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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Engin Akyurt/Pexels
Ximena Gómez Flores

Ximena Gómez Flores

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

Van Halen

Número 2 / JULIO - SEPTIEMBRE 2021

Yo no quería hacerles daño; me desconocí

Ximena Gómez Flores

Ximena Gómez Flores

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

En 1985, en Los Ángeles, California, se dio a conocer uno de los peores asesinatos de los que se tenga noticia. Actualmente el registro se encuentra archivado junto con casos de la talla de Charles Manson y O.J. Simpson.

Todo comenzó en marzo de aquel año. El departamento de Policía de Los Ángeles, LAPD, había sido informado de la desaparición de Lea Thompson y Linda Thompson, madre e hija, de 45 y 15 años respectivamente. Fueron vistas por última vez en el parque Twin Pines y testigos aseguraron que ambas mujeres portaban un gran vestido blanco con brillos en la parte del busto. Sin embargo, por falta de pruebas, la policía decidió archivar el caso. La investigación no procedió.

Días después, la esposa del hermano del jefe del Departamento de Policía, la señora Peg Boggs, fue reportada también como desaparecida. Según su esposo, Foster Boggs, ella fue a hacer compras al supermercado Lucky Aide. Es así como la policía se dirigió al establecimiento, pero no recibió información crucial. Sin embargo, el supermercado contaba con cámaras en su exterior. Así, se supo que a las 8:20 pm la señora Peg Boggs entró a la carnicería Crazy Little Thing Called Meat, pero no se le vio salir. A la mañana siguiente las autoridades fueron a la carnicería y hablaron con el jefe del local, el señor Bill, quien les comentó que esa noche el único empleado que se había quedado hasta esa hora era el joven Van Eithan Halen.

La policía lo buscó en su domicilio, en la calle Cantura, Studio City #12334. Sin previo aviso, las autoridades rompieron la puerta e inspeccionaron el lugar sin encontrar nada. En ese momento, Van Eithan Halen salió de su sótano y, al ver a los oficiales, se echó a correr. A los pocos metros fue detenido y subido a una patrulla. Los oficiales, al ver que la casa contaba con sótano, bajaron a inspeccionar. Encontraron las pertenencias de la señora Peg Boggs y… un vestido blanco con brillos en la parte del busto.

Después de tantas presiones por parte de los detectives Avril Cooper y Jerry Lavine, Van decidió confesar los hechos con la psicóloga de la prisión, la señora Catherine Zeta.

Van les dijo a las autoridades dónde encontrarían los cuerpos de las tres mujeres, es así como la policía se dirigió al viejo local de costura de la difunta abuela de Van. Al llegar, los oficiales no podían creer lo que veían: se encontraban los cuerpos de las tres mujeres, pero… les faltaban pechos, abdomen y espalda.

Lo más impactante, y que definitivamente dejó horrorizados a las autoridades, fue que en una esquina del taller se encontraba un maniquí con los pedazos de piel faltantes, formando una especie de disfraz de mujer. Nada más exacto: un disfraz de PIEL HUMANA.

Así, el 13 de julio de 1985 se llevó a cabo el juicio de Van Eithan Halen en la Suprema Corte del Estado de Texas. Fue culpado de homicidio en primer grado por las señoras Lea Thompson, Linda Thompson y Peg Boggs, y sentenciado a pena de muerte en la silla eléctrica. El proceso no fue realizado en Los Ángeles, debido a que en Texas la pena de muerte estaba permitida. La ejecución fue fechada para el día 15 de julio de 1985.

Pero Van Eithan Halen no siempre fue ese cruel asesino que horrorizó a su ciudad natal. Él nació el 24 de noviembre de 1960, siendo el quinto hijo del matrimonio Hal y Lois Halen. Desde pequeño ayudaba a su abuela, con la que tenía una gran conexión, en su negocio de costura. Ella falleció el 28 de julio de 1978 y este hecho dejó un gran vacío en Van, quien después cursó algunos meses la carrera de diseñador gráfico en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Van tenía un secreto guardado: era homosexual. Su familia, al enterarse, no volvió a hablar con él, ni siquiera a verlo.

