Las redes sociales se han convertido en un lazo de unión entre todo el mundo, creando de esta manera la comunicación a distancia de las personas, pero ¿de qué manera reaccionamos cuándo se “apagan”?

¿Recuerdas aquel 4 de octubre cuando dejó de funcionar WhatsApp, Facebook e Instagram?, ¿qué fue lo primero que hiciste? Si bien, yo puedo responder que sentí desesperación, preocupación, aburrimiento, tristeza, o supe aprovechar tu tiempo lejos de las redes sociales.

Muchas de las veces, más allá de la comunicación que nos brindan estás aplicaciones, como enviar un mensaje de texto, también nos informan sucesos que ocurren a nuestro alrededor, desde algo personal, como saber dónde está nuestra familia, lo que hacen y comparten en redes, y lo exterior, a algo que sucede en el mundo: noticias de gran importancia de última hora, información sin matices de lo que ocurre en nuestro país. Como seres vivos, tenemos la capacidad de comunicarnos con las personas, y buscamos la manera de que esto se pueda lograr de cerca y a distancia, es por eso que sentimos la necesidad de interactuar con los demás fuera del núcleo donde nacemos: tener amigos, tener una relación amorosa, o simplemente sentir cercanía con alguien y sentir que perteneces a un lugar.

Con la pandemia que padecemos actualmente por Covid-19, estas redes sociales, nos han sido de gran utilidad para sentirnos cerca de las personas que queremos, pues ahí demostramos la importancia de sentirnos unidos, de esta manera, también son utilizadas como un medio de distracción para despejarnos de los malos días, el aburrimiento o para ofrecernos un rato de ocio.

Entonces, es aquí donde nos hemos olvidado de la comunicación más importante, y es la relación con uno mismo, ¿quién eres realmente fuera de las redes sociales?, ¿conoces tus gustos personales?, ¿encontraste el gusto de sentir tu propia compañía? Debemos aprender a buscar nuestra felicidad fuera de una pantalla, y aprender a disfrutar lo que está dentro de uno mismo y lo que nos rodea: la familia, mascotas, lugares, música, arte, libros, etc. Todo tiene sentido si lo buscamos.

La comunicación a distancia es importante, pero nada le gana al contacto interior: amarte a ti mismo y regalarte tiempo para escuchar la música que te gusta, leer un libro, dibujar o hacer ejercicio es lo más significativo que puedes hacer por ti, y el contacto físico, como el dar un abrazo en familia o entre amigos, un beso, reír con alguien, una plática de frente a frente, o simplemente poder observar detenidamente a quién tenemos a un lado.

Así que no, no necesitamos las redes sociales, son solo un medio de distracción, que nos ha ayudado a no olvidar que tenemos oportunidad de sentir cerca a quien tenemos lejos. Por lo tanto, en cuanto te des cuenta de todo esto, aprovecha todo aquello que hemos desperdiciado con el tiempo, y no olvides que existes y tienes una vida lejos de las redes sociales.