En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Sofía Libertad Hernández Aguiñaga / CCH Plantel Naucalpan
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Mónica Valverde Saucedo

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 6

Mi nombre es Mónica, soy una persona cariñosa con mis seres queridos que siempre espera lo mejor de los demás. Me gusta aprender cosas nuevas sobre mi entorno, sobre los que me rodean y sobre mi misma. Me gusta mirar al mundo con fascinación y curiosidad, pues te brinda la posibilidad de conocer algo nuevo cada día y espero conservar eso aún cuando mis cabellos se tiñan de grises y blancos. De una forma un poco contradictoria, también soy un poco temerosa e insegura, me da curiosidad saber quién estará leyendo esto. Aún no sé cómo describirme, pues soy cambiante y sigo creciendo.

¿Qué es la belleza?

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

La raíz de la mayoría de nuestros estándares estéticos provienen del eurocentrismo

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Mónica Valverde Saucedo

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 6

El eurocentrismo puede comprenderse como el enaltecimiento etnocentrista del continente europeo, su cultura y su modo de vida. Lo vemos muy presente en la construcción de la narrativa histórica, la cual pareciera focalizar su atención en Europa, dejando de lado a otros territorios. Esto se ejemplifica de manera muy clara con el mal llamado “descubrimiento de América”, donde el nombramiento del hecho invalida la existencia de historias, civilizaciones y territorios previos a la llegada de la colonización, para convertirse en un mito subyugado por las creencias europeas sobre las locales.

Pero el eurocentrismo no únicamente ha afectado la percepción de nuestra historia, sino también del arte y la belleza. ¿Qué es lo estéticamente bello?, ¿cómo definimos lo bello?, ¿qué nos lleva a determinar que algo es bello y algo no lo es? A cuántas personas no les ha pasado que cuando piensan en arte se les vienen a la mente pinturas o esculturas de artistas provenientes de Europa; y cuando se trata de describir la belleza, piensan en el canon de belleza europeo con personas blancas, delgadas, altas, con cabello y ojos claros.

Las ideologías eurocentristas fueron instauradas en regiones latinoamericanas con la llegada de la colonización, donde las imposiciones europeas buscaban borrar todo rastro de las culturas, creencias, historias y distintivos regionales que pudieran ir en contra de su discurso. Las ideologías eurocentristas fueron instauradas en regiones latinoamericanas con la llegada de la colonización, donde las imposiciones europeas buscaban borrar todo aquel rastro de las culturas, creencias, historias y distintivos regionales que pudieran ir en contra de su discurso. Es en esas épocas de colonización, donde los conquistadores comienzan a usar de forma negativa características físicas, como el color de piel o facciones corporales propias de los pueblos latinoamericanos, centran las bases estéticas en un fuerte racismo y discriminación hacia las etnias originales.

Es así como la concepción de la belleza se ha construido en torno al eurocentrismo, la colonización se encargó de instaurar la supremacía de sus ideales sobre las visiones, creencias y culturas regionales. Al imponerse este nuevo ideal de belleza en lugares cuyos rasgos étnicos son distintos, se crea la idea de que este creciente ideal es el idóneo, provocando, o inclusive forzando a sus cuerpos, a llegar a estos mismos. 

En el momento que pensamos que no somos lo suficientemente delgados, altos, o no tenemos esa “bonita nariz respingada” y nos sentimos acomplejados cuando nos vemos al espejo, estamos siendo víctimas tardías de los efectos de la idealización de la belleza eurocentrista.

Nuestro cuerpo representa de manera simbólica y física nuestro pasado, parte de nuestra historia se ve reflejada en los trazos que nos hacen sentirnos similares; es así como el cuerpo es parte fundamental en la presentación del individuo al comprender parte de su identidad. Nuestro cuerpo es testigo de los vestigios que arrojan los discursos implícitos en nuestra identidad, borrar o negar parte de este para encajar en discursos, estereotipos o ideales, es también negar parte de nuestra historia.

Es común ver cómo los medios alimentan estos estereotipos constantemente; lo veo en aquella modelo delgada que está en cada anuncio, en la actriz de pelo rubio que sale en cada película, en la chica blanca que da el clima y en la ropa corta y ajustada que se ven forzadas a usar para mostrar su delicada figura. La belleza eurocentrista nos sigue a todas partes y, pareciera que sin siquiera tener conciencia de ello, siempre intentamos alcanzarla. Pero cuando todos compartimos el mismo ideal, la belleza se vuelve hegemónica.

Cuando la belleza se hegemoniza, no dejamos lugar alguno para la diversidad de cuerpos, pieles y etnias; seguimos apoyando a los precedentes históricos y sociopolíticos que nos marcaron alguna vez y limitamos nuestra propia comprensión de la belleza. De esta forma, perpetuamos y privilegiamos el mismo discurso que dificulta que abracemos nuestra propia identidad, cultura y etnia y esto, a su vez, obstaculiza el camino para generar y aceptar autopercepciones positivas sobre nuestros cuerpos. 

La sociedad en la que habitamos suele manejar un discurso en el que debemos lucir de cierta manera para ser considerados, lo que puede llevarnos a vivir bajo una presión constante de cumplir con expectativas, a veces, poco realistas. Para ampliar nuestra percepción de la belleza, primero debemos hacer una reflexión introspectiva que derive en un cuestionamiento propio sobre lo que consideramos bello y, a partir de eso, se puede trabajar en una deconstrucción de los ideales opresivos.

Nuestro trabajo como individuos pertenecientes a una sociedad sujeta a la globalización no recae en la idealización de un nuevo esquema de belleza, pues esto solo haría que el modelo cambiara, seguiría conservando la opresión y el sometimiento del actual sistema; en su lugar, debemos buscar abolir los discursos absolutistas para reencontrarnos dentro de nuestra propia belleza y aceptación.

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¿Qué es la belleza?

Una respuesta

  1. Tu trabajo me ha ayudado mucho a comprender algo que desconocía, me ha gustado demasiado tu forma de escribir, utilizando vocabulario no tan común, en alguna parte del texto repetiste algo, de igual forma, me encantó. Me he convertido en tu fan.

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