Van declaró: “Conocí a ambas mujeres en dos lugares distintos. A la madre e hija, las señoras Thompson, las conocí en el parque Twin Pines y a la señora Boggs en la carnicería en donde yo trabajo. A las tres le di fuertes golpes en la cabeza hasta provocar sus muertes. Bueno, a la señora Boggs, si bien la golpeé en la cabeza, no falleció, así que corté sus muñecas y la dejé desangrar en mi bañera. Yo no quería hacerles daño; me desconocí”.

Van dejó la Universidad por falta de recursos y empezó a trabajar en la carnicería Crazy Little Thing Called Meat. Pronto empezó a salir con Scott Howard, a quien conoció en un bar. Se amaban demasiado, pero una noche Van fue atacado por tres hombres, lo golpearon y le dijeron que no era una MUJER para andar con hombres.

Esto fue el inicio del plan de horror que ya conocemos, pues él quería convertirse en mujer para salir libre a las calles, con hombres, sin que lo juzgaran, ya que para esa época eran rechazados los homosexuales. Es por eso que las autoridades encontraron un maniquí que tenía confeccionado un disfraz hecho con la piel de las mujeres: Van quería ser mujer costara lo que costara.

Volviendo al presente, Van estaba preso en la celda 275-B antes de su ejecución. Las autoridades clausuraron las escenas de crimen en la casa de Van y en el local de costura de su abuela. Sin embargo, hubo un detalle que curiosamente olvidaron retirar los oficiales: nadie decomisó el horrible disfraz, que permaneció ahí hasta que…

El día antes de la ejecución, a Van se le fue permitida una llamada. Oficiales comentaron que Van tardó un poco más del tiempo permitido, pero lo dejaron debido a que sería ejecutado al día siguiente. Los oficiales declararon que Van dijo:

–Scott, te necesito, no me falles.

Esa misma tarde, a las 17:45 exactamente, un fuerte estallido alertó a las autoridades de la prisión, ya que algunos reclusos estaban escapando. Con el temor de que entre ellos estuviera Van, los oficiales tomaron medidas rápidas y evitaron que los reos se fugaran. Según el control de la prisión, sólo lograron huir dos reclusos, pero fueron detenidos a las afueras de la ciudad.

La investigación concluyó que la explosión destrozó las celdas 272-B, 273-B, 274-B y 275-B, donde se encontraba Van Eithan Halen. Especialistas aseguraron que era imposible sobrevivir a tal estallido. Así, el 14 de julio de 1985 Van Eithan Halen fue declarado muerto. Faltaba un día para su ejecución.

“Se ha ido”, “Aquella mujer ya no está”, “Por fin paz en Los Ángeles”. Esas y más portadas de felicidad circulaban en 1985 en Los Ángeles.

Meses después de la “muerte” de Van, algunos reporteros deseosos de más información rompieron los sellos de clausura policiaca del taller de costura de la abuela de Van. Al entrar tomaron fotografías y en sus periódicos describieron:

“¿Van realmente murió?”

Lo que comprobaron fue que:

–La máquina de coser estaba encendida.

–Lo que Van dijo al teléfono hacia su novio Scott Howard.

–Los especialistas no encontraron los restos calcinados de Van, sólo declararon que era imposible sobrevivir.

–Y lo más importante: cuando las autoridades olvidaron recoger el horrible disfraz, éste se quedó en la habitación. Entonces, ¿por qué los reporteros escribieron que el dichoso maniquí, que los oficiales habían afirmado ver, no se encontraba?

–¿Crees que Van por fin logró su sueño de convertirse en mujer? Bueno, de alguna forma u otra ya no hay desapariciones en Los Ángeles.

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