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Fernanda Hernández Ortega

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9

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Un grito rebelde: la minifalda

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

Esta prenda rompió con los estereotipos y representa un instrumento de liberación

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Fernanda Hernández Ortega

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Para algunas personas la minifalda significa sensualidad, belleza, moda, juventud y rebeldía; para otras representa inmoralidad, indiscreción, promiscuidad y libertinaje, todo lo que está mal con la sociedad. Me parece que el impacto que esta prenda tuvo en la industria de la moda y en la vida de miles de mujeres fue bastante importante, ya que rompió con los estereotipos que se tenían sobre cómo debía vestir una mujer y representa un instrumento de liberación, un grito de rebeldía.

 

Existen antecedentes sobre la minifalda en la historia de las civilizaciones antiguas, la egipcia por ejemplo, como una prenda cómoda que permitía realizar las actividades cotidianas y era usada tanto por hombres como por mujeres. Los años 20 fueron una época en la que el hedonismo y la fiesta reinaban, las mujeres vestían de manera atrevida y sensual, utilizaban faldas que eran cada vez más cortas. Sin embargo, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial también llegaron las restricciones, pues se instauró un conservadurismo que golpeó a la moda y al largo de las faldas; entre la década de los 30 y 50 el estilo era bastante sobrio y austero, no había diferencia entre la vestimenta de madres e hijas.

 

Entonces trasladémonos a 1964, en una boutique de Londres donde Mary Quant tomaría inspiración en una bailarina a la que solía espiar, llevaba puesta una falda corta plisada de 25 cm al bailar, así se creó la primera minifalda de la historia. Un dato curioso es que Mary Quant nombró a la minifalda como su automóvil favorito, el Mini Cooper, ya que decía que combinaban perfectamente. Durante esta época se respiraba rebeldía en el aire, se escuchaba en la radio a los Beatles y a los Rolling Stones, la juventud estaba rompiendo con el conservadurismo de la generación de postguerra. A través de la moda, Quant vio una oportunidad de expresar los nuevos ideales de la juventud de los 60, de repente todo era colorido y rebelde; las minifaldas expresaban inocencia, feminidad, sensualidad, atrevimiento y seguridad en las mujeres. Sin embargo, la respuesta ante la popularidad de esta prenda, sobre todo por parte de los hombres, fue negativa: “demasiado obscena”, “es amoral”, “muy desagradable”, “refleja su promiscuidad”, “no se dan a respetar”, “deja poco a la imaginación”. Con la llegada de los años 70, también llegó la moda disco y los pantalones acampanados, que opacaron un poco a las minifaldas durante esta década. No obstante, esta prenda sigue siendo en la actualidad parte del estilo de muchas mujeres, nunca pasó de moda en realidad.

 

Han pasado 60 años desde que la minifalda fue inventada, pero parece que no hemos avanzado tanto en el tema de los prejuicios, el hostigamiento y las faltas de respeto. Me parece que una mujer debería ser libre de vestir como quiera ya que es dueña de su propio cuerpo, y me parece impresionante que siga siendo un debate el largo de esta prenda. Es cierto que tenemos la libertad de ir a una tienda y adquirir una minifalda, es cierto que tenemos la libertad de usarla, pero el verdadero problema es cuando salimos a la calle, ya que nos enfrentamos a una desafortunada y decepcionante realidad. Nos enfrentamos a la inseguridad que existe en las calles; nos enfrentamos a las miradas lascivas, morbosas, de desprecio y de asco; nos enfrentamos a comentarios ofensivos, a “piropos”, a “estás bien buena”, a “eres una inmoral”, a “tú tuviste la culpa por vestirte así”. ¿Cuántas veces no dudamos en ponernos alguna prenda por miedo a lo que pueda “provocar” ? ¿Cuántas veces no hemos sentido culpa por vestir como nos gusta? Si utilizamos una minifalda, es porque se ve bonita, porque nos gusta, porque es cómoda, simplemente porque queremos, pero tristemente me doy cuenta de que nuestra libertad de vestir no siempre existe. 

 

Entonces me pregunto: ¿Hasta cuándo podremos ser realmente libres de vestir como queramos? La historia de la minifalda nos deja pensando en la respuesta a la anterior pregunta, nos enseña que la moda también es reflejo de los cambios sociales y que a veces tenemos que ser rebeldes para defender nuestros ideales y alcanzar nuestros objetivos.

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