En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Elisa Sepúlveda Sánchez

FES Aragón

Soy estudiante de arquitectura, me gustan las flores, las cartas y tocar el piano.

Porque me quitaste todo…

Número 9 / ABRIL - JUNIO 2023

Después de las mismas peleas de siempre, me puse a pensar que estaba cansada de vivir mi vida para ti

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Elisa Sepúlveda Sánchez

FES Aragón

No fue hasta que lo conté en voz alta que me di cuenta de todo lo que había pasado.

Solía pensar que cuando pudiera hablar de eso sin llorar ya estaría “sanada”, pero en realidad pase a otra fase del duelo, la realización en donde cada cosa que me hiciste tomó sentido en mi cabeza y por fin pude nombrarla como lo que fue, violencia.

No tuviste que pegarme para lastimarme, la violencia no se manifiesta en golpes solamente, porque de ser así me hubiera dado cuenta más rápido y no habría dejado pasar ni una (lo digo ahora que ya soy consciente de eso pero no creo que mi yo de 16 años hubiera estado lista psicológicamente para poder hacer algo al respecto).

Desde ignorarme por semanas como castigo, hasta tu manía de darme amor y luego quitarlo, cada vez fue más difícil perdonarte porque después vinieron los insultos, la manipulación emocional, los acosos por mensajes, llamadas e incluso correos, siempre encontraste una forma de superarte, me asustaste muchas veces y vivía con la duda de qué infierno me harías pasar al siguiente día.

Siempre fue de madrugada cuando lloraba por ti, quizás porque no quería que nadie se enterara de que la pasaba mal, no quería que nadie tuviera una mala impresión de ti, no quería admitir que no me gustaba cómo me tratabas, así que inventé todas las excusas que pude para protegerte: de mi mamá, de mis amigos, de mí misma, porque una parte de mi quería creer que volverías a ser como en un principio.

Ya era muy tarde y yo seguía viendo a mi ventana, después de las mismas peleas de siempre, me puse a pensar en que estaba cansada de vivir mi vida para ti. En algún punto sentí que ya no me veías como alguien, sino como algo pues adorabas que yo estuviera para ti, me sentí atrapada en tus expectativas y en mis propios zapatos.

Entonces lo decidí, tardé tanto pero ya no había nada que me detuviera y ya no importaba que hicieras de ahí en adelante, yo tenía que salir de ahí.

Cuando quise irme pensé que las cosas por fin mejorarían pero no fue así pues no me dejaste y solamente lograste hacerme sentir como una muñeca con la cual ya no juegas pero no quieres que nadie más la tenga. Sé que no fuí la novia perfecta pero, ¿de verdad me merecía todo lo que me hiciste pasar?.

Me sentí mal por lo que pasó después, por cómo manejé o no supe manejar las cosas, pero en ese momento se sintió tan necesario para mi supervivencia, cortamos los lazos pero nunca te fuiste de verdad pues me dejaste marcada de muchas formas porque me quitaste todo.

Ya ha pasado un tiempo y realmente te perdoné, esto no es para ti, y si de casualidad llegas a leer esto, por favor no te enojes, no te odio y creo nunca haberlo hecho, sólo necesitaba escribirlo. Son pocas las veces en las que miro atrás y pienso en lo que fue nuestra relación pues para ser sincera aún me asustas un poco, pero es un buen recordatorio de lo fuerte que fui.

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Porque me quitaste todo…

2 Responses

  1. Compañera que fuerte fuiste, con tu texto me hiciste indentificarme en aquella relación que alguna vez tuve y que pase por cosas similares a las tuyas ✨

  2. Que fuerte experiencia, muy nociva para muchas mujeres, la valentía tuya fue lo que súpero esto, no tienes por qué decirle que no se enoje si lo lee, se debe dar cuenta que es una mente enferma y perversa

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