A mediados del mes de septiembre se viralizó el caso de Laura, una mujer trans que fue sacada de forma violenta de los baños de la Cineteca Nacional; unos días después, se dio a conocer el caso de Malintzin, una mujer trans estudiante de la Escuela Nacional de Trabajo Social, a quien intentaron sacar del baño de mujeres durante un evento académico realizado en el Palacio de Minería. Estos dos eventos que sucedieron en un margen no mayor a 20 días, no son actos aislados, son la muestra de una realidad que enfrentan cientos de personas en la Ciudad de México y el país.

Existe un contexto de violencia generalizada contra las personas trans caracterizado por discriminación, exclusión y dominación, que se materializa en diversos actos que dañan la dignidad de las personas. Todas las personas en algún momento del día necesitan usar el baño, es una necesidad fisiológica, sin embargo, para que las personas trans puedan realizar una actividad cotidiana como esta, existen implicaciones que lo complican, como el reconocimiento de la identidad y la seguridad.

¿Las personas trans deberían poder usar los baños públicos? ¿Genera inseguridad que las mujeres trans pasen al baño con otras mujeres? ¿Los baños públicos responden a las necesidades de las personas trans? ¿La violencia sistemática interviene en el diseño de espacios públicos? ¿Los espacios públicos responden a las necesidades de todas las personas? Estas son algunas de las preguntas que se podrían plantear a través de la visibilización de los casos de discriminación descritos al incio del texto.

Todas las personas, sin importar nuestras características, deberíamos cubrir nuestras necesidades fisiológicas con respeto y seguridad, sin embargo, cuando hablamos de los diferentes grupos sociales esto se complica, ya que cada grupo puede tener necesidades diferentes. ¿Se puede garantizar la seguridad de las personas trans sin arriesgar la seguridad de otros grupos? Esta pregunta ha resonado mucho, ya que uno de los principales comentarios que han rodeado el contexto histórico es que el ingreso de mujeres trans a los baños de mujeres, genera inseguridad para las mujeres, esto representa un profundo sesgo sobre los diversos riesgos de estar en un espacio público, ya que estos no son mayormente causados por el uso de los baños de mujeres por la comunidad trans. Es aquí cuando podemos observar cómo la transfobia y el binarismo intervienen en la perspectiva desde la cual observamos las problemáticas sociales.

La forma en que tradicionalmente se diseñan los espacios ignora las necesidades de diversos grupos, no sólo de las personas trans, todos los espacios públicos deberían responder a las necesidades de todas las personas. Por ello, desde esta lógica se han propuesto diversas alternativas, una de ellas son los baños de acceso universal; esta propuesta se ha implementado en la UNAM a través de diferentes proyectos que pretenden resolver esta problemática social.

Derivado de un ejercicio estadístico realizado en el 2022, dirigido a la comunidad sexogenérica diversa en la Facultad de Química, se identificaron dificultades y altercados, que la comunidad vive al hacer uso de las instalaciones sanitarias, según lo menciona la página oficial de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, como alternativas se apertura el primer baño neutro, que posteriormente se convirtió en tres baños neutros en la misma facultad. Pero, ¿en realidad la apertura de 3 baños neutros responde a esta problemática? Si bien es un paso positivo para la construcción de una comunidad más incluyente, tanto que ha sido replicado en otras facultades y escuelas, hacen falta estrategias de concientización sobre la violencia que viven día a día las personas trans.

Desde hace dos años que se popularizó la construcción de baños neutros, en la Escuela Nacional de Trabajo Social el estudiantado pensó en la posibilidad de solicitar la creación de baños neutros, ya que durante ese periodo se habían aperturado diferentes baños de acceso universal en otras facultades y escuelas. En ese proceso se convocaron a diferentes asambleas estudiantiles con el fin de socializar las problemáticas en la escuela, y en una de ellas se presentó la idea de solicitar la creación de un baño de acceso universal, la cual tuvo buena recepción y fue agregada a los puntos de un pliego que fue entregado a la administración de la escuela.

Al paso de los días la administración de la ENTS dió respuesta al pliego autorizando la creación de un proyecto para crear baños de acceso universal, así se instituyó una mesa de trabajo integrada primordialmente por Trabajadoras Sociales en formación y administrativas, psicólogas y una abogada, todas con formación en perspectiva de género. El equipo de trabajo se dio a la tarea de crear un plan para la creación de estos espacios, el cual consistía en una investigación documental general sobre baños universales, diseño y aplicación de instrumentos para conocer la experiencia en la creación de baños de acceso universal en otras comunidades y la perspectiva de la comunidad de la ENTS sobre la creación de estos espacios, análisis y conceptualización de los nuevos baños universales, adecuación del espacio y un proceso de sensibilización.

