privatiza? pues ¿quién tendrá acceso a la educación? Por lo menos yo no tengo acceso a pagar una colegiatura aparte de los materiales que ocupo para estudiar. Eso sería un crimen contra mis derechos humanos, contra las personas, contra los niños.

Otra activista comprometida la defensa de la educación pública, con respecto a la Nueva Escuela Mexicana y en posición crítica a la permanencia del neoliberalismo que ha dado paso a la resistencia estudiantil, señaló que:

La nueva escuela mexicana es un proyecto que la verdad va a ser difícil de instaurar, pero que puede tener propuestas muy buenas y que puede justo revertir el daño que la educación neoliberal reciente ha tenido, sobre todo la privatización de las escuelas, la subida de cuotas en otras escuelas que sin ir más lejos es lo que provocó la huelga del 99-2000.

La huelga del CGH sigue gratamente presente en la memoria de muchos estudiantes de la UNAM, pero hace falta un mayor conocimiento de sus alcances y su trascendencia como movimiento antineoliberal.

Los efectos de esa lucha hoy están presentes en los activismos estudiantiles. Más allá del desprestigio que se quiso construir del CGH por parte de las mismas autoridades universitarias y de los medios de información privados, el amplio movimiento estudiantil que surgió de aquella coyuntura y encabezó las demandas de un amplio sector universitario, sigue siendo ampliamente reivindicado, y su lucha reconocida gracias a los logros alcanzados –con sus aciertos y sus errores–, como detener el embate neoliberal sobre nuestra querida UNAM. Es gracias a esta y otras luchas pasadas que hoy la UNAM sigue siendo pública, gratuita, autónoma, laica y popular

Tan grandes llegaron a ser la huelga, el CGH y el movimiento estudiantil, que se convirtieron en un estorbo en los planes privatizadores de los gobiernos priistas neoliberales, que sólo pudieron “derrotarla” con la bota militar ante la entrada de la inconstitucional Policía Federal Preventiva (ejército vestido de gris) el 6 de febrero del 2000. Y pongo entre comillas derrotarla, porque mi balance es positivo al considerar que fue una lucha que venció aun siendo reprimida, es una lucha que “vacunó” a la UNAM de cualquier intento privatizador y de cobro de cuotas. Esto logró convertir a esa lucha un triunfo inobjetable.

Sirva este pequeño texto como un homenaje a la generación “cegeachera” que enfrentó con mucha dignidad al neoliberalismo en la UNAM, que desplegó una gran conciencia solidaria y que se vio obligada a cerrar por casi 10 meses a la universidad para que hoy siga abierta para todos.

A 25 años ¡Viva el movimiento estudiantil del CGH!

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