Durante varios meses, el equipo transitó por el plan de trabajo recabando información documental y de primera mano para crear un proyecto que respondiera las necesidades de la comunidad de la ENTS, cuando se aplicó el sondeo para conocer la percepción de la comunidad sobre la creación de los baños, el equipo se percató que, aunque había una necesidad reconocida sobre la creación de espacios que respondieran a las necesidades de personas transgénero y otros grupos con características fuera de la binariedad, también existían otras poblaciones cuyas necesidades no eran respondidas por el diseño tradicional de espacios públicos.

La mirada desde la disciplina del Trabajo Social fue la que le permitió al equipo observar diferentes realidades que tradicionalmente son pasadas por alto, ya que el uso de la Epistemología de la Complejidad, les permitió construir un entramado de situaciones que les brindó una perspectiva integral de las problemáticas en el diseño de espacios públicos. Finalmente el equipo concluyó, a través de diferentes análisis, que era necesaria la creación de baños que respondieran a las necesidades de las poblaciones sistemáticamente ignoradas en el diseño de espacios, esta idea responde al reconocimiento de diferentes procesos de discriminación y exclusión en los que se pretendía incidir para irritarlos y dar paso a procesos de inclusión, en dónde el espacio juega un papel importante en la forma en que se constituye el tejido social.

El primero de marzo de este año se hizo una presentación pública de la propuesta a la Directora de la escuela para mostrar los avances del proyecto y solicitar la aprobación de presupuesto para llevarlo a cabo. Durante la presentación se mostraron los resultados de los instrumentos y los hallazgos encontrados, también se enfatizó que para la adecuación de los espacios se priorizaría la percepción de seguridad y una mirada desde la inclusión y perspectiva de género. Al finalizar la presentación la Mtra. Carmen Casas, directora de la ENTS, aprobó la adecuación de 4 baños ubicados en diferentes áreas de la escuela.

Después se realizaron dos mesas más de trabajo en dónde también se invitaron especialistas en temas de discapacidad, maternidad, espacio público y población LGBT+, en donde se discutió sobre las adecuaciones que eran necesarias para la creación de estos espacios, finalmente se optó por nombrarlos como Baños Incluyentes, ya que están pensados y diseñados para responder a necesidades de grupos excluidos en el diseño tradicional de espacios como: personas trans, madres y personas cuidadoras, personas de la diversidad funcional y personas neurodivergentes.

Durante los meses de julio y agosto se realizaron las adecuaciones y el pasado 25 de octubre, en el marco de los 50 años de la ENTS y Octubre Mes de los Cuidados UNAM se inauguraron los Baños Incluyentes, a los cuales ya se puede acceder. Esta actividad y otras son parte del último punto del plan de acción que pretende sensibilizar a la población sobre estos espacios, la importancia de la inclusión y sobre diferentes grupos que se enfrentan a la discriminación sistemática. La creación de este proyecto ha sido una muestra de la suma de esfuerzos por abonar a un cambio social incluyente que observe y responda a las necesidades de las poblaciones que no son tomadas en cuenta.

La discriminación es un problema estructural al que muchas personas con diversas características se enfrentan, dicho problema se adhiere en sus realidades y forma perte de sus cotidianidades, afectando diversas áreas de la vida. El espacio público es diseñado desde una perspectiva que sistemáticamente ignora las necesidades de grupos específicos, a causa de la discrimación y la normalización de la violencia. Los proyectos de modificación de espacios públicos con el objetivo de volverlos más accesibles e incluyentes no deben ser vistos únicamente como una buena práctica, sino como una necesidad que ha sido ignorada por muchos años, por tanto es un acto de reparación y justicia dirigido a las poblaciones que día a día luchan contra la discriminación.

La creación de baños incluyentes en la ENTS ha pretendido ser una alternativa ante las problemáticas que enfrentan las personas por la falta de espacios accesibles e incluyentes, esta propuesta nace desde la perspectiva transdisciplinar y compleja del trabajo social, en un contexto en que dicha disciplina pretende hacer frente a las problemáticas y necesidades sociales emergentes que aquejan a nuestra sociedad. Aún nos encontramos lejos de convertirnos en una sociedad incluyente e igualitaria, sin embargo, este tipo de acciones dan fe del tránsito que vamos recorriendo para alcanzar este fin, hasta lograr una Universidad accesible e incluyente en donde todos los espacios respondan a las necesidades de todas las personas.